Tengo que admitir que la Mi Band no es algo que me llamara la atención en las dos primeras generaciones. No necesitaba un podómetro, sino algo que midiera el pulso en la muñeca y que lo hiciera bien, por eso, en cuanto salió la Mi Band 3, me lancé a por ella.
La compré en AliExpress y, curiosamente, me llegó antes que la versión oficial española. Disfruté mucho con ella, como podéis ver en su análisis, y cuando salió la Mi Band 4, también me lancé a por ella.
La Mi Band 5 cambió ciertos elementos necesarios, como la introducción de la carga magnética y, ahora, la Mi Band 6 mantiene prácticamente todo lo que me encantó de la versión anterior, pero aumentando el número de deportes y, sobre todo, presumiendo de una pantalla más grande.
Pero… ¿es suficiente? A continuación os contamos nuestra opinión de la Mi Band 6 en este análisis en el que, además, respondemos a algo que nos habéis preguntado muchísimo estos últimos días: ¿vale la pena comprar la Mi Band 6 si tenéis la Mi Band 5?
Xiaomi Mi Band 6 | |
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Tamaño | 47,4 × 18,6 × 12,7 mm |
Peso | 12,8 gramos |
Batería | 125 mAh | Carga magnética |
Panel | AMOLED de 1,56″ | Resolución de 486 x 152 píxeles | 326 píxeles por pulgada | Brillo de hasta 450 nits | Controles táctiles |
Conectividad | Bluetooth 5.0 |
Sensores | Frecuencia cardíaca | Pulsioxímetro | Acelerómetro de 3 ejes y giroscopio de 3 ejes |
Protección | Cristal templado con revestimiento antihuellas | Sumergible 5 ATM |
Sistemas operativos y dispositivos compatibles | Propio | Android 5.0 o superior | iOS 10.0 o superior |
Precio | 45 euros |
Análisis de la Mi Band 6 por apartados:
Si algo funciona, no lo cambies
Como es costumbre, vamos a empezar la review de la Mi Band 6 hablando del diseño. Y aquí, realmente, no hay mucho que decir que no hayamos dicho en el análisis de las últimas tres generaciones.
Tenemos la clásica pastilla, o cápsula, que es la Mi Band, por así decirlo. Si la tenemos apagada será complicado diferenciarla de las Mi Band anteriores, pero hay detallitos que delatan a esta nueva generación.
No tenemos el circulito en la parte inferior de la pantalla que servía como botón ‘Home’ y la trasera se ha rediseñado mínimamente para introducir los nuevos sensores. Como digo, si la pantalla está apagada será complicado distinguir una de otra, y parte de la culpa la tiene la correa.
Sigue siendo la misma que la que teníamos en las anteriores generaciones, pero no es exactamente igual. Sí, tenemos el mismo botón de cierre de aluminio, sigue siendo elástica, la textura es clavada, pero es algo más grande para albergar la nueva cápsula.
La Mi Band 6 sigue siendo muy pequeñita, pero es un pelín más grande que las anteriores en los tres ejes, aunque curiosamente las correas de silicona que tengamos de las anteriores serán perfectamente compatibles.
No van a quedar 100% bien, ya que se notará que están algo más estiradas (un milímetro hace mucho), pero si sois de los que tenéis el clásico pack de 10 bandas de Amazon, vais a poder reutilizarlo. Eso sí, si tenéis pulseras más específicas, como las de aluminio y otros metales, o la inmensa variedad de diseños de terceros, seguramente no podáis utilizarlas.
Pero vamos a lo importante: ¿es cómoda? Sí, muchísimo. Sus apenas 12,8 gramos y sus dimensiones pasan totalmente desapercibidos en la muñeca tanto de día como de noche, y esto es importante porque una de las mejoras de este modelo es que la medición de sueño se ha potenciado, por lo que debe «apetecer» llevarla durante todo el día.
Al final, muchas veces te olvidas de que la llevas puesta hasta que estás haciendo algo y te entra una notificación, con la respectiva vibración. En diseño, como digo, tenemos una cápsula y una correa prácticamente idénticas a las de generaciones anteriores.
El gran cambio de esta generación, y se agradece muchísimo
Vayamos a la pantalla, ya que es uno de los grandes atractivos de este modelo, si no el que más. La pantalla es fundamental en este tipo de dispositivos porque, al final, es donde vamos a ver la información como las notificaciones y las estadísticas deportivas, pero también debe ser lo suficientemente buena como para, en medio de una carrera, pulsar la pantalla y que responda correctamente, y en eso, la verdad, cumple de maravilla.
Pero antes de hablar de esas sensaciones a los mandos, veamos las especificaciones. Como digo, es el mayor cambio en esta generación de Mi Band porque pasamos de una pantalla de 1,1″ a una de 1,56″.
Puede parecer muy poco más, pero la verdad es que marca una diferencia importante a la hora de mostrar más elementos en pantalla, hacer que las esferas, o ‘watchfaces’, cobren más importancia y, en este sentido, podemos decir que tenemos un montón de esferas en la aplicación del móvil, así como algunas personalizadas.
El panel es AMOLED y lo cierto es que se ve genial. Los 326 píxeles por pulgada son óptimos en este tamaño y formato y sí, vais a distinguir los píxeles, pero os vais a tener que pegar al la pantalla para verlos. En el día a día ya os digo que no los apreciaréis.
En las ‘esferas’ más minimalistas con fondo negro vais a ver muy bien el contenido, pero en los fondos a todo color es un espectáculo y, realmente, llama muchísimo la atención. Eso sí, mejor tener un fondo con abundancia de negros para ahorrar batería, ya que no vendrá nada mal.
Las notificaciones se leen bien, los menús también, los colores de las aplicaciones son vistosos y, como digo, la pantalla ofrece una muy buena experiencia, aunque hay un par de detalles que deberían mejorar, sobre todo teniendo en cuenta que han subido el precio.
El primero es que no hay brillo automático. Tenemos cinco niveles de brillo que debemos configurar de manera independiente y que puede ser algo tedioso, ya que en exterior habrá que poner el máximo, pero en casa hay que bajar al nivel tres o cuatro y, para llegar al ajuste, hay que navegar entre algunos menús.
El otro detalle es que prácticamente todos los menús se cortan y las descripciones de los mismos empiezan a pasar como en un carrusel, a un ritmo bastante lento, debo añadir. Las notificaciones sí aparecen en columna y el texto no se desplaza en horizontal, pero en los menús y opciones de la Mi Band 6 sí ocurre con bastante frecuencia. Con una pantalla más cuadrada, eso no pasaría.
Pero vamos al control, y es que ya no se puede hacer mediante el botón ‘Home’, por lo que tenemos que acostumbrarnos a los gestos. Afortunadamente, el sistema funciona exactamente igual que en un móvil: arriba y abajo para hacer scroll por menús, pulsación para seleccionar y tirar de la pantalla de izquierda a derecha para volver atrás.
Los menús rápidos (los que van de izquierda a derecha) se pueden personalizar en la aplicación y, por defecto, viene el de música y el del tiempo, y algo que me ha gustado es que en algunas watchfaces podemos tocar en uno de los parámetros que muestran para ir, directamente, al apartado en cuestión.
Por ejemplo, en la que viene por defecto, si tocamos el corazoncito, nos lleva a la medición del ritmo cardíaco y, si tocamos en el iconito del tiempo, a la ‘app’ del tiempo. No está nada mal y es algo que nos ahorra dar toques de más en la pantalla.
Es un sistema intuitivo y que responde bien. No es lo rápido que a todos nos gustaría, pero lo cierto es que la experiencia es buena para el tipo de dispositivo del que estamos hablando.
Gamificando la salud con mejoras en esa faceta de ‘smartwatch’
Antes de hablar de la salud, las funciones y la medición deportiva, toca hacer un aviso: no estamos ante un dispositivo médico. No va a medir con exactitud ni el ritmo cardíaco ni, sobre todo, el oxígeno en sangre, por lo que no os tenéis que tomar estas mediciones al pie de la letra y fiaros de ellas si sois usuarios que necesitan… pues eso, un dispositivo médico.
La medición del ritmo cardíaco es muy similar a la que hacen otras Mi Band o el propio Apple Watch y, comparado con una banda pectoral, pulsación arriba o pulsación abajo, creo que es una medición precisa.
Podemos seleccionar que nos mida cada minuto, cada cinco, cada diez, cada treinta o de forma manual y, al menos en estas dos semanas de uso, no he notado mediciones extrañas como picos que no deberían suceder (eso de 120 pulsaciones estando sentado o cosas así).
En este parámetro… bien porque, además, la aplicación del móvil nos da bastantes datos que para los deportistas casuales más interesados pueden ser de mucha ayuda.
La pulsera también mide el estrés con una serie de algoritmos y el sueño, y aquí también he tenido la sensación de que es un dato muy preciso que mejora con un nivel de precisión más ‘profundo’ que utiliza el sensor de oxígeno en sangre para medir la calidad del mismo en tiempo real.
De noche vais a ver la lucecita roja de la parte trasera de la pulsera, pero esto no significa que os aparezca el dato de oxígeno en sangre en la aplicación, ya que es un parámetro que solo sirve para medir mejor el sueño.
Ahora bien, y por eso decía que no es un dispositivo médico: el sensor de oxígeno en sangre, el pulsioxímetro, no tiene medición en tiempo real ni a lo largo del día ni a la hora de hacer deporte. Si queréis conocer la saturación de oxígeno en sangre, vais a tener que hacer la medición manualmente.
Esto es algo importante para los deportistas más serios y, sobre todo, para cualquier persona en esta pandemia, ya que el COVID ataca, directamente, a la saturación de oxígeno en sangre. Sin embargo, mis datos no podrían ser más dispares, teniendo mediciones del 100% justo después de una medición del 89% (con la que me tendría que preocupar, y mucho).
Me mide el oxígeno en sangre más bajo que otros dispositivos, pero a otros compañeros les da puntuaciones más altas que otros smartwatches, por lo que es un tema espinoso cuanto menos.
Algo que me gusta mucho de los dispositivos de Xiaomi, incluso del cepillo de dientes, es la ‘gamificación’, esa puntuación que nos pone el dispositivo por completar tareas. Aquí se trata de algo llamado PAI que hemos visto en dispositivos anteriores y que nos anima a conseguir 100 puntos por día para mejorar nuestra salud.
Más allá de la medición de salud, tenemos el contador de pasos, un apartado de notificaciones (funcionan muy bien, pero no podemos responder, solo leerlas y borrarlas del dispositivo).
También tenemos un monitor para ayudar a relajarnos mediante respiración profunda, un calendario, alarmas, el tiempo, el control de música (funciona con las apps del móvil que tengamos enlazado con la Mi Band para pasar canciones y controlar el volumen), el reloj mundial y un apartado de ‘Más’ en el que tenemos el control del obturador de la cámara del móvil, el cronómetro, un temporizador y el modo ‘Encontrar el teléfono’.
Echo en falta el NFC que sí tiene el modelo de China, pero que no hemos visto en ninguna versión en occidente y que, considero, sería ideal en este dispositivo. Veremos si en la siguiente versión.
Mide más deportes y sigue siendo comodísima en cualquier actividad
Y, evidentemente, más allá de la monitorización de salud y esas funciones como ‘acompañante’ de nuestro smartwatch, tenemos las ‘apps’ de deporte. Tenemos tanto el registro de deportes en la pulsera, que nos da unas estadísticas simplificadas de nuestra actividad, como la aplicación para elegir deporte.
De los 11 deportes de la Mi Band 5 pasamos a 30 con deportes con una selección algo cuestionable como la lucha libre y no el fútbol, por ejemplo, pero al final muchos utilizaréis en vuestros entrenos en gimnasio, por ejemplo, el modo «Entrenamiento» que mide el tiempo, las pulsaciones y las calorías quemadas de manera aproximada.
Estos son los deportes:
- Correr al aire libre
- Correr en cinta
- Caminar
- Ciclismo
- Ciclismo en interior
- Remo
- Eliptica
- Natación
- Yoga
- Salto a la cuerda
- Ejercicio
- Baile
- Deporte en interior
- Gimnasia
- HIT
- Entrenamiento de parte central
- Estiramientos
- Strepper
- Pilates
- Baloncesto
- Voleibol
- Tenis de mesa
- Badminton
- Criquet
- Bolos
- Boxeo
- Lucha libre
- Baile urbano
- Zumba
- Patinaje sobre hielo
Como veis, hay algunos que son… elecciones extrañas, por así decirlo, pero en los que he probado, creo que la medición del ritmo cardíaco es precisa y, además, tenemos estadísticas aumentadas en la aplicación Mi Fit. Esta app la conocéis de sobra porque es la misma que venimos usando desde siempre con Mi Band.
En las actividades al aire libre podremos poner GPS, pero no tenemos GPS integrado en la pulsera, por lo que tirará del teléfono móvil. Esto no me parece mal, realmente, porque con GPS la autonomía se reduciría drásticamente.
Y tanto en interior con guantes de entrenamiento como corriendo en exterior, es una pulsera muy, muy cómoda debido a sus dimensiones y, sobre todo, al peso de apenas 12 gramos. Es resistente al sudor, se puede mojar sin problema, podéis nadar con ella y, como digo, hay veces en las que olvidas que la tienes en la muñeca.
Y aunque me gusta mucho, creo la Mi Band es el dispositivo perfecto para empezar a ponernos en forma y no está tan orientado a usuarios más entusiastas.
Una pila limitada por el diseño y una autonomía de 7 días
En el apartado de la autonomía, Xiaomi ha seguido la tendencia del año pasado. Tenemos más funciones, mismo tamaño de caja, misma capacidad de la batería y una pantalla más grande y brillante. Eso significa que, evidentemente, la autonomía baja.
De las dos semanas/dos semanas y media de actividad en la Mi Band 4, pasamos a la semana y media/dos semanas de la Mi Band 5 y, de eso, a 14 días de manera ideal según Xiaomi en esta Mi Band 6. Nosotros no hemos llegado a esos 14 días y, de hecho, en dos semanas justas con la pulsera, la hemos tenido que cargar dos veces.
Alternando el brillo varias veces al día, con notificaciones y vibración, con deporte y con monitorización del ritmo cardíaco 24 horas y el sueño, tenemos, justamente 7 días de autonomía.
La segunda semana activé una opción más, la de que se encienda la pantalla cuando hago el gesto de ver el reloj con la muñeca en un horario personalizado (para que no me pegue un ‘flashazo’ cuando duermo) y la autonomía, con todo lo anterior activado, bajó a los cinco días.
Y sí, sigue siendo más que lo que nos dan los smartwatches, pero ya está en la línea, y por debajo dependiendo del modelo, de lo que ofrece la competencia. Y la culpa es, realmente, del tamaño.
En este apartado se ven las costuras del diseño de la Mi Band que pide a gritos un cambio de cara a la versión del año que viene para albergar una pantalla diferente, pero sobre todo, una mayor batería que permita recuperar esas dos semanas de uso sin tener que prescindir de funciones muy útiles.
La carga sigue siendo magnética, como en el modelo anterior, y aunque el cable de carga es extremadamente corto, al final lo tengo en la mesita de noche, por lo que no me ha molestado. Tarda aproximadamente dos horas en cargar y la pantalla muestra una animación a pantalla completa en horizontal.
Sigue siendo la reina de las pulseras deportivas, pero toca replantear el diseño
Funciona con iOS y Android sin problema, tiene un seguimiento de pulso cardíaco preciso, la pantalla ha mejorado y se ve espectacular en cualquier situación y sigue siendo, prácticamente, el sinónimo de ‘pulsera de actividad’.
La Mi Band 6 no reinventa la fórmula, pero lo cierto es que tiene cositas interesantes como esos 30 deportes y, sobre todo, la comodidad a la hora de usarla. Es un complemento tanto de moda como deportivo y, sobre todo, un dispositivo que considero ideal para empezar a hacer deporte y, en general, emprender un camino hacia una vida más sana.
Sin embargo, ya no reina en solitario. Huawei se ha puesto las pilas, Honor está ahí y Oppo también está asomando la patita y tenemos la sensación de que el diseño, que es uno de los puntos fuertes de la Mi Band, está lastrando tanto la batería como un formato de pantalla que puede ser más adecuado en las funciones de ‘smartwatch’.
Si tienes una Mi Band 3 o una Mi Band 4, considero que es el momento de saltar a esta Mi Band 6 tanto por sus mejoras en sensores como por esa pantalla más grande. Sin embargo, si tienes la Mi Band 5 y estabas pensando dar el salto, puede que no valga tanto la pena.
Si necesitas una pantalla más grande sí, adelante, pero si lo haces por el sensor SpO2, yo me quedaría con mi Mi Band anterior que te va a dar una experiencia deportiva parecida y, además, mayor autonomía.
Eso sí, si te tomas el gasto (45 euros en esta ocasión) como ese placer culpable que haces cada año porque te gustan las Mi Band y quieres cambiar, ya te digo que no te va a defraudar.