Un dron que mide 24 metros de largo, 5,5 metros de alto y 18 metros de ancho. Un avión sin conductor que está preparado para lanzar satélites al espacio. El Aevum Ravn X lleva ventaja en la carrera espacial y es que puede hacer servicios sin importar las condiciones meteorológicas.
Aevum Ravn X es un avión autónomo, es decir, sin conductor y cuenta con varias ventajas. La empresa Aevum ha dicho que su dron gigante puede aterrizar en una pista de 1,6 kilómetros de largo y que solo necesita un espacio de 743 metros cuadrados.
Eso es bastante menos de lo que requiere un avión de grandes dimensiones como el Boeing 747 que necesita más de 3 kilómetros de largo para aterrizar.
Dejando las comparaciones a un lado, este curioso dron cuenta con un cuerpo que es 70% reutilizable. Tanto es así, que la empresa Aevum apuesta por cuerpos reutilizables en su totalidad de cara al futuro.
El objetivo del dron más grande del mundo es hacer lanzamientos espaciales. En un principio lanzará pequeños satélites y cargas útiles al espacio para dejarlos en órbita.
Aevum ha calculado que su dron puede hacer este tipo de transportes cada 180 minutos. Es decir, en 3 horas el dron Ravn X puede despegar, soltar la mercancía en el espacio y volver a la pista para aterrizar.
La compañía quiere reinventar el concepto de tecnología espacial y desbancarse un poco de lo que conocemos hasta ahora. Aevum está trabajando con software y tecnología de automatización para que sea el propio dron quien actúe de forma autónoma, así no será necesario poner en riesgo la vida de un piloto como pasa en los lanzamientos convencionales.
La Fuerza Espacial estadounidense quiere trabajar con Aevum y sus planes son lanzar diferentes satélites en la órbita baja terrestre. El porqué de estas maniobras no ha trascendido todavía.
Este dron gigante puede trabajar bajo casi cualquier condición climatológica. A diferencia de su competencia SpaceX que cuando el clima no está a su favor aborta la misión, perdiendo así tiempo, dinero, oportunidades, etc. Aparte claro está de los fallos que pueden surgir, y no olvidemos que en su interior hay vidas humanas en juego.
La carrera espacial se pone interesante y sin duda la tecnología va ganando terreno. No solo en la carrera espacial, sino también en posibles vuelos comerciales con aviones autónomos.