«¿Sabías que la nube está en realidad debajo del agua?» Los cables submarinos conforman una extensa red por debajo de los océanos ayudando a enviar y recibir la información que se comparte por internet en todo el mundo a una alta velocidad. El 98% del tráfico internacional de Internet circula en estos cables.
Para España este nuevo cable supone la primera inversión que hace Google en un ruta submarina con nuestro país y, de esta manera se integra todo el territorio en la próxima región Google Cloud en Madrid. Para Reino Unido, sin embargo, supone una nueva ruta después la que se instauró en 2003.
El cable Grace Hopper está equipado con 16 pares de fibras, es decir, 32 fibras. Significa una importante actualización de las conexiones entre Estados Unidos y Europa, impulsando la capacidad global y potenciando servicios de la compañía como Google Meet, Gmail y Cloud, muy necesarios actualmente, como recalca Google en su anuncio.
Las novedades no acaban aquí, además de ser un momento importante para España (el cable llegará a las costas vascas) será el primer cable submarino del mundo que utiliza tecnología de conmutación de fibra óptica. Esta tecnología mejora la fiabilidad de las comunicaciones globales, el tráfico se puede manejar mejor incluso en caso de que se produzcan cortes.
Se espera que el proyecto esté en funcionamiento para el año 2022. Uno de los beneficios que traerá a España esta conexión es la integración de una nueva infraestructura global con la próxima región de Google Cloud en Madrid.
Se trata de un proyecto en colaboración con Telefónica que pretende ayudar a las empresas españolas, grandes o pymes, en la transformación digital aprovechando la nube y otras tecnologías como el 5G para conseguir una baja latencia y el alto rendimiento de sus flujos de trabajo y datos alojados en la nube.
Por otro lado, este nuevo cable se anuncia haciendo un homenaje a una de las mujeres que más ha contribuido en la historia de la informática. Grace Murray Hopper, científica militar, es la creadora del compilador de los lenguajes de programación A-0. Este sistema convierte los símbolos matemáticos descritos por las personas en código binario para que le sea sencillo de entender a la máquina, haciendo mucho más sencilla la comunicación entre desarrolladores y tecnología. Después se dedicó a crear el lenguaje de programación Cobolt que seguramente os suene más.