A medida que los coches se vuelven cada vez más inteligentes, aumenta la preocupación por el respeto a la privacidad, que a día de hoy, apenas existe…
Estamos en mitad de una guerra por la privacidad, en donde no sólo estamos batallando los usuarios, sino también los grandes gigantes de Internet. El enfrentamiento entre Apple y Facebook es total.
El campo de batalla son los móviles y, en menor medida, los ordenadores y los dispositivos de la Internet de las cosas. Pero hay otro dispositivo que debe empezar a preocuparnos: nuestro coche.
Es algo que casi nadie se plantea cuando va a comprar un vehículo. Pero la privacidad en los coches está cuestionada, tras el informe que ha sacado a la luz NBC News.
Los vehículos modernos son, básicamente, ordenadores sobre ruedas. Estan llenos de sensores que no solo controlan todos los aspectos del vehiculo, sino que saben en todo momento lo que están haciendo los pasajeros.
El sistema de infoentretenimiento se conecta al móvil y a nuestra cuenta de Google, Apple, etc. y tiene acceso a infinidad de datos: desde nuestros datos personales a nuestros contactos, apps que usamos, mensajes, llamadas, y cosas más sórdidas, como… grabaciones de nuestra voz.
NBC News cuenta el caso de Joshua Wessel, acusado de asesinato porque la policía encontró en el coche de la víctima fragmentos de audio que contenían la voz del asesino, en el momento del asesinato.
En otro caso, un ciudadano australiano fue detenido después de que accediese remotamente al coche de su ex-mujer y tomase el control del volante y de la apertura de las ventanillas.
Incluso existe una empresa llamada Berla que se dedica a extraer datos de los vehículos para la policía. Según explica The Verge, su software puede leer los números de ID únicos de los móviles y auriculares que se conectan al vehículo mediante Bluetooth o WiFi, así como registros de llamadas, contactos y mensajes de texto.
No solo eso. También extrae datos y telemetría del propio coche, revelando ubicaciones y trayectos a través del GPS, o cuándo se han abierto las puertas. Son datos que usa la policía para esclarecer crímenes, pero el software que ha desarrollado Berla también podrían haberlo creado los ciberdelincuentes.
Es un tema muy serio que cada vez va a recibir más atención, porque es obivio que la privacidad en los vehículos deja mucho que desear. ¿Por qué graban fragmentos de audio? ¿Por qué necesitan almacenar cuándo se abren o se cierran las puertas? Hay muchas preguntas sin responder.