Asus ROG Phone 5, análisis y opinión | Gaming

Cuando muchos esperaban la llegada del ROG Phone 4, Asus se salta la numeración correlativa y pasa directamente al ROG Phone 5. No hace mucho analizábamos el ROG Phone 3 –tienes el análisis aquí— y nos dejaba muy buenas sensaciones. ¿Será capaz de mantener el listón tan alto con su nueva versión?

De lo que no cabe duda es que Asus ha puesto toda la carne en el asador para conseguirlo, y lo hace montando las mejores prestaciones que puede montar un móvil en la actualidad.

ROG Phone 5 está disponible en 3 versiones: ROG Phone 5 Ultimate, ROG Phone 5 Pro y el modelo de referencia ROG Phone 5 en el que nos vamos a centrar en este análisis, que además es el único que está a la venta actualmente en Europa por un precio que parte de los 799 euros para el modelo más básico, hasta los 999 euros para el más completo que es el que analizaremos a continuación.

Análisis del Asus ROG Phone 3 en apartados:

Los móviles gaming también se visten de blanco

Durante mucho tiempo todos los dispositivos gaming, y en especial los móviles se han vestido de riguroso color oscuro o, como mucho, han apostado por dar un toque más agresivo con acabados en rojo o azul.

En este caso Asus nos ha enviado para este análisis un ROG Phone 5 con acabado en blanco que realmente le sienta estupendamente y trae un soplo de brisa fresca y modernidad a los móviles gaming.

Como acostumbra a suceder en los móviles ROG, la propia caja en la que viene el terminal forma parte de la experiencia móvil y permite escanearla con el propio terminal haciendo que el comic que ilustra su interior cobre vida.

Efectos especiales y fuegos de artificio aparte, tenemos entre manos un móvil que destaca por sus dimensiones de 173 x 77 x 9,90 mm y sus 239 gramos. Esto lo convierte en un smartphone que podemos considerar grande y pesado incluso al compararlos con titanes de la talla del Samsung Galaxy S21 Ultra 5G, o su propio antecesor al que supera en tamaño, pero no en peso.

No obstante, teniendo en cuenta sus dimensiones y peso, resulta bastante manejable en el día, aunque su uso supondrá todo reto para aquellos usuarios que no estén acostumbrados a lidiar con un móvil de estas características, obligándole a usar las dos manos para usarlo.

Dejando a un lado los colores en los acabados, estamos ante un smartphone muy continuista con respecto al ROG Phone 3. En la trasera de cristal Corning Gorilla Glass 3 encontramos dos curvas laterales que suavizan el agarre y disimulan los casi 10 mm de grosor de este terminal.

Asus ha traído el diseño de las tapas de los portátiles gaming ROG Zaphyrus a su gama de móviles gaming con un diseño punteado del que emerge el logotipo de ROG decorado con distintos efectos de iluminación RGB. Destacar que este modelo base no cuenta con la pantalla ROG Vision en la trasera que sí incluyen los ROG Phone 5 Pro y Ultimate.

El módulo que contiene las tres cámaras traseras presenta pocos cambios con respecto al modelo de 2020, manteniendo la misma orientación y una forma muy similar.

El blanco níveo de la trasera de cristal contrasta con el negro mate del chasis metálico que recorre el borde el ROG Phone 5. En el lado derecho de este marco encontramos los botones de volumen, situados un poco más altos de lo que nos gustaría, y el botón de encendido que sí está algo más accesible y luce un llamativo color azul.

En los extremos de este lateral encontramos los dos grabados ROG que indican la posición de los Air Triggers o gatillos táctiles. En el lado opuesto encontramos algo inusual en móviles que no son gaming, pero que cada vez es más común en este tipo de dispositivos.

 Se trata de un conector USB- C lateral que permite cargar cómodamente el móvil mientras estás jugando con la pantalla en horizontal.

Justo a su lado encontramos un nuevo conector propietario que sirve para instalar el sistema de refrigeración externo AeroActive Cooler 5 y que no lleva tanto a la confusión como lo hacía la anterior generación por su similitud y cercanía con el puerto USB C.

Asus ha llevado el gaming hasta el mínimo detalle destacando la parte externa de la bandeja de la tarjeta SIM con el mismo acabado azul eléctrico de los detalles de la trasera y en ella se puede leer las siglas GLMF!, acrónimo de Good Luck, Have Fun, una frase que acostumbran a decir los participantes de los torneos competitivos de esports antes de empezar las partidas.

A pesar de contar con un USB C en la parte inferior, encontramos un segundo puerto USB C en la parte inferior, donde comparte espacio con el jack de 3,5 mm para auriculares.

Tal y como sucedía en el Asus ROG Phone 3, los altavoces se encuentran en el frontal, justo en la inserción del cristal Corning Gorilla Victus con el chasis, de forma que el sonido se proyecta frontalmente hacia el usuario.

La pantalla destaca por su simetría con unos marcos laterales contenidos, mientras que los de la parte inferior y superior y son algo más anchos prescindiendo de notch o agujeros en pantalla, por lo que se usan para ocultar la cámara frontal en la esquina superior derecha y un LED de notificaciones en la esquina opuesta.

Junto al móvil se incluye una carcasa ligera transparente de plástico rígido que protege la trasera y la pantalla evitando que puedan arañarse al dejar el móvil sobre una mesa, pero manteniendo visibles los elementos de decoración RGB y el acceso a los puertos y conectores que permiten instalar accesorios como el AeroActive Cooler 5 sin retirar esta carcasa.

Pantalla más grande, 144 Hz, pero poca ambiciosa con la resolución

En cuanto a prestaciones de la pantalla no encontramos demasiadas novedades teniendo en cuenta que el modelo anterior apenas llegó al mercado hace unos meses y ya traía la mejor pantalla AMOLED que podía montar un móvil gaming en aquel momento.

La principal diferencia que encontramos en esta nueva iteración del Asus ROG Phone la encontramos en su diagonal que crece hasta las 6,78 pulgadas apostando por un formato algo más alto de lo normal con una proporción de 20,4:9, por lo que ha tenido que ser fabricado específicamente para este modelo por Samsung.

Sorprende que, con este tamaño de pantalla, Asus no haya apostado por una resolución 2K y mantenga una resolución Full HD+ (2.448 x 1.080 píxeles) dejando una densidad de 395 píxeles por pulgada.

Nos encontramos ante una pantalla específicamente configurada para el gaming con una tasa de refresco de 144 Hz y soporte HDR10 y HDR10+ gracias a sus excelentes niveles de brillo que ofrece.

En nuestras mediciones hemos obtenido una media de 1033 luxes con el brillo manual al máximo. Esto implica obtener una excelente visibilidad de la pantalla bajo cualquier circunstancia de luz. Incluso a pleno sol.

Cuando activamos el modo de alto brillo en automático, la pantalla es capaz de alcanzar una tasa de brillo media de hasta 1.847 luxes. En base a estos datos, podemos decir que la pantalla del ROG Phone 5 es claramente más brillante que la que montaba la generación anterior.

Con semejantes tasas de brillo se explica la viveza de colores que hemos obtenido al jugar a títulos muy coloridos como Brawl Stars o Genshin Impact, así como a la hora de ver series y contenido en HDR.

Las altas tasas de brillo vienen acompañadas de un buen control del color que se centraliza en el apartado Splendid del menú Ajustes. Desde este menú pueden elegirse distintos calibrados para la pantalla: Predeterminado, Natural, De cine, Estándar y Personalizado.

Nuestra recomendación es que, o bien elijas el perfil Estándar como punto de inicio y modifiques la temperatura de color moviendo el deslizador un punto hacia el frío o bien elegir el perfil Personalizado y configurar temperatura y saturación a tu gusto con los mandos deslizantes.

Desde las opciones del menú Pantalla también puedes ajustar la tasa de refresco para la pantalla, pudiendo establecer directamente esos 144 Hz u optar por la opción Automática para dejar que el sistema ajuste la tasa de actualización a la máxima que permita la app o juego que estás usando en ese momento.

Este es el método más eficiente para obtener un buen equilibrio entre ahorro de batería y buen rendimiento ya que el móvil no mantendrá la misma tasa de refresco constantemente como sucede si seleccionas una opción con un valor concreto.

Sin embargo, es posible que el sistema no detecte correctamente la compatibilidad de los juegos que soportan los 144 Hz de pantalla, por lo que si juegas a títulos compatibles con esta frecuencia, lo mejor es seleccionar la tasa máxima desde la configuración del perfil del juego en la app Armoury Crate.

La alta tasa de refresco de 144 Hz se complementa con una tasa de reconocimiento táctil de 300 Hz lo cual permite a la pantalla reaccionar con más rapidez en el control de los protagonistas de los juegos.

En resumen, se trata de una pantalla muy preparada para potenciar al máximo la experiencia de juego de forma que nada distraiga de lo importante: lo que sucede en pantalla.

Sin embargo, en nuestra opinión, Asus debería haber apostado por una resolución un poco más ambiciosa para elevar la densidad de píxeles por pulgada y mejorar así la definición.

Potencia desatada que puede con todo

No te descubrimos nada si te decimos que, si por algo destacan los móviles gaming es por su excelente rendimiento. En este apartado el Asus ROG Phone 5 cumple con creces ya que monta el hardware más potente que puede montarse en un smartphone en 2021.

Como no podía ser de otro modo, el ROG Phone 5 monta un procesador Qualcomm Snapdragon 888 de ocho núcleos Kryo 680 fabricado en una litografía de 5 nm permitiendo una buena conciliación entre potencia bruta y consumo energético.

El rendimiento que hemos obtenido al ejecutar juegos en este móvil ha sido excelente, permitiéndonos incluso el lujo de subir la calidad gráfica en un auténtico peso pesado como es Genshin Impact sin que el ROG Phone 5 hinque la rodilla gracias a al excelente comportamiento de la GPU Adreno 660.

El mismo comportamiento se ha dado en los juegos que habitualmente usamos como referencia: Asphalt 9, COD: Mobile, PUBG Mobile o Brawl Stars.

Basta mirar las puntuaciones de los benchmarks para darse cuenta de la mejora en el rendimiento que proporciona el Snapdragon 888.

El precio que hay que pagar por obtener el mejor rendimiento es un aumento notable de la temperatura cuando se le aprietan las tuercas con juegos extremadamente exigentes.

La parte positiva es que Asus ha empleado una arquitectura simétrica dividiendo en dos la batería, de forma que cada mitad se sitúa en los extremos del smartphone quedando bajo las manos al sujetar el móvil en horizontal, mientras que el foco del calor genera el Snapdragon 888 queda justo en medio del móvil, alejado de sus manos.

Esto, unido a la cámara de vapor sobredimensionada y reforzada con láminas de grafito para mejorar la extracción del calor convierten al chasis del ROG Phone 5 en un disipador que distribuye la temperatura por todo el cuerpo del móvil haciendo que el calor no sea una molestia para el jugador.

Es en este momento cuando se agradece tener cerca el accesorio AeroActive Cooler 5, un ventilador externo que se ancla en la trasera del ROG PHone 5 y se alimenta mediante el conector del lateral dejando libre el puerto USB C. Más adelante te hablaremos con más detalle de este y otros accesorios para el ROG Phone 5.

Hemos de decir que, si bien es cierto que este accesorio contribuye en gran medida a que la temperatura del ROG Phone 5 no se dispare, tampoco es la panacea ya que se continúa apreciando el incremento de temperatura, sobre todo la parte visible del chasis que bordea el terminal.

Aun así, este aumento de temperatura no resulta tan molesto como en la generación anterior, por lo que se nota el esfuerzo que la marca ha hecho rediseñando el sistema de refrigeración de este móvil gaming.

Asus ha logrado un buen equilibrio en el hardware de su último móvil gaming complementando un procesador tan potente con 16 GB de memoria RAM LPDDR5 para que la memoria RAM no sea motivo de pérdida de fluidez al ejecutar los juegos o en multitarea.

La unidad del Asus ROG Phone 5 que estamos analizando monta 256 GB de almacenamiento interno con soporte UFS 3.1 que no solo es más eficiente en el consumo energético, sino que agiliza la ejecución de las aplicaciones optimizando las operaciones de lectura y escritura. Algo muy útil para cargar niveles y ejecutar los juegos.

El móvil gaming de Asus no cuenta con ranura para tarjetas microSD, por lo que no es posible ampliar la capacidad de almacenamiento seleccionada en origen.

ROG UI con Android 11, un sistema operativo con ADN gaming

El software es una parte importante para obtener una buena experiencia gaming. Por muy potente que sea el hardware que monta el smartphone, si el software no aprovecha ese músculo está condenado al fracaso.

Asus no se la ha jugado y ha tirado de su capa de personalización ROG UI que apuesta por una estética de aspecto gaming en el que no deja rastro del diseño nativo de Android 11.

Los distintos menús de configuración de la interfaz permiten ajustar cada aspecto del funcionamiento y estética del smartphone, algo que no es nada sencillo ya que existe una enorme cantidad de opciones posibles relacionadas con las luces RGB de la trasera, el comportamiento de los gatillos táctiles, los temas para cambiar el aspecto de la interfaz, etc.

Dejando a un lado la capacidad de personalización que permite un móvil de estas características, las opciones generales necesarias para configurar su funcionamiento están en el mismo lugar que en cualquier otro Android por lo que, en esencia, no resulta complicado gestionar estos ajustes que muy probablemente los personalices en el primer encendido y nunca más vuelvas a tocarlos.

Sin duda se trata de un sistema operativo que permite exprimir al máximo todo el potencial del ROG Phone 5, y un ejemplo lo encontramos en Game Genie un completo panel de control desplegable desde el que puedes configurar el comportamiento del móvil mientras juegas.

Esta configuración no se conforma con limitar las notificaciones o ajustar el rendimiento del móvil, sino que permite personalizar el funcionamiento de los gatillos haciendo que respondan a pulsaciones, deslizando e incluso dividiéndolos para duplicar sus funciones.

Asus tampoco se ha olvidado de Armoury Crave, el rincón dedicado al gaming que Asus implementa en todos sus portátiles ROG y que también tiene su versión para móviles ROG.

Desde este espacio se puede acceder a todos los juegos instalados, pero también se puede configurar el comportamiento del smartphone creando distintos perfiles personalizado para, por ejemplo facilitar el aprovechamiento de los 144 Hz de la pantalla listando los juegos que soportan esta tasa de refresco y permitiendo instalarlos directamente desde ahí.

También resulta muy interesante la incorporación de una zona que aprovecha la sensibilidad táctil de los gatillos AirTrigger 5 para crear una zona “apretable” cuando se sostiene el móvil en vertical, permitiendo asignarle funciones como activar la linterna, abrir cualquier app o activar el Modo X con el que este smartphone pisa el acelerador y se prepara para rendir al máximo en juegos.

Un aspecto positivo es que apenas encontramos bloatware preinstalado de serie. El que hay se limita a  apps como Facebook, Messenger, las apps de Google o Netflix, además de algunas apps propias como Asus Data Transfer que te permite hacer la transferencia de archivos entre dispositivos y son fácilmente desinstalables.

En lo referente a la seguridad biométrica, encontramos un sensor de huella dactilar integrado en la pantalla que ofrece un buen tiempo de respuesta. El sensor está situado a buena altura y resulta sencillo desbloquear la pantalla incluso con una mano.

Por otro lado, el Asus ROG Phone 5 cuenta con desbloqueo facial que permite desbloquear el móvil con solo levantarlo. El reconocimiento se lleva a cabo por software, por lo que tiende a mostrar fallo en malas condiciones de luz, aunque compensa esa carencia iluminando el rostro con la luz de la pantalla.

En cualquier caso, se trata de un sistema de reconocimiento muy básico que puede mostrar algunos problemas si llevas gafas o vistes accesorios o gorros.

En términos generales, la capa de personalización ROG UI se ha comportado de forma fluida durante todo el tiempo de prueba y, a pesar del gran número de opciones que pueden llegar a marear al usuario, se mantiene dentro de un esquema bastante fácil de encontrar.

Sí es cierto que, en determinados apartados, como los dedicados a la configuración de los Air Triggers o la asignación de botones en pantalla, se agradecería una mejor descripción de las funciones de cada una de ellas para hacerlo algo más sencillo.

Por todo lo demás, ROG UI nos ha parecido una capa muy bien enfocada en exprimir al máximo las prestaciones del móvil desde una interfaz lo más sencilla posible.

No es un móvil fotográfico, pero se defiende bien con las fotos

Cada categoría de móviles tiene sus puntos fuertes y sus puntos débiles. En el caso de los móviles gaming su fuerte es la potencia y la conectividad, dejando en un segundo plano apartados como la fotografía.

Aun así, el Asus ROG Phone 5 que estamos analizando no falla estrepitosamente en este apartado y salva los muebles con unas fotos correctas que se quedan al nivel de un móvil de gama media, no de un gama alta con un precio cercano a los 1.000 euros.

No vamos a decir que los resultados nos han sorprendido porque, en general, presenta una configuración de cámaras y resultados muy similares a lo que vimos en el ROG Phone 3.

Al intentar hacer una foto lo primero que nos encontramos es una app de cámara sencilla de usar que mantiene el carrusel de modos de disparo de foto y vídeo sobre el botón de disparo.

Este carrusel es totalmente configurable desde el apartado Más, donde además encontramos algunos modos adicionales de foto y vídeo como el siempre interesante modo Noche, Macro y Manual para fotografía y vídeo o un modo específico para hacer un seguimiento de un objeto en vídeo manteniéndolo siempre enfocado.

Cada modo de disparo presenta una serie de opciones específicas en la barra superior. En esta barra encontraremos el acceso para activar o desactivar el HDR al hacer fotos, cambiar el formato de la foto o acceder a los ajustes de la cámara.

En definitiva, se trata de una app que resulta cómoda y fácil de usar, con las opciones de disparo de cada modo a mano y un funcionamiento fluido tanto al cambiar de modo de disparo, como para guardar las fotos y vídeos.

La configuración de cámaras del Asus ROG Phone 5 es prácticamente calcada a la que montaba el ROG Phone 3. Antes de meternos en harina con el análisis de la calidad de sus fotos, te recordamos que puedes descargar los archivos originales desde este enlace para que puedas comprobar por ti mismo su calidad.

Como era de esperar, el ROG Phone 5 resuelve de forma correcta las fotos con buena luz con su cámara principal. A nivel óptico son unas fotos que aciertan bastante con el enfoque y conserva un buen nivel de detalle.

Es cierto que el rango dinámico no es el más amplio de su categoría, pero se mantiene a flote con unas fotos aceptables que conservan unos colores realistas, aunque muestra cierta tendencia a bajar la intensidad de los colores en lugar de potenciarla con mayor saturación como hacen otros modelos.

Resultados similares encontramos en el resto de cámaras, donde cada una adolece de sus respectivos puntos débiles. La cámara gran angular, por ejemplo, acusa la menor apertura con unas fotos más sombrías donde no se consigue levantar el detalle en sombras al nivel que lo hace la cámara principal.

 

En lo que se refiere a la corrección de distorsiones y a la habitual falta de nitidez que acostumbramos a encontrarnos en este tipo de lentes, podemos decir que esta cámara se encuentra dentro de lo razonable, con una ligera pérdida de definición en los extremos, pero mantiene muy bien el tipo con la distorsión de barril conservando las líneas rectas y sin deformaciones focales.

Se agradece tener a mano el control del HDR en la app de cámara ya que, aunque recomendamos mantenerlo en automático, bajo determinadas circunstancias de luz puede optar por no usarlo, por lo que nos tocará repetir la foto tomando el control del HDR para forzar su uso.

El ROG Phone 5 cuenta con una cámara Macro “de cortesía” porque a efectos reales unas fotos con tan poca resolución no son utilizables más allá del ámbito de las pantallas de móvil o redes sociales.

El resultado recoge el testigo de lo que vimos en este mismo tipo de cámara montada en el ROG Phone 3. Unas imágenes con mucha intención en el enfoque y el tratamiento del color, pero que deja ver sus costuras a poco que se tira de zoom revelando una falta de definición evidente con solo 2 Mpx y una fuerte presencia de grano en la imagen.

Por la noche es cuando realmente se aprecia la caída de rendimiento en la calidad de las cámaras y el procesado de las fotos en un smartphone que no tiene la fotografía como su principal prioridad.

Para resolver las fotos con poca luz o nocturnas tenemos dos opciones: o dejar que el smartphone se encargue de todo el ajuste con el modo Foto automático, u optar por el modo Noche.

Los resultados son dispares dependiendo del tipo de foto. Por un lado, las fotos hechas con el modo Foto auto son más propensas a no salir movidas a costa de un procesado más agresivo que termina por llevarse por delante el detalle de las fotos dejando imágenes muy lavadas.

Si optas por el modo Noche se mejora el equilibrio de luces y se obtiene un buen balance de blancos, pero se incrementa considerablemente el riesgo de que la foto quede movida porque se incrementa el tiempo de exposición pudiendo elegir entre 3 o 6 segundos de exposición.

El modo Retrato es, probablemente, uno de los apartados más sorprendentes por sus buenos resultados por ofrecer un recorte muy natural de la silueta y mantener unos tonos de piel realistas. Eso sí, no conviene abusar del desenfoque ni de los modos de belleza para mantener un aspecto realista.

Unos resultados similares se obtienen con el modo Retrato en la cámara frontal dejando unas muestras con un buen nivel de detalle en pieles, pero con la misma tendencia a sobreexponer los cielos de fondo que encontramos en la cámara de cualquier smartphone de gama media.

El comportamiento de la cámara de selfies por la noche muestra el mismo comportamiento que las traseras, con una considerable caída en su rendimiento con respecto a las mismas tomas con buena luz y un mayor riesgo de que los selfies te queden movidos al montar una cámara con una lente muy poco luminosa.

En el apartado de vídeo encontramos soporte para vídeos 8K a 30 fps y a 4K con 30 y 60 fps y Full HD. Con estos modos se obtiene una buena calidad de imagen, ofreciendo un vídeo bastante bien compensado mediante estabilización electrónica, pero sin llegar a ser muy acusada por lo que deja un aspecto muy natural y fluido.

Al grabar en resolución 8K los paneos horizontales muestran unos ligeros saltos en el desplazamiento que desaparecen al mantener el plano estático, lo cual revela una falta de optimización en el procesado de los vídeos a esa resolución.

En teoría, el ROG Phone 5 entrega los mejores resultados activando el modo Hypersteady que se limita solo a resoluciones Full HD. Sin embargo, en la práctica esta teórica mejora no esta tan notable y se sacrifica detalle en el vídeo, por lo que puede no compensar usarlo.

6.000 mAh de batería con un procesador más potente ¿se notará el consumo?

Es una de las preguntas que nos hicimos nada más conocer la capacidad de batería que iba a tener el Asus ROG Phone 5. Y no es para menos ya que la nueva generación mantiene la misma capacidad, pero monta un procesador considerablemente más potente.

Pues la respuesta a esa pregunta es que no hemos notado una gran diferencia en el tiempo de uso con respecto a los resultados que obteníamos con la anterior generación aunque, como siempre que hablamos de autonomía de batería, este tema está muy sujeto a variaciones en función del uso.

En un uso medio real, en el que hemos estado haciendo algunas fotos, responder correos, apps de mensajería, navegación web, escuchar algunos podcast con auriculares Bluetooth, ver algunos vídeos y, por supuesto, también tienen cabida algunos juegos.

En ese escenario de uso, hemos podido llegar hasta el final del día sin demasiados problemas y con un pequeño porcentaje de batería de sobra, con un uso promedio de unas 7 horas y media de pantalla.

Esto, recordemos, con un uso medio que no se centra en jugar. Si potenciamos el componente gamer y le dedicamos más horas a jugar, entonces bajará esa autonomía hasta poco más de cuatro horas teniendo en cuenta que al jugar le hemos instalado el ventilador externo para que mantenga las temperaturas o alguno de los accesorios para jugar que comentaremos más adelante.

Los perfiles de rendimiento tienen mucho que decir en este tema ya que el consumo energético del procesador está muy ligado a esta configuración de rendimiento. Nos atrevemos a decir que es incluso más decisivo que elegir una determinada frecuencia de pantalla.

Como ya hemos comentado antes, la batería del Asus ROG Phone 5 se encuentra dividida  en dos y ubicada a cada extremo del terminal. En la teoría, esta disposición permitiría a la tecnología ASUS HyperCharge cargar ambas partes de forma paralela para acelerar la carga sin que ello implique un aumento de la degradación de la batería a medio o largo plazo.

Asus ha añadido un cargador rápido de 65 W con el que la carga de batería del ROG Phone 5 consigue recuperar el 50% en unos 20 minutos, mientras que tardará casi 1 hora en completar el 100% de su carga.

Asus también ha incluido un componente de software para ayudarte a proteger la salud de la batería y en el apartado de Batería del menú Ajuste se halla el apartado Cuidar la batería desde el que se pueden aplicar medidas de limitación de carga al 80% o ralentización de la carga de batería para que las celdas de energía no sufran a largo plazo y el móvil mantenga su autonomía.

No cabe duda de que estamos ante un móvil bastante “tragón” en cuanto a energía porque así lo requiere su rendimiento. Pero también es cierto que cuenta con decenas de posibles ajustes que pueden inclinar la balanza y hacer que su autonomía se equipare a los “móviles normales”.

En nuestras pruebas hemos notado que existe una gran diferencia entre afinar esos ajustes individualmente para cada juego o tipo de uso, o simplemente pisar el acelerador con el Modo X (o combinarlo con el ventilador AeroActive Cooler 5) y salir quemando rueda en los juegos.

Doble USB y lo último en conectividad y sonido

La experiencia en juegos de un móvil gaming debe llevar al límite la capacidad de conectividad por la propia esencia del dispositivo: poder jugar de forma fluida en cualquier momento y lugar.

Si la conectividad ya es importante en ordenadores y portátiles gaming, en un móvil debería ser todavía más para permitir al jugador poder disfrutar de una partida multijugador online mientras vuelve a casa en transporte público.

El ROG Phone 5 ha sabido recoger esa esencia y la ha aterrizado en forma de un buen paquete de conectividad en la que, por supuesto, no podía faltar la conectividad 5G que supone una puerta abierta a los juegos en streaming.

Además del soporte 5G encontramos una bandeja con capacidad para dos tarjetas nanoSIM 4G, pero también admite una combinación de una tarjeta SIM 4G y 5G, pero no dual SIM con 5G.

El móvil de Asus incorpora la tecnología WiFi 6E (802.11 ax) con 2×2 MIMO (Multiple-Input and Multiple-Output) que permite optimizar la señal WiFi para garantizar la mejor conexión, pudiendo incluso alternar entre la conexión WiFi y de datos móviles para evitar que se pierda la conexión. Tampoco le falta NFC o conexión con los satélites GPS, GLONASS, BDS y Galileo.

Sirviendo de nexo de unión entre la conectividad y el audio, el ROG Phone 5 que estamos analizando cuenta con Bluetooth 5.2 con soporte para audio de alta fidelidad inalámbrica bajo los estándares de Qualcomm aptX Adaptive y LDAC.

Durante el tiempo que ha durado nuestro análisis del ROG Phone 5 hemos usado tanto auriculares con cable, gracias al jack de 3,5 mm presente en el smartphone y en el AeroActive Cooler 5 opcional, como auriculares inalámbricos conectados por Bluetooth.

Debemos decir que en este modelo la diferencia entre ambos sistemas de conexión es apenas inapreciable porque ambos están muy optimizados. En la vertiente inalámbrica no hemos apreciado una pérdida de calidad apreciable al escuchar música desde unos auriculares Bluetooth, ni rastro de latencia en los juegos.

Al conectar unos auriculares con cable al jack de 3,5 mm nos estamos aprovechando del Quad DAC ESS SABRE y el amplificador para auriculares integrado, además de la afinación del sonido ajustada por los especialistas suecos de Dirac desde el apartado Asistente de sonido del menú de Ajustes.

Otro de los ases que Asus se saca de la manga en este móvil gaming es el sonido estéreo que proporcionan sus dos altavoces frontales. Al tener esa proyección frontal, el sonido llega directamente al jugador, de forma simétrica y desde los extremos.

Esto hace que se potencie la sensación de que el sonido del juego trasciende los límites frontales. Este sonido es contundente y con una buena carga de bajos que se mantienen en su sitio hasta el 80% de su volumen. Nos parece que el ROG Phone 5 ofrece una potencia algo más baja de lo que recordamos en el ROG Phone 3, pero más que suficiente en cualquier caso.

La sensación es igual de buena al ver series o películas, donde los diálogos se dibujan con nitidez y se distribuyen en una atmosfera de sonido que amplía los límites de la pantalla.

ROG Phone 5 y sus amigos

Lo hemos visto en los equipos gaming de escritorio y en portátiles: los accesorios gaming que se utilicen marcan la diferencia en la experiencia gaming.

La disponibilidad de una gama de accesorios es cada vez más importante para elegir un determinado móvil gaming por eso, además de contarte nuestra opinión sobre el ROG Phone 5, también te contamos qué nos han parecido sus accesorios.

En este caso el ROG Phone 5 llega acompañado de varios “amigos” que complementan y mejoran la experiencia gaming acercándola a la que se obtiene en consolas u otro tipo de dispositivos, pero con la ventaja de no estar limitado a usarlo en una mesa o conectado a un monitor.

En este análisis ya hemos mencionado en varias ocasiones uno de los accesorios que consideramos como imprescindibles y es el ventilador externo AeroActive Cooler 5 que se instala en la parte trasera para ayudar a mantener a raya la temperatura permitiendo el acceso al USB C del lateral y aportando una toma de auriculares extra.

No es lo único que aporta. A cada lado del ventilador encontramos dos botones personalizables adicionales que mejoran la experiencia de juego ya que se evita tener que mover tanto las manos por la pantalla táctil y son incluso más cómodos de usar que los gatillos táctiles.

Además incluye una pata desplegable a modo de soporte que permite mantener el móvil en horizontal para ver una película o para jugar con el siguiente accesorio que queremos comentar: el gamepad Asus Kunai 3.

Este mando es una especie de “transformer” que permite usarse tanto como un mando por separado vinculado con el smartphone por Bluetooth, como para integrarse con el propio móvil en forma de “joycons” que se montan en una carcasa para convertir el móvil en una suerte de consola portátil de facto.

Mentiríamos si dijéramos que este gamepad no aporta una experiencia gaming más cómoda y completa, pero el hecho de necesitar varios accesorios no lo hace tan cómodo y portátil.

En tercer lugar, Asus nos ha enviado los auriculares intraurales ROG Cetra II Core, unos auriculares in-ear que ganan algunos enteros cuando se conectan al ROG Phone 5 y se selecciona su perfil de audio en el apartado Sonido, pero tampoco aportan nada extraordinario si los comparamos con unos auriculares de calidad de cualquier otra marca.

Una experiencia de juego a la altura de las expectativas, aunque con margen de mejora

Analizar un móvil gaming como este ROG Phone 5 no es algo sencillo ya que no se rigen por las mismas leyes que el resto de los “mortales”. Son la flor y nata de la tecnología móvil y además lo son orientada a una tarea muy específica.

En este contexto, el ROG Phone cumple con nota con lo que se espera de un móvil gaming en 2021. Estas expectativas no se limitan a montar el mejor hardware del momento, sino en conseguir exprimir al máximo las posibilidades que ese hardware ofrece. Sin duda, podemos marcar esa casilla como objetivo cumplido porque el móvil gaming de Asus lo hace y muy bien.

Sin embargo, echamos de menos una pantalla algo más ambiciosa que permita amortizar el aumento de tamaño y la calidad de la pantalla de este año con funciones configurables (tal y como se ha hecho con la tasa de refresco), permitiendo mantener una resolución Full HD+ para conservar el equilibrio energético en juegos, y poder subir la resolución a 2K al ver series o contenido en vídeo.

En el ROG Phone 5 se ha hecho un buen trabajo en la gestión de la temperatura alejando el foco de calor de las manos del usuario, pero se mueve en el filo de la navaja y tal vez en este modelo deberían haber incluido el ventilador externo junto al smartphone para garantizar que las temperaturas no se desbocan.

Decir que estamos probando una de las versiones básicas de este móvil gaming suena casi a chiste porque la combinación de un Snapdragon 888, 16 GB de RAM y 256 GB de almacenamiento interno es más que suficiente para obtener una excelente experiencia gaming durante mucho tiempo.

El gran problema al que se enfrenta el ROG Phone 5 es que el nicho de móvil gaming se está poniendo tan competitivo como el del resto de gamas de móviles Android.

Por los 999 euros que cuesta, el ROG Phone 5 que estamos probando tiene que competir con móviles gaming con un precio mucho más ajustado como es el RedMagic 6 que llega al mercado con un precio de 599 euros, o el BlackShark 4 Pro que se prevé que tendrá un precio que rondará los 600 euros con unas prestaciones muy similares.

Esa diferencia puede jugar en su contra y decantar la decisión de compra para un móvil que se mantiene como el rival a batir dentro de este nicho de mercado.