Científicos de la Universidad de Washington en St. Louis han desarrollado un sistema para fabricar ladrillos inteligentes capaces de almacenar energía eléctrica en las paredes.
En la actualidad, la energía es necesaria para alimentar infinidad de dispositivos, por lo que almacenarla en todos los lugares posibles siempre resulta muy útil. Ahora, un equipo de investigadores ha descubierto cómo almacenarla en los muros y las paredes mediante ladrillos inteligentes.
Los ladrillos de color rojizo convencionales son uno de los materiales de construcción más baratos. Se han utilizado durante siglos y los podemos encontrar en los edificios de todo el mundo. Ahora, gracias a este nuevo descubrimiento, pueden tener una función adicional: la de almacenar energía para suministrársela a los dispositivos.
Teniendo en cuenta la enorme cantidad de espacio que ocupan los edificios no es de extrañar que algunos arquitectos ya hayan intentado aprovechar los ladrillos para absorber y almacenar el calor del sol. No obstante, hasta el momento nadie había intentado usar los ladrillos como algo más que masa térmica para calentar y enfriar.
El sistema que han diseñado estos científicos permite tanto fabricar desde cero estos ladrillos inteligentes, como modificar los ladrillos ya existentes para que puedan almacenar energía. En concreto, se trata de un recubrimiento del polímero conductor PEDOT, que está compuesto por nanofibras que penetran en la red porosa interna de un ladrillo. El recubrimiento permanece atrapado en el ladrillo y funciona como una esponja de iones que almacena y conduce la electricidad.
Los investigadores han comprobado el funcionamiento de este método a través de una prueba de concepto publicada en Nature Communications, donde demuestran que una luz LED de color verde se puede encender al conectarla directamente a un ladrillo, como puedes ver un poco más arriba en la imagen.
«Los ladrillos revestidos con PEDOT son bloques de construcción ideales que pueden proporcionar energía a la iluminación de emergencia», explica Julio D’Arcy, director del estudio. «Nuestro método funciona con ladrillos comunes o reciclados, y también podemos hacer nuestros propios ladrillos. De hecho, el trabajo que hemos publicado en Nature Communications proviene de ladrillos que compramos en Home Depot a 65 centavos cada uno».
[Vía: New Atlas]