Tesla es culpable, un tribunal de Noruega da la razón a los demandantes que reclamaban que la velocidad de carga y la capacidad de las baterías de sus coches se había visto mermada tras una actualización.
Tesla vuelve a salir escaldado de un juicio, la compañía deberá pagar 16.000 dólares a los miles de propietarios afectados en Noruega por una actualización en el software de sus coches. Una resolución que se podría repetir en otros países.
En 2019, comenzaron a saltar las alarmas entre los propietarios de varios modelos Tesla. Afirmaban que sus coches habían perdido entre 19 y 48 km de autonomía y que la reducción en la capacidad de las baterías se debía a una actualización implementada por la propia compañía.
Por aquel entonces uno de los afectados afirmaba a Electrek que su Model S 85 2014 tenía un rango nominal de 247 millas (397 km) hasta el 13 de mayo. «Ahora, después de la actualización, continuó cayendo hasta las 217 millas (349 km). Es una caída del 11% en 5 semanas» afirmaba David Rasmussen, propietario afectado.
El gráfico es bastante claro a la hora de mostrar la pérdida de potencia. Tanto los Modelos S como los X con paquetes de baterías de 85 kWh descontinuados en 2016 son los mayores afectados por la actualización de software 2019.16.1 y .2 de Tesla. Pero esta no es la única consecuencia.
Además de la capacidad de la batería, la tasa de carga rápida en las estaciones Supercharge también se ha notado más lenta desde entonces. La compañía por su parte, aseguraba que el objetivo de las actualizaciones era proteger la batería y mejorar su longevidad, el resultado ha sido todo lo contrario.
Según el medio noruego Nettavisen, Tesla no ha querido hacer declaraciones a esta sentencia y los 30 propietarios que demandaron a la compañía han recibido de forma automática 136.000 coronas ( 16.000 dólares) cada uno en compensación a menos que Tesla decida apelar, para lo que tiene algunas semanas de tiempo.
Esta multa parece calderilla para la compañía, pero se calcula que solo en Noruega habría más de 10.000 afectados y muchos más en otros países. En Estados Unidos hay abierta una causa parecida. No es la primera vez que la compañía automovilística se ven en vuelta en una gran polémica por cambiar las condiciones de sus servicios una vez ya están vendidos los coches, ni tampoco es la primera empresa. HP, por ejemplo, está inmerso en varios juicios por inhabilitar con una actualización la compatibilidad de sus impresoras con los cartuchos de tinta de otras marcas como prometía al venderlas.