El CEO de Valve está trabajando en interfaces para controlar los ordenadores con la mentes, y viceversa. El promueve un futuro donde la interfaz cerebro – ordenador sean capaces incluso de cambiar nuestro estado de ánimo, pero es una línea muy peligrosa.
La expresión «se le ha cruzado un cable» podría ser bastante más real de lo que es ahora. Un error, un hackeo a nuestra propia persona y a nuestra mente y terminar el resto de nuestros días en un basurero tecnológico o que nos desenchufen.
Pero no, no lloremos aún. Este futuro está muy muy lejano, como el pueblo de la película de Shrek. Un futuro que si bien, estando esta crisis climática como está quizás no llegue nunca, y de llegar, lo vivirán otras generaciones.
Pero todo en esta vida va por procesos y para llegar a algo, antes hay que superar otros niveles. Así pues, para llegar o no, a que nos hackeen literalmente el cerebro, hay que pasar por las futuras interfaces cerebro – ordenador que podrán incluso manipular nuestras decisiones y nuestro estado de ánimo.
Gabe Newell, CEO de Valve, apunta hacia un futuro en el que las BCI (Brain Computer Interface) sean capaces de crear experiencias muy superiores a las actuales fuera y dentro del terreno de los videojuegos.
El comenta que esas experiencias irán más allá de lo que ahora podemos percibir a través de nuestros sentidos. El cree que en ese hipotético futuro nosotros como personas podremos ser editables, es decir, ponernos en «modo» concentración para estudiar, entrar en sueño profundo si tenemos insomnio, y cosas similares.
Y en el terreno de los videojuegos se llegará al punto en el que la máquina detecte que estamos aburridos y nos suba la dificultad del juego, por ejemplo.
Todo esto a través de una aplicación. Igual que abrimos Instagram o Twitter, o vemos vídeos en TikTok, dentro de varios años, podremos manipularnos a nosotros mismos de esta forma tan «sencilla».
Valve se encuentra inmersa en la creación de sus propias BCI, es decir, sus propias interfaces para comunicar mente y ordenador. Ahora mismo la compañía dueña de Counter-Strike está ahondando en la posibilidad de crear una especie de gorro para la cabeza de realidad virtual modificado mediante el que se reciben los impulsos del cerebro y experimentar poco a poco para desarrollar su BCI.
Gabe Newell, afortunadamente, también es consciente de los riesgos que supone entrar de esa forma en el cerebro y ha bromeado con un hipotético caso en el que un tal Bob sigue corriendo desnudo por el bosque tras un fallo en su cerebro por un malware.