Microsoft Surface Go 2, análisis y opinión | Tecnología

Han pasado dos años desde que Microsoft lanzara su Surface Go, un dispositivo que bebía de la filosofía Surface, pero que bajaba el precio recortando en diferentes apartados. El hardware de Microsoft no es barato, pero lo cierto es que todos sus productos pertenecen a esa gama premium que muchos no pueden permitirse, y menos estudiantes, que es precisamente a quienes va dirigida la generación Surface Go. Ahora, llega un Surface Go 2 que mantiene la filosofía de esta familia a la vez que pule los flecos de la anterior versión.

Cuando analizamos el primer Surface Go, quedamos descontentos por diferentes factores. La potencia del Pentium Y era insuficiente, el equipo se calentaba y, además, la autonomía era muy, muy justa. Realmente entendíamos a qué usuario iba dirigida, pero no era aceptable ni el rendimiento ni la autonomía, por muy bien que estuviera todo lo demás.

En esta segunda generación tampoco estamos ante un dispositivo que quiera ser tu PC principal, pero al menos ahora sí podemos recomendarlo a ese usuario objetivo. Dicho esto, vamos a desgranar todos los apartados del dispositivo en este análisis del Surface Go 2, pero antes vamos con las características principales del modelo analizado:

  Surface Go 2 analizado
Pantalla Pantalla PixelSense de 10,5″ | Resolución de 1-920 x 1.280 píxeles | Densidad de 220 ppp | Relación 3:2 | Contraste 1.500:1 | Multitáctil | Protección Gorilla Glass 3
Procesador Intel Core m3 de octava generación
RAM 8 GB LPDDR3
Almacenamiento 128 GB PCIOe SSD | Ampliable mediante microSD
Batería 26,8 Whr | Carga mediante Surface Connect de 24 W | Compatible con carga por USB Tipo-C
Cámaras Fropntal de 5 Mpx compatible con Windows Hello | Trasera de 8 Mpx con autofoco
Dimensiones y peso 245 x 175 x 8,3 mm | 544 gramos
Accesorios Type Cover y Pen, no incluidos
Sistema Windows 10S | Se puede activar Windows 10 Home
Conectividad inalámbrica Versión LTE 4G | Wi-Fi 6 | Bluetooth 5.0
Conexiones físicas USB Tipo-C | Surface Connect | Lector microSD | Puerto para funda con teclado | jack de 3,5 mm
Precio Desde 459 euros

Índice de contenido

Diseño industrial que refina ciertos aspectos

En gustos no hay nada escrito, pero lo que tengo claro es que el diseño industrial de los productos de Microsoft de unas generaciones a esta parte ha sido todo un acierto. No solo son productos sofisticados y elegantes, sino que entre todos (los diferentes miembros de Surface, el Surface Hub, los portátiles e incluso los auriculares) se mantiene una coherencia que solo unas pocas marcas (como Google o Apple, por ejemplo) consiguen.

Los dispositivos de Microsoft son perfectamente reconocibles tanto por sus líneas con bordes redondeados como por ese logo en formato cuadrado que ostentan todos sus productos. El Surface Go 2 mantiene esa identidad y, de hecho, es tan similar a la primera generación que, a simple vista, puede llevarnos a confundirlos. 

Vamos a empezar por la parte frontal, donde tenemos la «mayor» diferencia, entre muchas comillas. Y es que, de tener una pantalla de 10″, pasamos a un panel con 10,5″ de diagonal. El Surface Go 2 mide exactamente lo mismo que el de primera generación –245 x 175 x 8,3 mm–, pero la pantalla es algo mayor. Esto se consigue comiendo terreno a unos marcos que nos parecieron exagerados en el primer modelo y que, ahora, son algo más estilizados.

De los 1,5 cm en los laterales, 10,7 mm si sumábamos la parte de magnesio, pasamos a unas bandas negras de 1 mm en los laterales –1,2 mm si sumamos el borde de magnesio y de 1,3 mm en la parte superior e inferior; 1,5 mm si sumamos el borde–. Aunque pueda parecer un cambio irrisorio, lo cierto es que la sensación mejora al quitarnos unos milímetros de marco negro. 

En este frontal, tenemos poco donde rascar, ya que no hay logos ni nada distintivo. En la parte superior tenemos la cámara frontal para videollamadas y Windows Hello, dos sensores (uno para la iluminación ambiental) y dos micrófonos. 

Pasamos a los laterales… y no hay buenas noticias. Una de las cosas que echamos en falta en el primer modelo eran más puertos USB Tipo-C. Ya no pido USB Tipo-A porque, aunque sé que muchos usuarios siguen usándolos, yo he ido adaptando todo mi equipo al Tipo-C y aquí me encuentro un único puerto, igual que en la generación anterior.

Este puerto sirve para cargar el equipo, así como el que tenemos justo debajo, un Surface Connect que sí, tiene su utilidad para conectar un dock, pero que preferiría cambiar por… sí, más USB Tipo-C. Por cierto, la petaca de la fuente de alimentación no tiene ningún USB, algo que era común en Surface. También tenemos puerto jack de 3,5 mm para auriculares.

En el lateral derecho no hay nada, y esto se explica porque es la zona imantada para dejar el lápiz Surface si decidimos comprarlo. En la parte superior (siempre hablando con el equipo en horizontal, claro está) tenemos los botones de subir/bajar volumen y el de encender. 

En la inferior… los pines y dos ranuras para conectar el teclado (que también se compra aparte). No hay mucho más que contar y si pasamos a la trasera, tenemos la cámara y micrófono en la parte superior y un soporte que siempre me ha gustado en Surface.

Permite un ángulo muy interesante tanto para escribir en diferentes posturas como para apoyar en una mesa y dibujar. La bisagra es resistente, firme y con un simple gesto podemos inclinar el equipo de forma muy cómoda.

En esta parte está el logo cromado y, como es habitual en Surface, al abrir la tapa vemos un lector de tarjetas microSD para ampliar la capacidad de almacenamiento del equipo, que nunca viene mal. No es algo para instalar programas, pero sí para derivar las descargas y otros archivos.

Es, en definitiva, elegante y muy fácil de transportar. Pesa algo más que la generación anterior, 544 gramos solo el equipo y 782 con el teclado, siendo uno de os Utrabook, si queremos llamarlo así, más compactos y ligeros que podemos comprar.

Sube la resolución y mantiene tanto la calidad de imagen como los reflejos

Cuando cae en mis manos un dispositivo Surface, de la familia que sea, tengo claro que hay dos apartados en los que Microsoft no va a pinchar. Diseño y pantalla son dos apuestas seguras cuando hablamos de Microsoft y lo cierto es que en su Surface barata no decepciona.

Los paneles elegidos por los de Redmond para sus equipos cuentan con una muy buena calibración y aquí tenemos una pantalla que crece un poco respecto a la generación anterior. Nos vamos a las 10,5″ en el mismo cuerpo gracias a un mejor aprovechamiento del frontal.

Este panel PixelSense de Microsoft cuenta con una resolución FullHD en un formato 3:2 que nos encanta para trabajar. La resolución es de 1.920 x 1.280 píxeles que arroja una densidad de 220 píxeles por pulgada u lo cierto es que por muy cerca que os pongáis no vais a distinguir estos píxeles.

Contar con un formato 3:2 hace que aparezcan unas barras negras arriba y abajo cuando consumimos contenido producido para 16:9, la inmensa mayoría, pero para trabajar, y este es el foco del equipo, lo cierto es que viene muchísimo mejor.

El motivo es que tenemos más espacio en el eje vertical, por lo que las aplicaciones de scroll vertical y la navegación web es más cómoda.

Si hablamos de la calidad de imagen, solo podemos calificarla de excelente para el precio del dispositivo y la gama e3n la que nos movemos. Es un panel LCD, pero cuenta con unos ángulos de visión, contraste interesante (1.500:1) y calidad general muy alta. no hay fugas de luz y la experiencia es como la de estar ante un móvil de gama alta (que no monte panel AMOLED/OLED, claro).

La pantalla es multitáctil y, hablando de móviles, la experiencia es muy similar. Es un panel capacitivo que tiene muy buena precisión, pero también cuenta con un cristal protector con capa Corning Gorilla Glass 3 que hace que los reflejos sean una auténtica fiesta.

Si tenemos una fuente de luz a nuestras espaldas o directa al panel, vamos a tener que recolocarnos para poder ver el contenido correctamente ya que, como decimos, los reflejos están a la orden del día. De hecho, se puede ver en los vídeos que todo lo que se pone justo enfrente de la pantalla se refleja con todo lujo de detalle.

Por lo demás, estamos ante una pantalla que, como decimos, está muy bien calibrada, es precisa en el apartado táctil y nos permite trabajar de forma muy cómoda gracias a su formato.

Configuración de Intel Core M3 con 8 GB de RAM suficiente para trabajar

Y vamos con algo fundamental en cualquier equipo como es la potencia. En el análisis del Surface Go original dijimos que la potencia era uno de los puntos débiles. El Pentium Y, realmente, no puede con demasiadas aplicaciones a la vez, lastrando constantemente el rendimiento del equipo y, además, siendo un chip de bajo consumo, sí, pero que se calentaba.

En esta ocasión, Microsoft ha optado por lanzar dos versiones de Surface Go, una con el Pentium Gold 4425Y y otra, la que os recomendamos encarecidamente, con el Intel Core m3 de octava generación. Esta es la que, acompañado con 8 GB de memoria RAM LPDDE3, hemos analizado.

Se trata de un procesador de dos núcleos con cuatro hilos y una frecuencia máxima de 3,4 GHz. La frecuencia base es de 1,6 GHz y el consumo es extremadamente bajo. El TDP típico es de solo 5 W con un máximo configurable de 8 W y un mínimo de 4,5 W según el fabricante. En nuestras pruebas se ha mantenido en esos 4,5 – 5 W.

La GPU, como os podéis ir imaginando, está integrada en este procesador de 14 nanómetros y es una GPU bastante justita con apenas 33,3 GB/s de ancho de banda, algo escasísimo a estas alturas pero suficiente para algunos juegos muy, muy poco exigentes y vídeos en 1.080p.

Antes de pasar a nuestras sensaciones, os dejamos una tabla de rendimiento en el modo más exigente del Surface Go 2 comparando con equipos ultraportátiles:

  Surface Go 2 (Windows 10) Surface Pro X (Windows 10) Galaxy Tab S6 (Android) MatePad Pro (Android) MediaPad M6 (Android)
Geekbench 4 single 4.129 3.430 3.335 3.896 3.315
Geekbench 4 multi 6.853 11.163 10.346 11.985 9.956
Geekbench 5 single 887 731 760 701
Geekbench 5 multi 1.632 2.831 2.943 2.464
PC Mark 2.702 9.555 8.581 9.170

Y también os dejamos una tabla en la que podéis ver la diferencia de puntuación del Surface Go dependiendo del modo de consumo elegido:

  Conectada a corriente Mejor rendimiento (inalámbrica) Modo eco Modo eco max.
Geekbench 4 single 4.129 4.020 3.859 3.805
Geekbench 4 multi 6.853 6.426 6.314 6.487
Geekbench 5 single 887 850 697 736
Geekbench 5 multi 1.632 1.531 1.529 1.546
PC Mark 2.702 2.617 2.192 2.204
Geekbench 4 OpenCL 19.589 18.806 18.932 18.467
CrystalDiskMark Lectura: 1.626,14 MB/s | Escritura: 296,99 MB/s

Bien, los números son orientativos, como siempre decimos, pero lo cierto es que no engañan a nadie y sí, a la Surface Go 2 le falta potencia por los cuatro costados para aplicaciones algo pesadas como Photoshop, apps de retoque y revelado fotográfico como Capture One y, claro, videojuegos.

Hemos intentado jugar a Minecraft Dungeons y Fortnite, pero la experiencia no ha sido nada buena. A otros juegos 2D o de estrategia que encontramos en Game Pass, como Age of Empires Definitive Edition o Street of Rage 2 se puede jugar sin problema.

Pero bueno, esta es nuestra obsesión de hacer análisis viendo hasta dónde llegan porque, realmente, un Surface Go no busca ni ser una herramienta de retoque fotográfico ni una plataforma para jugar a videojuegos. Funcionan estos programas, sí, pero no de la manera óptima.

Donde el equipo quiere destacar y hacerse un hueco es como equipo para estudiantes o para personas que quieran un segundo Windows 10 en casa y primen la movilidad por encima de todo. ¿Cómo hemos usado, y cómo creemos que Microsoft quiere que usemos, el Surface Go 2? Como herramienta para consumir vídeo, música y para crear textos.

Es un dispositivo muy enfocado a estudiantes, estudiantes que quieren un equipo compacto, ligero y con buena batería y 2en1 pero que o no quieren dar el salto a MacOS, o se les queda corto un sistema como iOS o Android en tablets y el Surface Pro es muy caro.

Hemos creado textos con IA Writter y Google Docs, pero también hemos manejado tablas complejas con Hojas de cálculo y hemos, sobre todo, trabajado en diferentes jornadas completas usando, simultáneamente, Spotify, IA Writter, Chrome con varias pestañas, Slack y un cliente de correo. Es decir, cuatro apps y Chrome con cuatro/cinco pestañas casi en todo momento.

Las buenas noticias es que Surface nos permite tener todo eso a la vez sin sufrir y, además, no presenta el calentamiento que tenía la generación anterior. No se ha bloqueado, no nos hemos sentido limitados y no ha dado muestras de sufrimiento, y esas son buenas noticias porque un estudiante que esté tomando apuntes o haciendo un trabajo en clase no va a tener tantas apps abiertas.

Es el equipo menos potente que hemos probado últimamente, pero es que Microsoft no pretende que esto sea un Ultrabook… o incluso una tablet. Es un equipo de ultrabajo consumo que está pensado para crear textos o ver multimedia. 

A 1.080p, no hemos tenido ningún problema viendo Netflix o YouTube, aunque como pidáis ver vídeos a 1.440p o 4K en una pantalla externa os vais a quedar con las ganas. Surface Go 2 no puede con esto y es lógico. Al final se trata de un procesador muy, muy, muy humilde.

Viene con Windows 10 S, aunque podemos cambiar a 10 Home

Una de las ventajas de Surface Go es que cuenta con un tamaño similar al de una tablet, pero tiene un sistema operativo de escritorio, Windows 10. En cuanto encendemos el dispositivo tenemos Windows 10 S, una versión muy recortada y más «segura» del sistema.

Es más segura porque, básicamente, no nos permite instalar ninguna aplicación que no sea de la Windows Store. Cuando analizamos el primer Surface Go os contamos que la Windows Store estaba en pañales y, aunque la cosa ha mejorado, sigue siendo una tienda lenta, caótica y muy limitada.

Afortunadamente, en cuanto intentamos instalar una app de terceros salta un aviso con el que podemos salirnos de Windows 10 S para ir a Windows 10 Home y tener la experiencia estándar de Windows.

No hay demasiado que contar que no sepáis ya que Windows 10 es un sistema mundialmente establecido y tenemos tanto las apps de prueba habituales (como Windows 365) como juegos de bloatware que podemos desinstalar y apps como las de configuración del lápiz óptico.

Los sensores internos, como el giroscopio, nos permiten tener la orientación del sistema siempre en el modo correcto y lo cierto es que tanto los sistemas como Windows Hello y el modo de brillo automático funcionan como esperamos en un sistema propio de Microsoft.

Muy buen teclado que es obligatorio y se compra aparte, el lápiz táctil ya es más opcional

Podemos comprar el Surface Go 2 y no tener ni el pen ni comprar el teclado Type Cover, pero nos estaríamos perdiendo la mejor parte de la experiencia. Microsoft (esto también pasa con los Surface ‘grandes’) vende por un lado el equipo y, por otro, el teclado.

Es un movimiento que no vamos a debatir aquí, pero es prácticamente obligatorio hacerse con el teclado para disfrutar de las bondades del equipo tanto por las posibilidades de productividad como por la protección de la propia pantalla y la movilidad. Que sí, podemos conectar un teclado/ratón Bluetooth o físico, pero no es lo mismo.

Para el análisis del Surface Go 2 hemos contado con el Surface Go Type Cover Alcántara. Cuenta con ese acabado… bueno, Alcántara que tienen algunos coches de lujo en el interior y que es muy agradable al tacto, pero que también se ensucia con facilidad. El precio del teclado es de 129,99 euros y es el mismo que el de los teclados de plástico y goma con color rojo o turquesa. El de color negro cuesta 99,99 euros.

Todos son retroiluminados y, realmente, esto es algo que mejora muchísimo la experiencia al teclear en condiciones de poca luz. El Surface no regula esta iluminación de manera automática con el sensor de brillo, sino que es algo que debemos activar o desactivar con la tecla dedicada. La conexión es magnética y podemos utilizar el teclado tanto en plano o con una ligera inclinación, pegando el borde superior al marco negro inferior del Surface.

¿Qué tal la experiencia trabajando con este teclado? Este análisis lo esto escribiendo directamente en el Surface Go 2 y, a lo largo de estos días, he escrito varios artículos con él.

La sensación es muy buena gracias a un sonido muy placentero y a un tacto muy agradable. Las teclas tienen una ligera curvatura que permite pulsar de forma más cómoda, el tamaño es algo más pequeño que el de la tecla de un portátil convencional… pero no molesta, ya que te acostumbras rápido.

Eso sí, cuando utilizamos el teclado con inclinación, notamos que la parte central se abomba un poco. No es algo que moleste, en absoluto, y tampoco afecta a la precisión al escribir o a la sensación de escritura, pero está ahí.

También, como veis, tiene trackpad incorporado y aquí… la sensación cambia. El tamaño es bueno para un equipo de estas dimensiones y lo cierto es que es muy preciso, pero hay dos detalles que no me han gustado. El primero es que no se bloquea automáticamente, por lo que si estás escribiendo, puedes saltar de línea sin querer al pulsar con la palma de la mano, y es bastante molesto.

El segundo detalles es que la zona de clic está solo en la mitad inferior y, realmente, la experiencia gana enteros cuando todo el trackpad es un botón. Pero bueno, en términos generales, este teclado es una herramienta perfecta para productividad.

No pasa lo mismo con el pen. Llamado ‘Lápiz para Surface’, es casi tan caro como el teclado -109,99 euros-, pero la buena noticia es que no es indispensable. Es cómodo el tenerlo en un lateral del equipo y no tener que cargarlo, pero lo cierto es que no lo encuentro tan necesario como el teclado.

El motivo es que la pantalla tiene una muy buena sensibilidad táctil, por lo que es más cómodo ir con el dedo. Además, hemos notado que el lápiz no es demasiado preciso y que, por ejemplo, dibujando… hay trazos que se pierden. Es sensible a la presión y sí, vais a poder dibujar, pero hay momentos en los que parece más un puntero de los de ahce años que un lápiz de 110 euros

En términos ergonómicos, es un buen dispositivo, con un peso que no es elevado (apenas 20 gramos), pero que se siente robusto entre los dedos. Tiene un botón en la parte superior, como si fuer una goma de borrar, que podemos programar y que, de fábrica, sirve para abrir Microsoft Whiteboard.

Otro botón está en la parte en la que reposa el pulgar al cogerlo como un lápiz, y es el que emula el clic derecho del ratón. Está demasiado metido en el cuerpo y no es muy cómodo de pulsar, todo sea dicho.

Así que, aunque haya usuarios que consideren que la mejor experiencia está con este lápiz, mi recomendación es que compréis el Surface Go 2 con uno de los teclados y dejéis, al menos de inicio, de lado el lápiz, ya que no es algo que aporte realmente a la experiencia. Es cómodo usarlo en el sofá, sí, pero lo uso porque lo tengo. Si no… no lo echaría de menos.

Buena autonomía y carga con Surface Port o mediante USB

Y llegamos a uno de los puntos clave del análisis de un dispositivo como el Surface Go 2, la batería. El dispositivo cuenta con una batería de 26,8 Whr que es capaz de arrojar una muy buena cifra de uso real. 

Microsoft afirma que tenemos más de 10 horas de autonomía, pero claro, ya sabemos que esas cifras suelen ser muy optimistas y en condiciones alejadas del uso real que cada usuario hace en su casa. Sin embargo, no nos hemos alejado tanto. 

En una jornada laboral, con el uso que detallamos antes de Chrome con varias pestañas, IA Writter, la suite de Google, Spotify y Slack, hemos rondado cada día las 7 horas de autonomía con uso del teclado con la retroiluminación activada y el brillo de pantalla automático, poor lo que tiene que estar trabajando el sistema constantemente para adaptarse a la luz ambiental.

En otro tipo de uso más de multimedia como reproducción de películas, páginas web, series y YouTube, tenemos unas 8/8:30 horas.

La carga se realiza mediante el conector Surface gracias a la fuente de 24 W, pero también podemos, gracias, Microsoft, utilizar el puerto USB Tipo-C para cargar el equipo. Esto es una gozada porque puedes ir de viaje con una Switch, el móvil, los cascos y Surface y solo un cargador para todo.

Bien en conectividad inalámbrica, no en el número de puertos ni sonido

Y si hablamos de USB, debemos decir que uno de los puntos flojos es, sin duda alguna, la cantidad de puertos. Simplemente podemos ampliar las posibilidades del dispositivo con una tarjeta de memoria microSD, el jack de 3,5 mm y un USB Tipo-C

Los equipos Surface Pro cuentan con un USB Tipo-A en la fuente de alimentación y lo cierto es que aquí debemos tirar con un HUB adaptador tanto para conectar más de un dispositivo USB Tipo-C como parta tener el USB Tipo-A.

En el plano inalámbrico, la verdad es que bastante bien. Contamos con versión 4G LTE gracias al módem Qualcomm X16 y las dos versiones cuentan con Wi-Fi 6 y Bluetooth 5.0. Es una sorpresa encontrar Wi-Fi 6 en este dispositivo porque no es algo que esté realmente extendido, pero me alegra que Microsoft sepa que apunta a un mercado que no suele cambiar de equipo cada año y hay6a decidido incorporar el Wi-Fi del futuro.

En lo que a los altavoces se refiere, tenemos un par en el frontal, cada uno a un lado de la pantalla en la parte superior y el sonido no es ni demasiado alto ni contundente. Peca de poca definición y de chirriar cuando subimos el volumen al 100%.

Hay altavoces de móviles que tienen bastante más pegada en un espacio mucho más reducido, y esto limita en ocasiones el poder disfrutar de contenido multimedia.

Tiene claro cuál es el usuario objetivo, es mejor que el primero, pero el precio sube

Llegamos al final del análisis del Surface Go 2 y lo cierto es que las sensaciones son mucho más positivas que las que tuvimos hace dos años tras analizar el primer modelo de la familia de Surface barato.

En diseño y pantalla, los dos dispositivos son prácticamente calcados y, aunque Microsoft ha pulido algo las líneas para meter más pantalla en el mismo cuerpo, con el panel apagado parecen el mismo dispositivos. Los cambios llegan en el interior gracias a chips más eficientes y, sobre todo, una batería que no nos ahoga.

La autonomía era uno de los varios problemas que tenía el Surface Go y en esta segunda generación se ha solventado por completo. Podemos cargar por el conector propietario o mediante USB Tipo-C, nos deja trabajar durante una jornada laboral y tenemos unas 8 horas de autonomía en consumo de contenido. 

El chip m3 que hemos probado no es que vaya sobrado, pero lo cierto es que la configuración que tenemos (m3, 128 GB SSD PCIe y 89 GB de RAM) es justa para trabajar en ofimática. De hecho, no sabemos por qué existe la configuración con el Pentium Y, 4GB de RAM y 64 GB de una memoria más lenta para almacenamiento. Sí, bueno, el precio de esa edición básica es menor (459 euros) pero os vais a ver muy limitados.

Eso si, la versión que hemos analizado son 719 euros… y viene sin teclado ni pen. El lápiz no es esencial y, de hecho, no es tan preciso como en un iPad o en un Note 20 Ultra, por ejemplo, pero el teclado es esencial para transportar el dispositivo y trabajar con él. El teclado oficial, Surface Go Type Cover, tiene un precio oficial que ronda entre los 80 y los 104 euros.

Si tenéis muy claro que queréis un dispositivo 2 en 1 como equipo secundario porque ya tenéis un PC o Mac principal y una tablet se os queda corta, lanzaos a por él porque por pantalla, autonomía, diseño y, sobre todo el tener un sistema operativo de escritorio, vale la pena.


El Surface Go 2 es el nuevo Surface barato de Microsoft enfocado a estudiantes. Tiene la potencia justa para aplicaciones de ofimática y una autonomía de unas 7-8 horas trabajando y disfrutando de contenidos multimedia.

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