Cualquier granito de arena, por muy pequeño que sea, cuenta. Aunque no seamos científicos ni médicos podemos colaborar en la lucha contra enfermedades como el alzhéimer o el coronavirus.
La llegada de la pandemia ha despertado una avalancha de solidaridad y ganas de contribuir en la búsqueda de tratamientos y una vacuna, aunque los que más se llevan el protagonismo sean los negacionistas y los políticos. Proyectos como [email protected] han visto como se multiplicaban sus participantes hasta alcanzar récords antes impensables.
[email protected] no es una idea completamente nueva, como tampoco lo son [email protected] o World Community Grid. Estos proyectos de investigación científica cuentan con aproximadamente 20 años de historia, a sus espaldas están grandes compañías tecnológicas como IBM en el caso de WCG, o universidades como Stanford en el caso de [email protected] y la Universidad de Washington para [email protected].
Con pequeñas diferencias, todos han creado varias redes de computación por todo el mundo con ordenadores como el que tienes en tu casa y los utilizan para impulsar las simulaciones que realizan los científicos al estudiar enfermedades, lo que se conoce como computación distribuida.
Los ordenadores son en parte como nuestro cerebro, no están dando el 100% de rendimiento todo el rato. Mientras consultas internet, ves una película o escribes un correo, el ordenador es capaz de realizar otras tareas en segundo plano. Entonces, ¿por qué no donar un pequeño porcentaje de ese espacio desaprovechado de tu ordenador a la ciencia?
Tu ordenador, sumado al de tu vecino, una persona de Japón, otra de Australia y así hasta millones de ordenadores realizando pequeños cálculos pueden llegar a crear una red de computo similar al rendimiento de un superordenador. Con este tipo de cadenas de colaboración se han estado estudiando enfermedades como el cáncer de riñón, la hepatitis C o el parkinson entre otras muchas y, claro, la última en llegar ha sido la COVID-19.
Igual que un superordenador
Pero ha sido este 2020 cuando proyectos como [email protected] se han desbordado. en abril consiguieron batir récords al sumarse unas 600.000 personas de todos los puntos del planeta en la lucha contra el coronavirus en pocas semanas. Este crecimiento de participantes supuso que se alcanzarán picos de hasta 2,4 ExaFLOPS.
Esto significa que la red de computación distribuida de [email protected] llegó a realizar 2,4 trillones de operaciones de cálculo por segundo. Y, por lo tanto, estarían por encima de uno de los superordenadores más potentes del mundo, IBM Summit, que alcanza los 200 mil billones de operaciones por segundo y que también se usa para la investigación de esta y otras enfermedades.
Tanto los superordenadores como estos proyectos de computación distribuida han emprendido distintas formas de analizar la nueva pandemia que ya ha provocado más de un millón de fallecidos en el mundo. [email protected], por ejemplo, ha publicado recientemente sus avances en el estudio del virus y cómo se comporta a la hora de adherirse e infectar la célula humana.
¿Cómo podemos sumarnos a estos proyectos?
Con el ordenador que tenemos en casa para trabajar, estudiar o ver películas. Aunque estemos utilizándolo, la mayoría de tareas no requieren toda la potencia de la que es capaz la CPU del ordenador.
Descargando el software de [email protected] o World Community Grid en el ordenador, la instalación es rápida y sencilla. Casi todos estos programas ofrecen una pantalla de configuración para decirles cuándo queremos que trabajen para que nos moleste los menos posible. Se les puede dar permiso para trabajar mientras estamos usando el ordenador o únicamente cuando está inactivo. WCG incluso cuenta con la función de poner salvapantallas con simulaciones de las investigaciones.
También podemos registrarnos como voluntario anónimo o dar una identidad y ganar una serie de puntos dependiendo del tiempo que le dejemos al programa trabajar en segundo plano. Es posible elegir el proyecto en el que más nos interesa colaborar o si nos da igual, que elijan ellos. El sistema va informando de los avances y tiempo que se está dedicando a cada estudio.