El Gobierno de Nueva Zelanda ha presentado su plan para dejar de emitir gases contaminantes en 2050. Este plan incluye recortar drásticamente la población de vacas, que contribuyen al cambio climático.
Cuando se habla de frenar el cambio climático o reducir la contaminación, hay ciertos temas que son recurrentes: los coches de gasolina, las empresas contaminantes, los plásticos… Pero existe otro factor que también contribuye de forma importante a la generación de gases de efecto invernadero: las vacas.
Todos los animales que comen hierba tienen un metabolismo que genera muchos gases, especialmente metano, que es un gas de efecto invernadero. Las vacas, debido a su gran tamaño y a su gran número, son especialmente relevantes. Se calcula que hay 1.500 millones de vacas en el mundo. Pero también 1.000 millones de ovejas, más de 900 millones de cerdos, casi 400 millones de cabras, etc.
El ganado no solo aumenta los gases de efecto invernadero, a través del metano que expulsan. Además su mantenimiento, mediante la enormes plantaciones de comida y el transporte, también contribuyen al cambio climático. Por eso Nueva Zelanda va a reducir en un 15% la población de ganado, de aquí a 2050.
«Hay algunas acciones que son críticas para alcanzar nuestros objetivos: vehículos eléctricos, generación acelerada de energía renovable, prácticas agrícolas amigables con el clima y bosques más permanentes, predominantemente nativos«, ha explicado la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, tras presentar su Plan de Lucha contra el cambio climático.
El país oceánico pretende dejar de importar coches de combustión en 2032, y que la mitad de los coches que circulen por Nueva Zelanda sean eléctricos para 2035. Además la población de ganado, principalmente vacas, se va a reducir a niveles de 2018, lo que implicaría recortarlo un 15%.
La Primera Ministra asegura que es un plan «realista», que se puede llevar a cabo sin poner en peligro la economía del país.
Reconoce que se perderán empleos en las industrias del gas, el petróleo y el carbón, pero está convencida de que los trabajadores podrán reincorporarse en «la economía circular, el desarrollo de biofueles e hidrógeno, y en los nuevos trabajos de las nuevas tecnologías«.
El parlamento debatirá el plan a lo largo de este año, y será aprobado de forma definitiva a finales de 2021.