Durante miles de años, los seres humanos se han comunicado al ritmo del mensajero. Primero a través de la comunicación oral entre los miembros de la tribu. Después, los mensajes transmitidos por una persona que los transportaba andando, y más tarde a caballo, en barco o en tren.
Cualquiera de estos métodos significaba un retraso de días, semanas, e incluso meses, desde que el mensaje partía hasta que llegaba a su destino, quizá en la otra punta del mundo. Pero todo cambió con la invención del telégrafo y, décadas más tarde, el Código Morse, en 1837. Un sistema de puntos y rayas que podía transmitirse a través de los cables eléctricos.
Por primera vez los ciudadanos, los gobiernos, los científicos, podían enviar un mensaje a cualquier parte del mundo y llegar a su destino en segundos. Es fácil ver las implicaciones de este avance, que cambió el mundo para siempre, al mismo nivel que lo hace Internet en nuestros días.
Hay una curiosa historia detrás del Código Morse y su inventor, Samuel Morse. Casi 200 años después, en la era de las videollamadas y los mensajes de WhatsApp, el código Morse aún sigue utilizándose, incluso por compañías punteras como Google.
La historia del Código Morse
Samuel Morse, pintor de presidentes
El código Morse fue inventando por Samuel Morse, a quien debe el nombre. Pero no lo inventó él solo, y de hecho el código más usado a nivel mundial no fue el suyo.
Mucha gente cree que Samuel Morse también inventó el telégrafo, el aparato que se usa para transmitir el código. Pero no es así. El telégrafo se inventó mucho antes por diferentes inventores, a partir de 1774, aunque esos primeros modelos no podían transmitir mensajes largos a nivel planetario.
Un telégrafo eléctrico puede enviar pulsos eléctricos de distinta duración a través de un cable eléctrico, según impida (o no) el paso de la electricidad. Por tanto, está capacitado para enviar un mensaje.
En la época de Morse el telégrafo eléctrico tenía 26 cables, uno para cada letra. Una variante alemana consiguió reducir los cables a cinco, pero seguía siendo poco práctico. La genialidad de Samuel Morse fue reducirlo a un solo cable.
La biografía de Morse es tan fascinante como su invento. Nacido en Boston, en 1791, Samuel Finley Breese Morse no era inventor, ni científico: era pintor. Y uno bastante famoso a nivel nacional, hasta el punto de que durante unos años fue el pintor oficial de los presidentes de Estados Unidos. En esta imagen podemos ver a Samuel Morse, a la izquierda, y el retrato que hizo del presidente James Monroe, a la derecha:
Cuenta la leyenda que la idea de encontrar un sistema de comunicación más rápido que el correo le vino en 1825, cuando por motivos de trabajo se encontraba en Washington, y recibió un carta en donde le avisaban de la trágica muerte de su esposa. El mensaje había tardado tanto, que cuando regresó a casa su mujer ya llevaba días enterrada.
Unos años más tarde, en un viaje transoceánico desde Europa, Morse escuchó una conversación sobre las propiedades electrómagnéticas de la electricidad. Y ahí se le ocurrió la idea de utilizarlas para comunicarse.
Como hemos dicho no era científico ni inventor, aunque sí era aficionado a la electricidad. Entre 1832 y 1837 trabajó sin descanso en la creación de un telégrafo que pudiese usarse a nivel nacional, e incluso mundial. Como sus conocimientos técnicos eran bajos pidió ayuda Leonard Gale, profesor de Ciencias de la Universidad de Nueva York.
El código Morse
El primer telégrafo de Morse era muy rudimentario. Usaba un caballete, un péndulo, algunas piezas de reloj, y un lápiz. Si no había electricidad, el lápiz dibujaba una línea recta. Si había corriente el péndulo se movía por medio de un imán y el lápiz dibujaba en zigzag. Ya tenía un código binario para transmitir un mensaje.
Este primer telégrafo era muy errático, así que lo perfeccionó con ayuda del profesor Gale hasta obtener una máquina que podía enviar pulsos largos (una raya o guión), o cortos (un punto) a través de un cable eléctrico.
A Morse se le ocurró la idea de convertir las letras y números en combinaciones de puntos y rayas, para poder transmitir palabras. Pero fue el maquinista e inventor Alfred Vail el que le ayudó a pulir este código, y de hecho él decidió la mayoría de las letras.
Finalmente Morse obtuvo un código que permitía convertir el lenguaje humano a una combinación de puntos y rayas, que podrían transmitirse miles de kilómetros por un cable eléctrico, en cuestión de segundos: el código Morse.
Aunque este código se usó durante los primeros años del telégrafo, cuando se adoptó a nivel internacional sufrió cambios en Europa, dando lugar al Código Morse Continental, que después se convirtió en el Internacional, usándose en todo el mundo. El código original de Morse solo se siguió usando en las comunicaciones ferroviarias estadounidenses.
SOS
El Morse dió lugar a una de las señales de socorro más universales: el SOS. Muchos creen que significa Save Our Souls (Salven Nuestra Alma), pero en realidad se llama así porque en 1906 se decidió adoptar la simbología …—… (3 puntos, 3 rayas y 3 puntos) como señal universal de socorro, porque es muy fácil de aprender. En Morse esas son las letras SOS.
El truco mnemotécnico para aprender Morse
Como puedes comprobar, aprender todo el alfabeto en Morse no es sencillo, porque solo son dos símbolos combinados de diferentes formas. Pero existe un truco muy efectivo que usa todo el mundo.
Consiste en asociar una palabra clave a cada letra o número, que nos desvelará su correspondencia en Morse. Estas son las reglas:
- La inicial de la palabra clave es la letra correspondiente
- El número de vocales que contiene la palabra clave indica la longitud de la codificación en morse
- Si la vocal es una O se sustituye por una raya (—)
- Si se trata de cualquier otra vocal se sustituye por un punto (·)
- Al sustituir, solamente se tendrá en cuenta los puntos y rayas obtenidos hasta la totalidad de la longitud en morse
Por ejemplo, una palabra clave de la letra A en Morse, es Árbol. Empieza por A para recordarnos a qué letra se refiere. Tiene dos vocales, la a y la o, que se corresponden con un punto y una raya. Por tanto La A en morse es punto y raya.
Una palabra clave para la letra D puede ser Docena. Tiene tres vocales: la o es una raya y la e y la a, un punto. Así que la letra D en morse en raya, punto, punto.
Tan solo hay que aprenderse una palabra clave para cada letra, y aprenderás el alfabeto Morse. Aquí tienes todas las palabras clave ya escogidas.
Así se usa
Como vemos en una de las imágenes anteriores, la letra más sencilla es la E, que se representa por un punto. Pero hay letras que tienen hasta cuatro símbolos. La Y, por ejemplo, es raya, punto, raya, raya.
El punto se representa con un pulso mínimo, simplemente apretando el mando del telégrafo. La raya es una pulsación tres veces más larga que un punto.
Entre letra y letra hay que dejar un tiempo equivalente a tres puntos, y entre palabra y palabra, otro tiempo aproximado de tres rayas. De esta forma el receptor puede separar las letras y formar las palabras. Aquí puedes escuchar una conversación en Morse:
La expansión del telégrafo
Samuel Morse hizo la primera demostración pública en 1838, convenciendo a un comité científico de Filadelfia. Pero tuvo que esperar cinco años hasta que el Congreso de Estados Unidos destinó 30.000 dólares a construir una línea de cable eléctrico experimental entre Baltimore y Washington, de 60 Kilómetros de longitud.
En 1844 transmitió el primer mensaje público entre ambas ciudades. Estaba encabezado por la frase «What hath God wrought (¿Qué nos ha traído Dios?)«, extraída del Antiguo Testamento.
La trasmisión fue un éxito, dejando clara la viabilidad del Código Morse como sistema de comunicación a distancia. Enseguida comenzaron a tirar líneas eléctricas para transmitir. Usaban los mismos postes de la luz que el ferrocarril, por eso en todas las estaciones había telégrafo.
En 1951 se fundó la compañía de telégrafos Western Union, y en 1854 ya había más de 37.000 Kilómetros de cable instalado.
En 1861 la Wester Union completó la primera línea transcontinental, que cruzaba todo el continente americano, de Washington a San Francisco. Ese mismo año comenzó la Guerra Civil estadounidense, y el telégrafo fue clave para asegurar las comunicaciones.
Los telégrafos fueron evolucionando. Añadieron la posibilidad de imprimir los mensajes e incluso se podían escribir con las letras estándar, y una máquina los traducía automáticamente a Morse:
Años más tarde el código Morse comenzó a transmitirse por ondas de radio, aumentando su utilidad.
Samuel Morse, como muchos científicos, era un idealista que creía que su invento serviría para unir a la Humanidad. Pero lo cierto es que fue de vital importancia en la Primera Guerra Mundial para transmitir mensajes al frente.
El código Morse no solo es útil para cables eléctricos. Los barcos y faros lo usan con señales luminosas, y también se puede transmitir dando golpes.
Es muy famosa la anécdota del prisionero de la Guerra de Vietnam Jeremiah Denton, Jr., que fue obligado a salir en televisión diciendo que lo estaban tratando bien. Pero mientras hablaba, parpadeando con los ojos estaba transmitiendo la palabra torture (tortura) en código Morse, para indicar que lo estaban torturando. Puedes verlo en este vídeo:
¿La primera red social?
Muchos expertos consideran que la red de telégrafos que se creó usando el código Morse, puede considerarse la primera vez social.
Los operarios de telégrafos charlaban de sus cosas cuando no tenían que transmitir mensajes, e incluso transmitían partidas de ajedrez convirtiendo los movimientos al Morse. Se hacían amigos sin conocerse en persona.
No eran transmisiones codificadas, así que cualquiera podía conectarse a la red en mitad de una conversación y charlar en grupo. Hay registrados numerosos matrimonios de personas que se conocieron a través del telégrafo, y se enamoraron a distancia.
Usos actuales del Código Morse
El Morse se ha utilizado en comunicaciones oficiales durante más de 150 años. La Western Union lo desterró en 1960, y la guardia costera norteamericana dejó de usarlo en 1995.
Aunque a nivel oficial ya no se utiliza como medio de comunicación principal, sí se sigue usando en ciertos ámbitos. Por ejemplo, lo emplean los Boy-Scouts para comunicarse, y también los radioaficionados. Existe una organización con miles de miembros llamada The International Morse Preservation Society, que se encarga de mantener vivo el Morse organizando eventos, competiciones y charlas en Morse varias veces al mes.
El Morse también se utiliza en la aviación instrumental para sintonizar las estaciones VOR, ILS y NDB. Las cartas de navegación contienen la frecuencia, junto con una señal Morse que hay que trasmitir para confirmar que ha sido sintonizada correctamente.
Hasta 2005 era obligatorio superar un examen de Morse para obtener la licencia de radioaficionado, pero ahora es opcional.
Google y el Morse
Quizá no lo sepas, pero el teclado de Google en las versiones para iOS y Android permite elegir como idioma el Morse. Hace un año puso en marcha un experimento de inteligencia artificial para convertir código Morse en voz, y así permitir hablar a personas discapacitadas:
Dentro de unos años cumplirá dos siglos, y aunque ya ha dejado de ser relevante, el código Morse sigue muy vivo.
Revolucionó las comunicaciones y fue clave para la globalización del mundo. Por primera vez era posible hablar con alguien situado en la otra punta del planeta, casi al instante. Un anticipo de lo que llegaría después: el teléfono, los móviles e Internet.
Pero eso, como suele decirse, es otra historia…