Delantero de raza, caracterizado por la garra, como buen uruguayo, Luis Suárez es de esos delanteros que aprovechan cualquier momento para mandar el balón dentro de la portería. Da igual que el balón venga en condiciones imposibles, para el «pistolero» nunca hay excusa cuando de lo que se trata es de la posibilidad de realizar un gol. El último ejemplo de ello fue el tanto que logró ante el Arsenal el día de ayer.
El uruguayo reconoció que no sabe como le pegó al balón en su gran gol que desequilibró el duelo del Barcelona ante el Arsenal por 3-1 y pese a que el conjunto azulgrana parece imbatible en el Camp Nou, aseguró que «en una noche complicada se puede perder».
«El gol llegó cuando más estaban atacando, tras el 1-1 que les dio confianza para ir a por el partido. Tuvimos la situación del 2-1 y luego controlamos el partido», apuntó el delantero. «No sé con lo que le pego, más o menos con el empeine. Lo importante es que entró», añadió y sonrió.
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Cabe destacar que Suárez esperaba un duelo durísimo ante el Arsenal, ya que el conjunto inglés venía de perder en la ida. «Sabiendo de la condición física del Arsenal con jugadores muy rápidos, son más de esperar y salir a la contra, tenían el resultado en contra perdiendo 2-0 la ida esperábamos un partido muy físico. De local somos muy fuertes y hemos ganado».
Por otro lado, gracias al grandioso gol que marcó ayer, Suárez no sólo superó en el partido que enfrentó a FC Barcelona con Arsenal, sino también a su compatriota Edinson Cavani como máximo goleador uruguayo en toda la historia de la UEFA Champions League con 18 dianas;mientras que el delantero del PSG se quedó en 17
Se puede decir, que el letal delantero charrúa se encuentra en el mejor momento de su carrera. Le sale bien casi todo lo que hace y parece ser infalible en cada juego. Se comporta como todo un delantero. Por otro lado, su generosidad le invita a despojarse del egoísmo natural que embarga a cualquier nueve mundano apenas pisa el área.
Después de haber llegar a Barcelona, Suárez reconoció que su tarea pendiente como jugador era ganar paciencia y justeza, a la vez de tener mayor efectividad de cara al gol. No cabe la menor duda, lo ha conseguido. Quizá por esa razón sería elegido como el mejor delantero dentro del mundo.
Ayer en el partido, antes de la apertura del marcador, arrastró los marcajes de un Arsenal incómodo en la transición defensiva, y después de limpiar el camino le brindó la pelota a Neymar para que con su gol, marcara el camino hacia la victoria.
Es interesante saber que el pistolero tuvo una efectividad del 76% en el juego de posesión, al completar 34 pases de 45 intentos de pasada de balón. La menor incidencia en ese apartado de todo el equipo, en una noche en la que a los catalanes les hacía falta retener la pelota y encontrar profundidad para poder dañar a un rival con ciertas características de juego similares. Pero «Luisito» cumplió su labor e hizo que su equipo encuentro el rumbo que estaba perdiendo.
Su movilidad, poder de intimidación, seguridad, presión sostenida sobre la defensa enemiga, y grado de eficacia, hacen de Luis Suárez en el jugador del partido. Nacho Monreal y Koscielny nunca pudieron apagar cuando se movía entre el centro y la derecha del ataque azulgrana.
Mientras tanto, esta temporada, cuando aun con 200 minutos menos disputados que en la anterior Liga de Campeones, ya se encuentra a tan solo un gol de igualar su mejor marca goleadora en la Copa de Europa, la cual fue en la temporada pasada cuando marcó 7 goles, Suárez amenaza con romper todos sus mejores registros.
Desde que llegó al Barza, Luis Suárez ha demostrado ser el complemento ideal que en su momento solicitó Lionel Messi para poder liberarse de las obligaciones como centrodelantero natural a fin de participar más en el juego, y que también reclamaba Neymar para gozar de mayor libertad de movimiento partiendo desde la banda izquierda del ataque.
El uruguayo se muestra como una máquina incontenible y es uno de los grandes argumentos con los que el Barcelona presenta su candidatura a ganar un nuevo triplete histórico para sí. Esperemos que todo lo salga bien al gran «Luisito»