Poco a poco, los países recuperan la normalidad tras el confinamiento por el coronavirus. Los lugares públicos han establecido normas sanitarias acordes con su negocio, y algunas son más polémicas que otras. La Asociación de Parques de Atracciones de Japón ha emitido un comunicado en el que pide a los asistentes usar mascarilla… y no gritar en las montañas rusas, para no extender el coronovirus.
Japón sufrió el covid-19 en la misma época que España, y allí también pasaron la cuarentena en abril y mayo. Los parques de atracciones han comenzado a abrir ahora, y ya han publicado las normas higiénicas.
La más llamativa nos la revela The Wall Street Journal: se pide a los visitantes no gritar en las montañas rusas y otras atracciones de riesgo, para no extender el covid-19. Y para demostrar que esto es posible, el CEO y otro alto ejecutivo de Fuji-Q Highland, uno de los parques de atracciones más populares de Japón, se han montado en la montaña rusa Fujiyama y no han soltado ni un solo grito:
Por sus rostros es dificíl saber si están disfrutando de un divertido viaje en una montaña rusa, o están asistiendo a un funeral… El vídeo termina con una sincera petición: «Por favor, grita en el interior de tu corazón«.
Quizá para los disciplinados y discretos japoneses sea sencillo no gritar en una montaña rusa, pero muchos asistentes a los parques ya han puesto una protesta por lo que consideran una medida excesiva y sin sentido.
En primer lugar, porque la norma parece un sinsentido. Si llevas mascarilla, aunque grites la mascarilla va a impedir que tu saliva salga al exterior. Esa es justamente la función de una mascarilla. Entonces, ¿por qué no se puede gritar?
Además, es posible que para unos ejecutivos de un parque de atracciones que seguramente han montado en la montaña rusa muchas veces, sea fácil contener sus emociones. Pero, ¿qué ocurre con las personas que montan por primera vez en una, y no saben lo que les espera? ¿Cómo reprimes un acto reflejo como es un grito?
Tal como explica al periódico neoyorquino Yuuki Suzuki, un fan de las montañas rusas que se tiró 12 horas recargando la web de Disneyland en Tokio para reservas entradas tras el confinamiento, otros parques de Hong Kong, Shanghái o Florida ya han abierto sus puertas, y ninguno prohíbe gritar.
Una medida polémica que la asociación de parques de atracciones ha intentado suavizar, asegurando que no sancionarán a quien se le escape algún grito mientras cae en picado a 100 Kilómetros por hora…