La batalla por conseguir el coche más potente del mundo no es cosa de Ferrari o Porsche, sino de marcas exclusivas que no fabrican más de 20 modelos al año y que no tienen mercado fuera de los Emiratos Árabes Unidos.
Hace años los amantes de los coches nos tirábamos horas discutiendo sobre qué coche era el mejor del mundo, o el más rápido. Lo normal es que las marcas que citábamos fuesen conocidas mundialmente.
Aston Martin, Lotus o Lamborghini eran aquellas que aparecían en las discusiones, casi siempre motivadas por las carreras de F1. Eran otros tiempos, ya que ahora lo que se lleva son coches desconocidos pero potentes como aviones.
Que haya un millón de Ferraris en circulación (si tenéis un cuarto de millón echad un ojo a este) frente a los mil que puede haber de Koenigsegg es algo que en términos de potencia y espectacularidad no influye.
Por eso, desde hace unos años, un pequeño grupo de compañías han llegado al mundo del motor para ofrecer características que no tienen ningún sentido de cara al mundo real.
Y si tenemos que destacar a una nos quedamos con Devel Motors, empresa fundada en 2006 y que prometió lanzar un coche que dejaría al Bugatti Veyron como un modelo de niños.
Ahora, y tras 15 años des espera, la compañía ha confirmado que ya tiene listo el motor que dará vida a su primer coche: un V16 de 12,3 litros fabricado a medida por Steve Morris con cuatro enormes turbocompresores de 81 mm y que promete una potencia de 5.000 CV.
El objetivo de la compañía con este motor es romper el récord de velocidad de 508 km/h que ostenta actualmente el SSC Tuatara y que consiguió el pasado año en Las Vegas en una carretera interestatal.
Devel Motors se une a la ya larga lista de marcas de coches que no tienen ni un sólo modelo en producción pero que prometen ser revolucionarias. De aquí a que veamos el coche rodando en carretera pueden pasar otros 10 años, pero que nadie nos quite la ilusión.