SpaceX amplía horizontes y colabora con Corea del Sur para lanzar su primer satélite militar | Tecnología

Entre Japón y China se encuentran las dos coreas, uno enfrentado al otro. Ser vecino de Kim Jong-un no es fácil y ante la amenaza constante de un ataque, Corea del Sur se prepara con un nuevo satélite de comunicaciones, el ANASIS-II.

Este satélite destinado a proporcionar comunicaciones militares permanentes y seguras y vigilar a Corea del Norte, en realidad, ha recorrido mucho mundo. El ANASIS-II se ha construido en los talleres de Airbus en la región francesa de Toulouse y ha emprendido su camino a la órbita terrestre desde Cabo Cañaveral en Florida

SpaceX ha sido la encargada de lanzarlo al espacio y lo ha hecho con el cohete Falcon 9, el mismo que hace un mes realizaba su primer viaje tripulado. Esta es una muestra del nuevo mercado que se abre para las empresas espaciales privadas, que pueden servir tanto a las agencias espaciales de su país como a cualquier otra nación y en muchos otros propósitos. 


Representantes de la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) se reunen para poner en común sus avances para proteger la Tierra del impacto de un asteroide.

Es el segundo lanzamiento de un Falcon 9 que se realiza en lo que va de año y ha sido un éxito. El cohete despegó de la plataforma 40 de la base de la Fuerza Aérea a las 17:30 hora local, cuatro minutos después del lanzamiento se produjo la primera separación del cohete para, 32 minutos después, dejar al satélite sólo en la órbita de nuestro planeta.

Y como en anteriores ocasiones, el Falcon 9 regresó a la plataforma de aterrizaje que tiene SpaceX en el océano Atlántico, desde la que se traslada el cohete de nuevo al continente. Usar una y otra vez, ese es el gran éxito de esta empresa que ha simplificado la exploración espacial con sus cohetes reutilizables. 

El satélite de Corea del Sur mantendrá una órbita de tránsito elíptica y de forma ovoide a decenas de miles de kilómetros de la Tierra. Es un gran paso en la carrera militar del país frente a su adversario, pues hasta ahora el país dependía enteramente de las comunicaciones que le proporcionaban satélites internacionales y de empresas privadas.


Cuando nada puede fallar, no hay espacio para los experimentos: SpaceX recurrió a los «viejos» Linux y el lenguaje C / C++ para controlar los ordenadores del Falcon 9 y la cápsula Dragon Crew.

Es además, un paso para librarse de un acuerdo que les obliga, en caso de que estalle la guerra, a ceder sus fuerzas a los comandantes estadounidenses. Seúl y Washington han sido grandes aliados durante años en seguridad y en el país asiáticos hay un gran número de tropas estadounidenses, pero en los últimos años esta relación se ha tensado en parte por diferencias a la hora de repartir los costes militares. 

Lejos de estas disputas políticas, queda preguntarse cuál será la siguiente misión del Falcon 9 y cuántas veces más le veremos en acción en lo que queda de año. Si quieres ver el lanzamiento integro puedes verlo en este enlace

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