El canto es audible por todo el estadio:
“Las gallinas son así, son las amargas de la Argentina, cuando no salen campeón esas tribunas están vacías. Yo soy de Boca señor, cantemos todos con alegría, aunque no salgas campeón mi sentimiento no se termina y dale bo! y dale dale boca!” – Admiradores Boca.
Boca Juniors y River Plate, los dos equipos más importantes de Argentina, se enfrentarán nuevamente este sábado, en el denominado súper clásico del fútbol argentino, y uno de los más grandes espectáculos que no pasa desapercibido a nivel mundial, recordándose que todo comenzó en el barrio de La Boca, de donde nacieron ambos clubes. Esta vez, en el marco del Torneo de Verano, se medirán frente a frente en el Mar de Plata.
El enfrentamiento será a partir de las 8:10 de la noche, disputándose el gran premio, la Copa Luis B. Nofal. Y este evento nos trae a la memoria toda una rivalidad arraigada en la cultura argentina y la historia de Buenos Aires.
Como todos lo años, aun faltando horas para que empiece el juego, los alrededores del estadio ya zumban. Para los hinchas, no hay nada como estar entre la multitud de admiradores que andan por las calles bordadas de árboles de las vecindades de Buenos Aires, donde los vendedores se han reunido para ofrecer gorros, polos y todo un arsenal de elementos para alentar a su equipo.
El primer partido fue jugado en agosto de 1913, donde se disputó el primer River- Boca oficial de la historia. Ambos equipos tenían una rivalidad notoria y conocida a pesar de que en aquel entonces ninguno pertenecía al ranking de los equipos más populares ni tampoco de los más poderosos de la época. Ya habían tenido una serie indefinida de partidos amistosos, entre los que se incluía las divisiones de menores y juveniles. Cada enfrentamiento se vivía de manera intensa en el barrio, incluso con cantos y dedicatorias hacia los perdedores de cada juego, que venían de parte de los vencedores y que restregaban en el rostro del otro su superioridad futbolística.
La rivalidad, de hecho, comenzó como una guerra territorial en la zona del puerto de La Boca en Buenos Aires. Ambos fueron fundadas por los hijos de los inmigrantes, que tenían dificultades para encontrar tierras en la zona de su suelo, y ambos optaron por tener un poco de Inglés en su nombre para añadir un poco de glamour a su club, lo que comenzó como una rivalidad local, antes de que crecieran, y ahora es la batalla de quién es el club más grande en el país.
Esa rivalidad se hizo menos local (y el River ganó su imagen como un club para el rico) cuando el River salió de La Boca en busca del espacio para un nuevo estadio, por primera vez en la década de 1920, hasta la frontera de la Recoleta y Palermo, y luego todavía más lejos al norte a la vecindad de Belgrano, directamente por la frontera con Núñez, donde el Monumental fue comenzado y todavía está de pie.
Boca, también se alejó, dejando los límites de la ciudad de Buenos Aires por completo en 1914, yendo al suburbio del sur de Wilde, pero la medida coincidió con una serie de malos resultados que los dejaron luchando, por lo que tuvieron que volver en 1916. Las cosas hubieran sido muy distintas si esos años se hubieran quedado. Pues en ese trozo de local, unos buenos partidos se convirtieron en choques legendarios, gracias al dominio del balón por ambos clubes en las primeras décadas de la era profesional del fútbol argentino.
Puesto que Boca Juniors ya había sido desalojado del terreno que usaban en la Dársena Sur, se usó la cancha del estadio de Racing, ubicada en Avellaneda, el cual era capaz de reunir a las siete mil personas que llenaron las tribunas.
Lo más resaltante de aquella rivalidad, se puede evidenciar en las palabras de un comentarista del diario La Argentina, el mismo 24 de agosto de 1913, quien mencionó: “Los dos poderosos elencos de la Boca se encontrarán por primera vez en esta temporada, y quizá por primera vez también de su vida deportiva como instituciones ya definitivamente consolidadas”. Y se añadió: “El match despierta un interés tal en ese mundo activísimo, que no es exagerado afirmar concurran a él un número de espectadores como posiblemente no hemos presenciado jamás en encuentros de nuestros campeonatos”. Con esto, quedó definido que aquel partido daba inicio a una serie de “clásicos”, lo que hoy es conocido como un “superclásico”.
El histórico partido, fue protagonizado por los jugadores: Luis Galeano, Antonio Ameal Pereyra, Arturo Aníbal Alejandro Chiappe, Alberto Penney, Fernando Roldán, Carlos Ísola, Pedro Calneggia; Heriberto Simmons, Cándido García, Atilio Peruzzi y Roberto Fraga Patrao. A su vez, Boca formó con: Virtú Bidone; Garibaldi, Lamelas; Valentini, Vergara, Elena; Calomino, Romano, Mayer, Abbatángelo y Taggino.
En esa ocasión, el partido finalizó con un 2-1, a favor de los riverplatenses, triunfo que fue festejado ampliamente en el barrio, incluidas las burlas a los perdedores. El barrio se levantó a viva voz, y es así como “el clásico más importante del planeta, nacía de la mejor manera posible”.
Por supuesto, esta historia aun no termina, y tenemos mucho fútbol para seguir celebrando. Ante la mirada atenta de la hinchada, se espera nuevamente un superclásico que robe alientos, y que saque la pasión del jugador que llevamos dentro.