El confinamiento ha sido duro para los negocios que se basan en las tiendas físicas. Más aún si ese negocio va más allá de vender un artículo. Comercios como Ikea necesitan mostrar sus productos, que la gente los vea, los toque y compruebe cómo quedan montados. Además, igual que El Corte Inglés y similares, parte de sus ingresos se basan en el concepto de que el cliente entra en sus centros comerciales a comprar una cosa, y sale con otras cinco que no esperaba comprar...
La pandemia ha encerrado a mucha gente en sus casas, y muchos negocíos han optado por la solución más obvia: cerrar las tiendas físicas y fiarlo todo a la venta online. No ha sido así con Ikea, que ha elegido otra estrategia completamente diferente: abrir más tiendas en los centros de las ciudades.
La web Business Insider España ha entrevistado a Mosiri Cabezas, directora de Desarrollo de Negocio y Transformación de Ikea en España, que nos explica cómo ha enfocado la multinacional sueca esta nueva normalidad.
Como todos los grandes negocios basados en tiendas físicas, Ikea fue uno de los más golpeados por el confinamiento, hasta el punto que tuvo que pedir varios ERTEs en algunos países, incluido España. Tras el fin del confinamiento las ventas han vuelto a la normalidad, y en un gesto que le honra, Ikea va a devolver el dinero que recibió por los ERTE.
Mosiri Cabezas explica en Business Insider España que «para nosotros las tiendas seguirán siendo fundamentales. Queremos estar en las ciudades más cerca y más próximos de lo que hemos estado hasta ahora. Pero la tienda tendrá que mutar, porque también nuestros clientes nos están pidiendo entornos más seguros«.
Ikea tiene pensado abrir más tiendas en los centros de las ciudades en lugar de en las afueras, porque así los clientes las tendrán más cerca de sus casas. Pero no serán grandes centros comerciales como hasta ahora, sino «un lugar de inspiración, un lugar de experiencia y de prueba», aclara la directiva de la compañía.
La idea es que estas tiendas de IKEA en los centros de las ciudades sean una especie de escaparate de los productos más destacados, o aquellos que necesitan ser mostrados, o probados. El cliente acudierá a verlos y, si lo desea, podrá comprarlos desde su móvil incluso aunque se encuentre en la tienda, y recogerlos a la salida.
Del mismo modo, los clientes podrán comprar desde su casa y acudir a la tienda del centro de su ciudad a recogerlo en mano, o directamente sin bajarse del coche, o en buzones de recogida.
El mundo está cambiando, pero Ikea se resiste a cambiar su identidad. Es consciente de que la crisis pasará y entonces quizá muchos se arrepientan de haber cerrado sus tiendas físicas de forma tan precipitada…