MIT y Microsoft tienen un algoritmo que encuentra vínculos ocultos entre las mayores obras de arte del mundo | Tecnología

El arte y la ciencia no suelen estar conectados, pero los investigadores del MIT y Microsoft han querido rebatir esta creencia general creando un algoritmo que puede analizar las obras en muchos aspectos y buscar vínculos.

Habría que fijarse muy detenidamente o tener los conocimientos de un experto en arte para ver similitudes en estas dos obras pictóricas. Ese es el logro que se le atribuye al nuevo algoritmo del Laboratorio de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial (CSAIL) del MIT. 

«El martirio de Saint Serapion» de Francisco de Zurbarán y «El cisne amenazado » de Jan Asselijn, son «dos obras que retratan escenas de altruismo profundo con un extraño parecido visual» explican los investigadores de este proyecto. Por eso su programa MosAIc ha relacionado ambas obras.

Mark Hamilton, estudiante de doctorado de CSAIL, explica en la información del MIT que desarrollar este algoritmo fue todo un reto. No sólo querían que reconociera imágenes similares por el color o el estilo, sino también por el significado y tema de la obra, algo realmente complejo, incluso para los humanos. 


Kurt Luther, un profesor de la Universidad Virginia Tech, ha creado una web que permite analizar fotografías antiguas para determinar quién era la persona que aparecía en ellas, y poder dotar por tanto a esas imágenes del contexto del que carecen.

«Es imposible incluso para los críticos de arte más expertos tomar millones de pinturas a lo largo de miles de años y poder encontrar paralelos inesperados en temas, motivos y estilos visuales» indican desde el MIT. Este es uno de los muchos objetivos que tiene esta inteligencia artificial a la que han entrenado con 5.000 imágenes.

MosAIc busca ayudarnos a explorar el arte ya existente y facilitar el acceso a millones de obras de arte, para expertos o estudiantes, por ejemplo. El usuario ingresa una imagen y el algoritmo de MosAIc encuentra piezas de arte similares. Los investigadores pueden preguntarle por algún instrumento cercano a un vestido azul y blanco, el algoritmo respondió con obras japonesas y holandesas que tenían ese detalle en común. 

Hamilton añade que espera que el trabajo iniciado con MosAIc pueda expandirse a otros campos, como humanidades, ciencias sociales y medicina. «Estos campos son ricos en información que nunca se ha procesado con estas técnicas y pueden ser una fuente de gran inspiración tanto para los informáticos como para los expertos en esos ámbitos» asegura.

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