Existe un eterno debate sobre la calidad del agua. Hay gente que no soporta el sabor del agua del grifo y solo beben agua embotellada, mientras que otros no tienen problema en beben directamente de la cañería. Pero lo que ahora nos importa no es el sabor, sino la salud del agua. ¿Se puede beber el agua que dejaste en un vaso el día anterior? ¿Y si está unas horas al sol?
No importa el tipo de agua que te guste. Ya sea embotellada o del grifo, si la dejas en un vaso toda la noche y te la bebes al día siguente, notas al instante que ha cambiado. El sabor es distinto, más rancio, más denso. Incluso desagradable. ¿Es solo el sabor, o es que el agua se ha estropeado? ¿Caduca?
Vía TICbeat, varios expertos nos explican lo que le pasa al agua cuando está expuesta al aire, el sol y otros agentes.
En efecto, con el paso del tiempo el agua en contacto con el aire comienza a estropearse. Todo el agua potable contiene cloro para matar a los microorganismos, pero a temperatura ambiente los microorganismos comienzan a multiplicarse rápidamente, y el cloro no puede con todos.
Incluso en un vaso limpio que nadie a tocado, con agua limpia, los gérmenes y bacterias llegan al agua a través del aire. Además esta exposición se acelera si hemos tocado el vaso con las manos sucias, o hemos posado nuestros labios en el vaso para beber, y hemos dejado un poco de agua.
En el caso del sol o la luz, no es que estropeen el agua en sí mismos, pero sí aceleran la reproducción de los gérmenes y bacterías, así que el agua se estropea más rápido.
De todas formas, este proceso no es inmediato. El agua puede tardar incluso varios días en estropearse. Así que si te has dejado un vaso con agua la noche anterior, puedes beberlo sin problemas.
El cambio de sabor no se debe a los microorganismos, sino al dióxido de carbono del aire. El CO2 del aire entra en contacto con el agua, cambiando su ph y haciando que sepa rara. Este cambio es especialmente visible a partir de las 12 horas.
Esto nos lleva a otra cuestión: ¿caduca el agua perfectamente embotellada o almacenada en depósitos? Zane Satterfield, un ingeniero científico del Centro Nacional de Servicios Ambientales de la Universidad de West Virginia, explica que el agua del grifo tiene una caducidad de unos seis meses. “Después de ese punto, el cloro se disipa hasta el punto en que las bacterias y las algas comienzan a crecer”.
En el caso del agua embotellada, puede durar años, pero hay que tener en cuenta la degradación del plástico. Por eso tiene fecha de caducidad.
Una última recomendación: no bebas agua en botella de plástico a la que le ha dado mucho el sol. La luz solar puede liberar sustancias del plástico que son dañinas. Por eso no hay que reutilizar botellas de plástico, y en el coche es mejor usar recipientes de vídrio.