Cada vez que los ves, tienes ganas de comerlos a besos. Son tiernos, indefensos y sumamente frágiles, y parecen haber llegado al mundo como una página en blanco, listos para recibir toda la información por parte de los padres y de otros elementos del mundo exterior.
¡Sí! babean, hablan en «jeroglífico», no pueden comer por sí mismos y duermen de forma constante, si observas como tu bebe pasa los días, debes pensar que ellos no tiene el conocimiento cognitivo, social o emocional para entender el mundo y las personas que lo rodean.
Pero las apariencias engañan, como han probado algunos estudios recientes que apuntan a que los niños no llegan tan indefensos como creemos.
¿Quieres saber qué es lo que sabe tu bebé?
1. Al nacer los bebés parecen contar con una audición similar a la nuestra, pero menos desarrollada, pues parecen no diferenciar las voces de otros sonidos. Esto no es completamente cierto, es más probable que su audición sea mejor que la nuestra, y que puedan escuchar un rango mayor de sonidos que un adulto, como ha probado una investigación realizada por la universidad de Washington, con la participación de más de 70 bebés.
Esta capacidad para escuchar un ancho de banda de frecuencia mayor que los adultos sería un mecanismo de defensa para detectar cualquier cosa que se mueve a su alrededor.
2. A los seis meses un bebé tiene la capacidad de distinguir y recordar las facciones de distintas personas, aparte de sus padres, aunque no siempre lo manifiesten, pero además, un estudio de las universidades de Sheffield y Londres afirma que los bebés pueden diferenciar rostros de otras especies, como los chimpancés, algo que no puede hacer cualquier adulto. Esta capacidad para diferenciar rostros se va perdiendo con la edad y se complementa apoyándose en las relaciones constantes y la afectividad.
3. Tal vez no sea una habilidad congénita, pero los bebés aprenden rápidamente a juzgar a los que los rodean y a descubrir quién puede ayudarlos. Se diseñó un experimento con títeres destinado a infantes entre 6 y 10 meses, en el que un personaje intentaba subir una montaña, y en el que participaban otras dos figuras: una que lo ayudaba a subir y otro que lo empujaba hacia abajo.
Posteriormente se ponía a los niños a elegir entre las dos figuras y más del 90% optó por el que ayudaba al excursionista. Una capacidad clave para sobrevivir, la de saber en quién confiar.
4. Los niños aprenden su idioma cuando están en el útero, directamente de la madre.Experimentos realizados con niños con apenas algunas horas de nacidos han mostrado que éstos eran capaces de reconocer palabras en su idioma intercaladas entre palabras de otras lenguas.
Esto apoya firmemente la necesidad de estimular a los niños hablándoles cuando todavía están en el vientre materno.
5. Un niño de quince meses ya posee sentido de justicia. A esa conclusión han llegado algunos investigadores tras ver el comportamiento de los bebés al observar un trato injusto. Los niños observaban un video en el que se repartían unos alimentos; la primera vez se hacía en porciones iguales, y en la siguiente a uno se le daba ostensiblemente más alimento que al otro. Los niños prestaban más atención al trato desigual.
6. Dentro del vientre los niños tienen extraordinarios poderes de curación, que le permiten restaurar tejidos sin dejar cicatrices o señal alguna. Este descubrimiento es relativamente reciente, desde que comenzaron a hacerse cirugías fetales y se revisaron los bebés al nacer, sin mostrar cicatrices y con la piel completamente regenerada.
7. Los bebés pueden ser racistas. Es creencia generalizada que los prejuicios se adquieren a través de los padres o del entorno familiar y social, pero algunos experimentos realizados en la Universidad de Washington con niños blancos y asiáticos mostraron que éstos tenían tendencia a favorecer a los de su color. Claro, no todo lo que es congénito tiene por qué ser bueno, también hay enfermedades que se heredan.
8. Los bebés recuerdan toda experiencia temprana. en un experimento de referencia, se pidió a mujeres embarazadas leer El Gato En El Sombrero dos veces en voz alta un vez al día durante las últimas seis semanas de embarazo para sus bebés. Pronto después de su parto, los recién nacidos mostraron preferencia por este libro que por historias para niños, (sus preferencias se mide por la fuerza con la que chupan sus chupetes mientras les leen la historia.) es tan notable que estos bebes prefieren el libro a las historias infantiles ya sea leído por la madre o por otra madre.
Seguramente te sorprenda saber todo esto, pero los niños son hábiles y están en constante aprendizaje. Si quieres que aprendan más, no dejes de enseñarles y estimularlos, verás que en poco tiempo sabrán más de lo que te imaginas.