Resulta curioso descubrir cómo ha cambiado la percepción que tenemos de un electrodoméstico. Hace años lo que más importaba es que fuese potente, o que incluyese todo tipo de funciones, sin importar lo que gastaba. Hoy en día tenemos en cuenta aspectos como la eficiencia energética, el consumo, o el ruido. Por eso es importante saber qué significan los diferentes términos de la etiqueta energética.
Esta etiqueta es obligatoria en la mayoría de los electrodomésticos, y ofrece información muy interesante que conviene consultar antes de comprar un electrodoméstico. Conceptos como la eficiencia energética nos dicen si el aparato despilfarra agua y luz, que no solo afecta al medio ambiente, sino a nuestras facturas. Según datos de Endesa, el 55% de la electricidad que consumimos, la usan los electrodomésticos.
Otros datos como el consumo o el ruido nos sirven para mantener baja la potencia contratada con nuestra compañía eléctrica, o para saber si podemos usar ese electroméstico por las noches, por ejemplo…
Por suerte la etiqueta energética está estandarizada, así que salvo algunas diferencias lógicas según el tipo de electrodoméstico, todas comparten los mismos datos.
La encontrarás en la caja del producto, o en el manual. También aparece en las fichas del producto en las web del fabricante y las tiendas. Consúltala siempre antes de comprar un dispositivo enchufable, porque contiene datos que no están en las especificaciones.
La etiqueta energética
¿Qué es la etiqueta energética?
La etiqueta energética es una ficha que tienen la obligación de llevar casi todos los electrodomésticos. Contiene datos relacionados con la energía que utiliza el dispositivo: lo que consume, lo eficaz que es a la hora de consumir, el ruido, etc. Vamos a verlo en detalle.
Este tipo de etiquetas no son nuevas. Empezaron a utilizarse en 1995, pero solo en frigoríficos, congeladores, lavadoras y lavavajillas. Después se extendieron a otros. Desde 2010 están reguladas a nivel europeo por la Directiva 92/75/CEE de la Unión Europea. Es decir, estas etiquetas son las mismas para toda la Unión Europea.
Las etiquetas tienen una serie de datos que son comunes para todos los electrodomésticos, y puedes verlos en la foto anterior: la eficiencia energética [1], el consumo anual [2], y el ruido [3]. Despues cada tipo de electrodoméstico tiene iconos propios [4]. Por ejemplo en la de los frigoríficos se incluye el volumen de espacio, es decir, lo que cabe dentro, y en los televisores, su tamaño en pulgadas.
Vamos a verlo en detalle.
¿Qué electrodomésticos llevan etiqueta energética?
Hay que saber que no todos los electrodomésticos tienen obligación de incluir una etiqueta de este tipo. Su función es ahorrar energía, por eso solo tiene sentido con dispositivos que consumen bastante.
Estos son los electrodomésticos que están obligados a llevar una etiqueta energética:
- Frigoríficos
- Congeladores
- Aire acondicionado
- Lavavajillas
- Secadoras
- Lavadoras
- Aspiradoras
- Fuentes de luz domésticas (bombillas, por ejemplo)
- Hornos eléctricos
- Televisores
Además hay otras máquinas que la usan y no son electrodomésticos, como los coches y los neumáticos.
El contenido de la etiqueta
Vamos a ver qué significa cada uno de los términos incluidos, en función de los electrodomésticos.
La eficiencia energética
Esta es la información más importante que vamos a encontrar aquí. La eficiencia energética mide el uso eficiente de la energía que consume un dispositivo. Es decir, la capacidad de cumplir con el propósito de un electrodoméstico, con el mínimo consumo de energía posible.
Es un término que ha comenzado a cobrar importancia hace apenas 10 o 15 años, ya que antes no molestaba demasiado que un dispositivo consumiese mucho. Pero ahora con el cambio climático, la escasez de recursos, la contaminación, y el alto precio de la luz, es el factor determinante a la hora de comprar casi cualquier producto.
Es importante tener claro que alta eficiencia energética no significa bajo consumo. Un dispositivo puede tener una alta eficiencia, y también un alto consumo.
Lo que nos dice este término es lo bien que un electrodoméstico aprovecha lo que gasta en electricidad o agua. En otras palabras, no desperdicia energía.
Existen muchas formas de aumentar la eficiencia energética, y no siempre tiene que ver con reducir el consumo eléctrico o de agua. Por ejemplo en el caso de las lavadoras se puede mejorar la eficiencia reduciendo el consumo eléctrico, pero también lavando con menos agua y más fría, y mejorando los detergentes.
La eficiencia energética se mide con letras. De menor a mayor eficiencia: D, C, B, A, A+, A++, A+++. Entre la primera y la última en un mismo tipo de aparato, hay una diferencia de consumo de un 40%. Ten en cuenta que a partir de este año (aún no hay fecha), se eliminará los signos +, y se volverá a usar únicamente la letra A.
La mayoría de los aparatos solo tiene un valor de este tipo, pero en otros puede haber varios, para distintas funciones. Es el caso de las lavadoras, que incluyen la eficiencia del lavado y del centrifugado.
Intenta siempre comprar electrodomésticos que sean A o superior. Nunca compres nada por debajo de una eficiencia B.
¿Cuánto me ahorro con una eficiencia alta?
Según Endesa, esto es lo que te ahorras al año en diferentes electrodomésticos, entre un mismo aparato con eficiencia D, y otro con eficiencia A:
- 52 €/año: Nevera (24 horas día y 365 días al año).
- 32 €/año: Lavadora (más de 200 cargas/año).
- 27 €/año: Lavavajillas (más de 160 cargas/año).
No solo ahorras dinero: también consumes menos agua y electricidad que ayuda a reducir la explotación de los recursos.
Diferentes tipos de eficiencia
La eficiencia energética significa lo mismo para todos los electrodomésticos, pero se calcula de forma muy diferente en unos y otros. Por ejemplo, en una lavadora la eficiencia energética se calcula comparando el consumo usando el programa normal de algodón a 60 grados con carga completa y parcial, y el programa normal de algodón a 40 grados con carga parcial, comparándolo con un consumo de referencia, a lo largo de 220 ciclos de lavado (el equivalente a un año de uso).
En esta tabla puedes ver cómo se hace con otros dispositivos:
Electrodomésticos | Cómo se calcula la eficiencia |
---|---|
Lavadora | Programa normal de algodón a 60 grados con carga completa y parcial, durante 220 ciclos |
Frigorífico | Consumo anual según su capacidad de almacenamiento |
Lavavajillas | Lavado de 12 cubiertos durante 280 ciclos |
Bombillas | Se compara con el consumo de una bombilla incandescente |
Otros electrodomésticos como los televisores usan fórmulas matemáticas, y en otros casos índices de eficiencia energética o ratios, en donde se compara el consumo con cierto valor o ratio de referencia.
Realmente, estos son datos técnicos que no necesitan ser manejados por el consumidor. Lo único que nos interesa de la eficiencia energética es que sea lo más alta posible, dentro de un mismo tipo de electrodoméstico.
Un dato importante es que hay electrodomésticos que, por ley, están obligados a alcanzar cierta eficiencia. Por ejemplo la eficiencia del lavado en las lavadoras, o la eficiencia de las bombillas, siempre debe ser A como mínimo. Será mejor si son A+ o A++, pero no pueden ser B o menos, porque no está permitido.
El consumo
Este dato se incluye en todas las etiquetas. Indica el consumo anual del electrodoméstico, medido en Kilovatios hora (Kwh). Gracias a él podemos saber lo que consume durante un número fijo de horas al año, así que es un dato importante para comparar entre diferentes modelos de un mismo tipo de electrodoméstico.
Lógicamente, entre máquinas similares conviene comprar la que tenga un menor consumo anual. Nos ahorraremos dinero en la factura de la luz.
Ruido
En casi todas las etiquetas energéticas, encontraremos este dato.
El ruido se mide en decibelios (db), y como más alto sea este valor, más molesto es. El ruido deja de ser soportable a partir de los 80 decibelios.
Para que te hagas una idea, este es el ruido que hacen algunas actividades:
Actividades | Nivel de ruido (decibelios) |
---|---|
Pisada | 10 db |
Viento | 20 db |
Conversación en voz baja | 30 db |
Conversación en voz alta | 50-60 db |
Tráfico | 80 db |
Aspiradora | 90 db |
Cualquier electrodoméstico que supere los 50 db, puede resultar molesto si está funcionando mucho tiempo seguido. Podemos aguantar un taladro durante unos minutos, pero no durante todo el día…
Datos específicos según electrodomésticos
El resto de iconos y números que aparecen en las etiquetas energéticas, varía con cada tipo de electrodoméstico, ya que cada uno tiene un funcionamiento y una función diferente.
Los hemos recogido en esta tabla:
Electrodoméstico | Datos adicionales de la etiqueta energética |
---|---|
Frigorífico | Capacidad de almacenamiento de la nevera, y del congelador (litros) |
Lavadoras y secadoras | Consumo por ciclo, velocidad máxima de giro, capacidad total (Kilos), consumo de agua por ciclo (litros), si es de ventilación o condensación (secadora) |
Lavavajillas | Eficiencia el ciclo de secado, capacidad (en número de cubiertos), consumo de agua por ciclo |
Horno | Volumen (litros), tipo (pequeño, mediano o grande) |
Aire acondicionado | Refrigeración a carga máxima (kW), ratio de eficiencia energética en modo frío a máxima carga, tipo (sólo frío, o también calor), Modo (aire o líquido), calor producido a máxima carga (climatizador) |
Bombilla | Cantidad de luz (lúmenes), consumo (vatios), ciclo de vida (horas) |
Televisores | Tamaño de pantalla (en cm y pulgadas), Consumo en modo reposo |
Como vemos, la etiqueta energética nos proporciona datos muy valiosos que se centran principalmente en tres aspectos: lo bien que se aprovecha la electricidad que se consume (eficiencia), el consumo real anual, y el ruido.
Son datos muy importantes que conviene valorar a la hora de comprar un electrodoméstico. Nos ahorraremos dinero en la factura de la luz, seremos más respetuosos con el medio ambiente, y no nos molestará el ruido cuando lo usemos.