Inventan un robot que actuará a modo de socorrista cuando no haya personal humano cercano para salvar vidas tanto en piscinas como en lagos.
Uno de los principales peligros de una piscina pública o incluso de estar nadando en un río o en un lago es el riesgo existente de que una persona se acabe ahogando, y la presencia de socorristas es totalmente fundamental para salvar vidas, pero en muchas ocasiones, por falta de mano de obra no hay nadie encargado de la seguridad en muchos de estos lugares.
Por suerte, un equipo de investigadores del Instituto Fraunhofer de Optrónica, Tecnologías de Sistemas y Explotación de Imágenes IOSB en Ilmenau (Alemania) ha desarrollado un robot con la ayuda del servicio de rescate acuático de Halle y que básicamente viene a sustituir o ayudar a los socorristas para evitar ahogamientos de las personas.
El robot es totalmente autónomo y es capaz de reconocer cuando una persona está en peligro. Para ello, las cámaras de seguridad y vigilancia montadas en el techo de la piscina registran los patrones de movimiento de un nadador, y cuando lo identifica como que está en peligro, la información es enviada al robot para que pueda ayudarlo.
Cuando el robot alcanza al nadador que se está ahogando, lo asegura y lo lleva a la superficie del agua, utilizando un mecanismo especial para asegurar a las personas inconscientes para que no se resbalen al salir a la superficie.
El robot socorrista no ocupa espacio, porque cuando no está en uso se guarda de forma segura en una estación de acoplamiento en el suelo de la piscina, que solo se abre en caso de emergencia.
Si bien el invento se ha mostrado para piscinas y lagos, tal vez se podría implementar en mar abierto siempre y cuando existan drones que puedan asumir la tarea de las cámaras de vigilancia, que serían las encargadas de enviar al robot la información.
Los investigadores han podido probar su tecnología en el lago Hufeisensee en Halle (Saale) depositando maniquís de 80 kilos a una profundidad de unos 3 m. En la prueba, el robot pudo asegurar el muñeco, llevarlo a la superficie y después nadar hacia la orilla que estaba a unos 40 m de distancia.
La operación de rescate completa duró poco más de dos minutos. “Las víctimas deben ser resucitadas en cinco minutos para evitar daños a largo plazo en el cerebro. Pudimos permanecer dentro de este periodo crítico sin ningún problema”, señala Helge Renkewitz, científico y uno de los líderes del proyecto.
El robot está equipado con baterías, un motor, cámaras y sensores ópticos y de navegación, y mide 90 cm de largo, 50 cm de alto y 50 cm de ancho.
El próximo objetivo del equipo de investigación es reducir el tamaño del sistema de rescate y hacerlo más pequeño, más ligero y más rentable que el prototipo que acaban de mostrar. También pretenden modificar el robot en un futuro para que pueda realizar otras tareas como inspecciones en altamar o para monitorear arrecifes de coral.