Todo el mundo no es igual… Cada persona tiene un tipo de alimentación que es el que le conviene, una clase de ejercicio que le beneficia, una forma de vida que es la suya, puede tener tendencias a contraer ciertas enfermedades y su manera de recuperarse también es diferente a la de los demás. Todo el mundo sabe esto, y sin embargo, por alguna razón, cuando tenemos problemas de salud pensamos que lo que es bueno para otros es bueno para nosotros también. Basado en el principio en el que no todos somos iguales ha surgido el concepto de que la estructura externa del cuerpo y ciertas características del individuo indican cómo funcionan sus glándulas y que tipo de metabolismo tiene. De acuerdo con esto, las mujeres se dividen en cuatro tipos: tiroideo, adrenal, pituitario y gonádico. Cada uno define la forma particular en que funciona su cuerpo. Cada glándula, a través de las hormonas que segrega, influye sobre el organismo y produce una reacción característica. Aunque todos tenemos el potencial para reaccionar de diversas maneras, nos damos cuenta de que ciertas reacciones son típicas nuestras.
La influencia de la glándula dominante se deja sentir intensamente en todo nuestro ser. De manera que conocer a que tipo uno pertenece, o sea, si su cuerpo está regido por las glándula pituitaria, la tiroides, las suprarrenales, (productoras de la adrenalina) o la gónada (glándula principal del aparato reproducir) proporciona datos muy importantes respecto a nuestro estilo personal e individual. Le sorprenderá descubrir que muchos de sus rasgos característicos no son productos del azar, sino una consecuencia lógica del tipo al que usted pertenece.
Conocer cuál es el suyo no es nada difícil ni requiere análisis de laboratorio. Todo lo que tiene que hacer es observarse y pensar en todo lo que ya conoce sobre si misma. Cada tipo tiene características que son fáciles de identificar. La forma del cuerpo, los lugares donde se acumula el exceso de peso, las preferencias en cuanto alimentos, las altas y bajas en el nivel de energía, son las mejores guías… sea cual sea al tipo al que pertenezca, tiene un patrón bioquímico con el que está familiarizada, que lo utiliza para que su cerebro alcance un estado de agudeza a la vez que usted se sienta relajada. En cada uno de los cuatro tipos antes mencionados, ese estado se logra a través de reacciones provocadas por la glándula dominante, que es lo que despierta el “antojo” de ciertos alimentos que estimulan esa glándula.
El tipo tiroideo (que es de cintura fina, silueta bien proporcionada y una gran energía ¡a veces en exceso¡) se desvive por comer caramelos, pan, pasta, y todo lo que sea carbohidratos.
Las de tipo adrenal (es de busto generoso, buenas piernas, tiene poco derriére y es sumamente persistente) no se interesan por los postres, por el contrario necesitan alimentos fuertes y salados como carnes rojas, salami, quesos añejos, y a menudo tienen una gran inclinación por el alcohol. Por supuesto, cualquiera de otro tipo, puede ser seducido por la bebida, pero la tentación es mucho mayor en la gente del tipo A. Se da incluso el caso de personas que saben que la bebida les hace daño y no son conscientes de dejarla, sencillamente por que les produce el estado mental que andan buscando y no saben cómo conseguir por otros medios.
El tipo pituitario (es de silueta delgada, sin curvas voluptuosas y de cabeza un poco más grande) se priva por los productos lácteos, que es un estimulante de la glándula pituitaria. Resulta interesante ver como personas del tipo P sienten impulsos por comer algo que les produce alergias. La explicación es bien simple, los productos derivados de la leche producen un estado mental placentero y contrarrestan las reacciones del cuerpo que resultan desagradables.
A la mujer de tipo gonádico (es más ancha de la cintura para abajo, de derriére pronunciado y con poco busto) le encanta comer grasa y alimentos muy condimentados, que estimulan las glándulas sexuales. Es que necesita ingerir algo que ejerza un efecto calmante y estimulante a la vez sobre si cerebro, pues esa comida va a estimular su glándula dominante y le va a producir ese estado.
Los cuatro grupos cada uno a su manera funcionan igual: usan los alimentos como una droga. Todas las comidas producen en el cerebro efectos específicos, uno de los cuales es que estimulan la producción de beta endorfinas, sustancias naturales similares a la morfina que, al igual que esta producen adicción. De manera que cuando usted resista la tentación de comer lo que constituye su estimulante glandular, no solo está combatiendo un mal hábito, sino que está luchando contra una dependencia física.