Otro nuevo accidente pone en peligro la superviviencia del observatorio de Arecibo, en Puerto Rico, el tercero más grande del mundo.
Otra piedra en el camino para la accidentada historia del Observatorio de Arecibo, hogar del segundo radiotelescopio más grande del mundo. La rotura de un cable ha provocado una enorme brecha de más de 30 metros de largo en el disco reflector del telescopio, tal como se puede ver en la imagen superior.
El accidente también ha destruido una de las plataformas que da acceso al disco, así como diversos paneles de una de las cúpulas. La Universidad Central Florida (UCF), que es quien se encarga de su mantenimiento, ha anunciado el cese de todos los trabajos de investigación, así como las visitas guiadas, hasta que se reparen los daños.
El radiotelescopio de Arecibo (Puerto Rico) se construyó en 1963, y durante más de 10 años fue el más grande del mundo, gracias a su disco reflector de 305 metros de diámetro. Fue superado en 1975 por el RATAN-600 de Rusia, con un diámetro de 576 metros.
Especializado en la búsqueda de objetos estelares, en sus más de 50 años de historia este radiotelescopio ha conseguido varios hitos. Gracias a él se descubrió que el período de rotación de Mercurio no era de 88 días, sino de 59. Además fue el primero en fotografiar un asteroide, y el primero en descubrir un exoplaneta, es decir, un planeta fuera del Sistema Solar.
Durante más de 40 años estuvo gestionado por la Universidad Cornell, pero tras diversos problemas económicos pasó a manos de la Universidad Metropolitana, y la Asociación de Universidades que Investigan el Espacio, rotándose en su mantenimiento.
Aún nos se han hecho públicas las causas del accidente, pero por la gravedad de la brecha, de 30 metros de largo, todo apunta a que se ha roto uno de los grandes cables que pueden verse en la fotografía superior.
A lo largo de sus más de 50 años de vida ha superado numerosos peligros, incluyendo varios huracanes, terremotos e inundaciones. Pese a que ya no es el más potente ni el más versátil, sigue siendo uno de los telescopios más importantes del mundo, y es utilizado por científicos y organizaciones astronómicas de todo el mundo.
Francisco Cordova, director del observatorio, explica en un comunicado que aún no se sabe cuánto costarán las reparaciones, y cuándo volverá a estar en funcionamiento, pues aún están evaluando los daños.