Da igual si estás a favor o en contra de los coches eléctricos. Son una realidad y esta realidad ha venido para quedarse. No obstante, no todo en los vehículos a pilas a positivo. De hecho son esas pilas una parte importante de su problemática, especialmente, en lo relativo a su reciclado.
Dichas baterías están compuestas por metales tóxicos, materiales plásticos y también por ácidos. Y ninguno de estos elementos es fácil de reciclar. En las baterías de los coches eléctricos.encontramos un poco de todo: materiales recuperables, pero también peligrosos y contaminantes.
En España hay empresas especializadas en la tarea del reciclado de baterías, como BeePlanet, que se encargan de reutilizar las baterías para su uso fotovoltaico. Y hay otras empresas como Lyrsa, ilial de Derichebourg, una compañía francesa que se dedica a este tipo de tareas de reciclado. Y precisamente en Francia está Snam, una de las principales empresas especializadas en el reciclaje de baterías de baterías, que ya trabaja para el cúmulo de trabajo procedente del sector de la automoción que les llegará en los próximos años.
En principio todo el mundo habla de las bondades del coche eléctrico, pero desde el país vecino llegan voces que apuntan hacia una cuestión que no conviene olvidar si no queremos afrontar un problema grave: el reciclado de las baterías de los coches eléctricos.
Según Christel Bories, presidenta del Comité Estratégico para el sector minerometalúrgico francés: «En la actualidad en Europa se reciclan unas 15.000 toneladas de baterías al año, pero se espera que a partir de 2027 se reciclen grandes cantidades, alrededor de 50.000 toneladas”. Y esta cifra podría multiplicarse por más de diez en 2035, para llegar a 700.000 toneladas.
Según la Unión Europea, en la actualidad tan sólo se reciclan el 5% de las baterías y el 95% restante terminan almacenadas o destruidas de manera poco sostenible. Según Frédéric Salin, director de marketing y ventas de Snam, «se puede reciclar más del 70% de una batería y hasta el 75% en el caso de las baterías recargables de hidruro metálico de níquel».
Y el usuario de a pie se preguntará: ¿Qué pasa con el 25-30% restante? “Se destruyen, se queman y al final queda enterrado el 2%», especifica Frédéric Salin, quien reconoce que «Sí, tenemos un impacto en el medio ambiente, pero estamos trabajando para limitarlo tanto como sea posible».
Con el reciclado de baterías se obtienen ‘tierras raras livianas’
Para ello las factorías que se dedican al reciclado trabajan en un ambiente de baja presión, para evitar la fuga de partículas. Evidentemente, los empleados trabajan con mascarillas específicas y se dedican a desmontar las baterías, clasificar las diferentes partes y destruirlas en hornos o fundirlas para recuperar metales: níquel, aluminio, cobre, cobalto, litio y las famosas tierras raras livianas (La, Ce, Nd, Pr: Lantano, Cerio, Neodimio y Praseodimio), que son los materiales clave para fabricar aparatos tecnológicos de última generación y que están suponiendo una especie de guerra comercial, tecnológica y geopolítica que enfrenta a China y los Estados Unidos.
Y otra gran cuestión sobre el reciclado de baterías: es necesaria por el bien del medioambiente, ¿pero es un negocio rentable? “La industria de las baterías hoy en día no es rentable, carece de volumen”, dice Frédéric Salin. Pero a largo plazo, gracias a la reventa y reutilización de metales, la industria puede ganar dinero. Si bien las tierras raras livianas se encuentran en el subsuelo de algunos países, principalmente de China, su recuperación después de reciclar las baterías aseguraría parte del suministro de metal para toda Europa.
Fuente: Le Parisien
Artículo original de Enrique Trillo publicado en AutoBild España