En la prensa y las redes sociales se debate todos los días sobre la contaminación provocada por los gases de los coches o la industria, pero existen otros tipos de contaminación, la acústica y la lumínica, que también nos provocan trastornos físicos y emocionales. Y no solo a nosotros. Numerosas especies de anfibios, aves, peces, y otros animales están amenazadas por la luz y el ruido de las ciudades. El silencio tiene cada vez más valor en este mucho ajetreado en el que vivimos, por eso en Taiwán acaban de inaugurar el primer parque urbano tranquilo de mundo.
Taiwan es una isla superpoblada de 22 millones de habitantes, con una importante industria tecnológica y un ritmo de vida frenético. Igual que en muchas grandes ciudades, por eso surgió la organización Quiet Park International, que se dedica a ofrecer pautas para diseñar parques tranquilos, y otorgarles una calificación oficial.
Ya existen más de una docena de parques tranquilos en el mundo, pero todos están en zonas rurales o alejadas de las ciudades. Tal como nos cuenta nuestra compañera Andrea Núñez-Torrón Stock en TICbeat, el Parque Nacional Yangmingshan, en Taiwán, se ha convertido en el primer parque urbano tranquilo del mundo, al estar situado al lado de la capital Taipéi.
En el Parque Nacional Yangmingshan hacer ruido está tan prohibido como en una biblioteca. No es que esté prohibido hablar, pero se pide a los visitantes que no hablen, y si lo hacen, que lo hagan en voz baja. La tasa media de ruido en el parque ronda los 45 decibelios, el equivalente a una conversación tranquila. Según Ulf Bohman, director ejecutivo de Quiet Park International, en un ambiente urbano es imposible acercarse a los cero decibelios, así que 45 decibelios se considera el menor nivel de ruido en un parque urbano tranquilo, similar al que hay en una biblioteca.
Pero para recibir la calificación de Parque Tranquilo, no solo se tiene en cuenta el ruido. También se valoran otros aspectos que ayudan a las personas a relajarse y reducir el estrés, como la poca presencia de construcciones humanas, y la existencia de animales que generan el sonido ambiental.
En el Parque Nacional Yangmingshan se puede escuchar el viento en los árboles, el ruido de los pájaros y las ranas, el agua de ríos y estanques, y también algunos animales en peligro de extinción, como la urraca azul, endémica de esta zona.
En este primer parque urbano tranquilo el silencio está tan presente, que incluso es posible escuchar el movimiento de los patos mientras nadan en el río.
Quiet Parks International espera certificar hasta 50 parques tranquilos más en la próxima década, en lugares tan emblemáticos como Nueva York, Londres, Estocolmo y Portland.
[Fuente: Conde Nast Traveler]