A principios de semana, Twitter publicaba varias ofertas de empleo con las que, involuntariamente, desvelaba sus planes para el futuro. ¿Tendremos un Twitter Premium? Por la información que se daba en esas ofertas parece que sí y su nombre en clave es Gryphon.
Las ofertas de empleo, publicadas en su página de LinkedIn así como en su propio portal de empleo, explicaban que buscan personal «para trabajar en estrecha colaboración para ofrecer algo nuevo en Twitter«. Esto implica tener que reconstruir algunos de los servicios de Twitter y construir una nueva plataforma administrada con suscripciones.
En la información indican que buscan ingenieros que tengan conocimientos en plataformas de pago. Buscan personal por todo el mundo, desde Estados Unidos, hasta Turquía, pasando por Francia y España. No es la primera vez que tenemos noticias de una idea de este tipo.
En 2017 la compañía realizó una encuesta con la que evaluar el interés por un servicio de pago. Lo que proponían por aquel entonces era que las suscripciones fueran dirigidas a usuarios avanzados o de gran envergadura como empresas, organizaciones y medios de comunicación.
A cambio de la suscripción estos usuarios premium contarían con servicios exclusivos, como análisis exhaustivos de su actividad, informes sobre sus seguidores o alertas sobre noticias de última hora. Desde aquel sondeo no se ha vuelto a saber nada de una versión de pago, hasta ahora.
Lo cierto es que la filtración no ha sido mal acogida, tras hacerse públicas las nuevas intenciones de la red social a través de esas ofertas de empleo, el miércoles por la mañana subían las acciones de Twitter hasta un 8%.
De llegar a buen puerto esta versión premium, Twitter podría depender un poco menos de los ingresos por publicidad. Actualmente los anuncios representan el 80% de sus ingresos. Una dependencia peligrosa este año que, con el golpe que ha supuesto la pandemia para la economía, la actividad publicitaria se ha visto bastante mermada.
Por otro lado, también ha tenido que renunciar al suculento paquete de ingresos que suponía la publicidad política y más en época de elecciones como se encuentran en Estados Unidos. Twitter ha esquivado la polémica, etiquetando como engañosos los tuits del presidente de Estados Unidos, algo que Facebook no ha hecho y le ha costado un boicot publicitario.