Seguro que en alguna ocasión te han medido la temperatura con alguno de los termómetros ‘pistola’ que tanto se están popularizando en los últimos meses, ¿pero son fiables?
El control de la temperatura se ha transformado en una de las principales medidas para prevenir el contagio de coronavirus y los termómetros que se asemejan a una pistola la herramienta de uso más común. Para utilizarlos no hace falta contacto físico con los individuos, son casi inmediatos y la mayoría de ellos cuentan con un certificado que demuestra su fiablidad. Sin embargo, han salido distintos bulos y cuestiones sobre ellos en los últimos tiempos.
Lo primero que se debe aclarar sobre estos termómetros es que no son ninguna novedad, llevan tiempo utilizándose y realizan un control de la temperatura mediante un rayo infrarrojo. Este no mata neuronas ni tiene ningún efecto sobre la persona a la que se mide la temperatura, solamente existe algún riesgo en caso de que se den estas circunstancias: que sea láser de clase III, esté mal calibrado y se apunte directamente a la retina.
En cuanto a las alertas sobre la fiebre, no debería saltar ninguna hasta los 37,5º, aunque algunas empresas han decidido situar el margen en otra medida.
El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo ha publicado un documento que sirve como base para este tipo de dispositivos, la Guía de buenas prácticas para el uso de termómetros de radiación y cámaras termográficas para realizar medidas trazables de la temperatura humana sin contacto. En el texto se recomiendan este tipo de dispositivos por los motivos enumerados antes, pero existen algunos problemas con ellos.
La medición de la temperatura con estos termómetros es más inexacta que con los termómetros de toda la vida y en ocasiones puede desviarse hasta medio grado. El motivo es bien lógico, la diferencia entre la temperatura interna de las personas y la de la frente, que puede verse alterada por cuestiones ambientales.
Estas variables que afectan a la medición de la temperatura pueden ser marcadas por el mismo ambiente del lugar, pero también condiciones cutáneas que no la alteran demasiado, aunque sí unas décimas que pueden ser de importancia. El mismo documentos del ministerio avisa que «existe una fuente de error adicional: la diferencia que existe entre la temperatura interna de la persona y la temperatura de la frente debida, sobre todo, a las condiciones ambientales en las que se realice la medida«.
Esto lleva a que «en el mejor de los casos sólo se podría conseguir exactitudes de medida (incertidumbre) de entre 0,3 ºC a 0,5 ºC, pero sin tener en cuenta los errores adicionales provocados por el desconocimiento de la emisividad de la piel, por la deriva del propio termómetro, por la distancia de medida, reproducibilidad y alineamiento«.
De toda esta información se puede extraer que los termómetros ‘pistola’ son una herramienta para medir la temperatura, pero no la más fiable por los distintos motivos comentados.