Uno de los prodigios de la naturaleza consiste en que cada ser humano es distinto, único, exclusivo; de ahí el valor de cada individuo, aquello que llamamos personalidad. Por tanto, no conviene copiar a nadie jamás, aunque se trate de la mejor actriz o de la modelo de moda. Lo mejor es hacer uso de ese don maravilloso de ser exclusivo.
Para cualquier clase de peinado hay que tener muy en cuenta las características del propio cabello y adaptarse a ellas. El cabello se clasifica teniendo en cuenta el grosor, la forma y la calidad. El grosor y la forma se pueden observar a simple vista o ayudándose del tacto. La calidad, sin embargo, hay que ponerla a prueba pues hay cabellos delgados que tienen mucha resistencia por poseer una gruesa capa de queratina y otros, que parecen gruesos, pero que son poco resistentes a las manipulaciones de tintes y permanentes.
El grosor del cabello depende además de la edad del individuo; es delgadísimo en la infancia y se hace progresivamente más grueso con el tiempo. En las razas blancas meridionales tiene un diámetro medio, tirando a grueso; y en las razas nórdicas es delgado y muy delgado generalmente en la raza negra. En las razas orientales e indígenas de Sudamérica existe variedad de diámetros en el cabello, pero dentro de un promedio de muy grueso y fuerte. El diámetro del cabello oscila entre 0,01 y 0,05 milímetros en los cabellos delgados; de 0,10 a 0,20 en los cabellos más gruesos; el grosor normal se sitúa alrededor de 0,08 milímetros.
FORMA O CLASE DEL CABELLO
En el cabello, la forma tiene mayor importancia que el grosor. En tanto que el grosor es una característica que no permite modificaciones ni apenas mejoras de ningún tipo, la forma por el contrario, admite la intervención de un buen profesional para dar satisfacción a los deseos de la mujer, según la moda de cada época.
Las clases de cabello que se pueden encontrar en la práctica son: Tieso, liso, ondulado, rizado y crespo, así como los que se podrían denominar mixtos. El cabello crespo es propio de la raza negra, pero no está ausente en los países meridionales y latinos. En casi todas las razas orientales, existe una gran variedad de diámetros del cabello pero destaca el grueso y fuerte. En las razas nórdicas predomina el cabello rubio y liso. Generalmente acostumbra a ser delgado y suave. El cabello tieso, al contrario del liso, acostumbra a ser indomable y tiene una caída vertical y con poco movimiento.
Podría parecer que, al hablar del cabello tieso y liso son lo mismo, pero mientras el primero es indomable en una caída completamente vertical y sin ningún ligero ni agradable movimiento, en el cabello liso se encuentra la suavidad de una forma sedosa, no brusca, con las puntas que siempre se repliegan sobre sí mismas. Estos dos tipos de cabello son los adecuados para lucir largas o medianas melenas. En cambio, para peinados de medidas muy cortas, no resulta adecuado puesto que el peinado dura poco y no proporciona ningún lucimiento al rostro, en este caso un modelado o permanentado.
El cabello ondulado es el intermedio y quizás el más frecuente en las razas latinas. El modo de trabajarlo y dominarlo cambia mucho según si el ondulado es grande o pequeño. Cuando es grande, no es difícil adaptarlo a todas las medidas; se deberá trabajar aislándolo en franjas más largas, por zonas o en su totalidad, según sea el tipo del peinado. Es una clase de cabello que siempre hará quedar bien, a excepción de que el ondulado sea excesivamente pequeño y dificulte el resultado para peinados de medidas largas, debiéndose llegar a la conclusión de que, si se desea una melena de esta medida, habrá que deslizarlo. Este cabello sólo se adapta bien a la mayoría de peinados prácticos en medidas cortas.
Finalmente se encuentra la forma de cabello más difícil, el cabello crespo, propio de la raza negra. Para esta clase de cabello existen dos o tres soluciones prácticas, que se adaptan a diversos rostros y personalidades de mujer; cortísimo hasta el extremo, para facciones extremadas o exóticas, muy cuidadoso y hecho con gran pericia para mujeres que deseen seguir una moda.