A lo largo de nuestras vidas, todos hemos afrontado decisiones bastante difíciles sobre nuestro futuro. Algunas de las más complejas tienen que ver con la elección de estudios superiores, y consecuentemente, con el empleo que querríamos tener.
Para acceder a ciertos ámbitos profesionales que requieren formación superior, el camino parece bastante claro. Si quieres ser veterinario estudias la carrera de veterinaria; si quieres ser médico, medicina…
Pero algunas profesiones no lo ponen tan fácil para acceder a ellas por diversas razones. Puede ser porque no hay unos estudios concretos que estén orientados a obtener ese trabajo, o también porque ciertos empleos requieren numerosas habilidades que no se consiguen con una sola carrera.
Y probablemente uno de los trabajos a los que muy pocos saben cómo acceder es el de astronauta. Es una profesión extremadamente compleja de realizar, y por tanto, los requisitos van mucho más allá que las de la mayoría de profesiones.
Y eso hace que muy pocas personas se planteen genuinamente la posibilidad de ser astronautas. Para la mayoría, la idea de viajar al espacio queda en poco más que un sueño de la infancia.
Quienes pese a todo deciden intentar ser astronautas tienen por delante una tarea bastante difícil. Entre las escasas posiciones que hay abiertas para ser astronauta en todo el mundo, y los numerosos requisitos, está claro que es un trabajo reservado tan solo para unos pocos elegidos.
Índice de contenido
Quizá te preguntes entonces cómo se puede lograr ser astronauta. Y la respuesta no es nada simple, porque la realidad es que cada agencia espacial tiene unos criterios propios para decidir quién es un buen candidato para viajar al espacio.
No obstante, aun si no hay un camino fijo que pueda seguirse para ser astronauta, sí hay unas pautas generales acordes a las preferencias de todas las agencias espaciales del mundo.
Si te interesa saber cómo puede cualquier persona convertirse en astronauta, en este reportaje analizamos qué hace falta estudiar para poder optar a ese trabajo, además de otros requisitos que también son muy necesarios.
Educación universitaria
Las cualificaciones que debería tener un candidato a astronauta son numerosas y muy variadas, pero hay algunas que son absolutamente imprescindibles para poder siquiera optar a ello.
Una de las más esenciales es sin duda la educación. Todas las agencias exigen que sus astronautas tengan una carrera universitaria. Y no vale cualquiera; dependiendo de la agencia la lista puede ser más general o estar limitada a unas cuantas.
Como es de esperar, las carreras universitarias aceptadas entran todas en el ámbito de las ciencias. Son a fin de cuentas las que permiten tener cierta experiencia y conocimientos sobre el espacio y el tipo de equipamiento que se utiliza durante una misión espacial.
Además, en todas las misiones suelen realizarse experimentos. En la Estación Espacial Internacional, donde muchos astronautas viven durante meses y meses, la investigación científica es una de las tareas que tienen que realizarse diariamente.
Por supuesto decir simplemente “tienes que estudiar una carrera de ciencias” no acota mucho la lista, ya que dentro de este campo hay una gran cantidad de carreras, con temáticas totalmente distintas.
Además, tal y como decíamos, cada agencia espacial tiene unos criterios propios, y esto implica que dependiendo de tu nacionalidad, deberás cumplir unos requisitos u otros. Por ejemplo, hay muy pocas carreras que la NASA acepta en sus astronautas.
Dado que no hay una lista concreta y cada agencia tiene unas preferencias, lo más fiable a la hora de decidir es el sentido común. Por ejemplo, alguien que estudie medicina o ingeniería de caminos no tiene mucho que aportar a una misión espacial.
Pero quienes tengan un grado en ingeniería aeroespacial o ingeniería informática son muy útiles en una misión, ya que tienen conocimientos sobre los sistemas y aparatos utilizados en las naves.
Las ingenierías más técnicas, especialmente relacionadas con tecnología o con vehículos de algún tipo, están por tanto muy bien valoradas en los candidatos a astronauta de cualquier agencia.
También tienen gran relevancia en las misiones espaciales las carreras de ciencias puras. Las más importantes en esta situación son sin duda matemáticas y física, sobre todo si el candidato se ha especializado en astrofísica.
Y otras carreras universitarias extremadamente valiosas para las misiones espaciales son las relacionadas con ciencias medioambientales, como biología, bioquímica o incluso geología.
Quizá esto no parezca tener demasiado sentido, porque a fin de cuentas en el espacio no hay un ecosistema que pueda estudiarse. Pero muchos de los experimentos que se realizan en diversas misiones requieren conocimientos de esos campos.
Por ejemplo, es habitual llevar células, bacterias y virus a la estación espacial internacional para estudiar cómo actúan en un entorno de microgravedad. Y los astronautas también analizan su propia sangre en el espacio por ese mismo motivo.
En lo que respecta a la geología, resulta útil tanto para el análisis de muestras de terreno de nuestro planeta, como para el análisis de materiales en meteoritos y asteroides que pasan cerca de la Tierra.
Las condiciones en el espacio son muy diferentes a las de nuestro planeta, por lo que realizar pruebas de diversos tipos sobre sustancias que ya conocemos puede revelar datos muy interesantes.
Y aunque todos los astronautas reciben entrenamiento en diversas materias durante varios años, llevar a expertos en un campo de interés puede facilitar el trabajo y asegurar que los procedimientos se realicen correctamente.
Otros tipos de educación
Más allá de una carrera universitaria del ámbito científico, hay otros tipos de formación que dan bastantes puntos en el proceso de selección de astronautas. Algo muy útil es continuar con la formación superior más allá de la carrera universitaria, especialmente obteniendo un máster o doctorado relacionado con el espacio o la tecnología.
Otro factor muy importante son los idiomas. Todos los astronautas deben hablar inglés perfectamente, lo cual seguro que no es sorpresa alguna. Pero hay otra lengua más que todos deben saber: el ruso.
Hay varios motivos para esto. Primero de todo, parte de la Estación Espacial Internacional pertenece a Rusia, por lo que parte del instrumental funciona en ruso, y la agencia Roscosmos siempre tiene astronautas rusos en la estación.
Además, muchos de los lanzamientos se realizan en Rusia, gracias a los cohetes Soyuz. Y muchos astronautas de diversas agencias, como los de la ESA, entrenan en Rusia, en la conocida como Ciudad de las Estrellas. Por lo que saber el idioma es absolutamente imprescindible.
Es cierto que los elegidos para los programas de entrenamiento de astronautas reciben clases de ruso durante su periodo de preparación. Pero saber el idioma de antemano es un punto a favor de cualquier candidato.
Otros idiomas, como el japonés y varias lenguas de la Unión Europea, también pueden ayudar a que alguien sea seleccionado. Dado que muchas misiones se realizan mediante la colaboración de agencias de diferentes países, ser políglota es una gran ventaja.
Aparte de estos conocimientos, hay otras habilidades que son muy útiles, y se valoran muy positivamente a la hora de decidir quién entra en los programas de entrenamiento de astronautas.
La experiencia en ciertas actividades físicas siempre es un punto a favor. Quienes son profesionales de buceo, por ejemplo, se desenvuelven mejor en microgravedad, por lo que parten con ventaja en la selección.
También puede ser favorable tener experiencia en actividades de supervivencia en entornos extremos, ya que garantizan que el candidato puede desenvolverse bien en las condiciones que pueden afrontarse durante una misión espacial.
Es decir, las habilidades prácticas que se aprenden fuera de un aula tienen bastante peso. A fin de cuentas, en el espacio no todo depende del cerebro, y aunque el entrenamiento se asegura de preparar a los astronautas debidamente, los conocimientos previos nunca están de más.
Estado físico, carrera profesional y personalidad
No todo lo necesario para ser astronauta tiene que ver con los estudios, y es algo que los candidatos deben tener muy en cuenta si no quieren desperdiciar años preparándose para un puesto al que no pueden acceder.
Tener buena forma física es algo completamente esencial. Pasar tiempo en el espacio tiene consecuencias para el cuerpo, como la pérdida de masa muscular. Alguien que no esté preparado físicamente vería su salud afectada durante la misión y tras su vuelta a la Tierra.
Como es lógico, tampoco se aceptan candidaturas de personas con problemas graves de salud, o personas con enfermedades que requieren atención hospitalaria frecuente. Esas circunstancias podrían arriesgar vidas, así como la integridad de las misiones, y es algo que ninguna agencia puede permitirse.
Más allá de estos factores, otro elemento a tener en cuenta es la experiencia profesional previa. Haber trabajado en campos relacionados con el espacio, las misiones espaciales o el tipo de experimentos realizados en las mismas siempre es una ventaja.
Algunas agencias como la ESA no tienen unos requisitos específicos en lo referente a experiencia profesional. La Agencia Espacial Europea acepta candidatos que tengan experiencia profesional relevante para las misiones, y valoran muy positivamente a aquellos que han trabajado previamente con algún tipo de aeronave.
Otras como la NASA son bastante más concretas respecto a lo que esperan de sus candidatos. Quienes quieran ser astronautas de la NASA deberán tener al menos 3 años de experiencia relevante, o en su defecto, 1.000 horas como piloto al mando de aeronaves.
Esto da bastante ventaja al personal militar, ya que pueden cumplir los requisitos de la NASA con más facilidad que otros candidatos. De hecho, hace algunas décadas la NASA exigía que todos los astronautas fueran pilotos militares. Lo cual descartaba automáticamente a cualquier persona que no formara parte del ejército.
Y aparte de los estudios, la forma física, la experiencia profesional y muchas otras habilidades, hay algo que todas las agencias tienen en cuenta a la hora de seleccionar a sus astronautas: la personalidad y habilidades sociales.
Hay que tener en cuenta que las misiones hacen que los astronautas afronten situaciones muy complicadas incluso cuando todo va bien. Tienen que convivir en espacios muy pequeños durante semanas o incluso meses, realizar tareas que ponen en riesgo su vida, y lidiar con grandes niveles de estrés.
Consecuentemente, es importante que los astronautas sean capaces de mantener un ambiente de trabajo agradable, y que sepan manejar la presión del trabajo sin perder los estribos.
La capacidad de liderazgo y de tomar la iniciativa son factores que se tienen muy en cuenta. La creatividad también es una característica valorada, ya que puede ayudar a solventar problemas inesperados.
Y desde luego, todo astronauta debe ser capaz de respetar la cadena de mando, y de seguir todas las órdenes que reciba de sus superiores y de Control de Misión. La disciplina es esencial para asegurar que las misiones se desarrollan tal y como se han planeado.
Por último, y no por ello menos importante, todos los astronautas, independientemente de la agencia para la que trabajen o la misión que deban realizar, deben saber cómo comunicarse adecuadamente, de manera diplomática pero efectiva.
Y es que esta cualidad no es solo útil durante las misiones. Los astronautas son figuras públicas, representantes de sus respectivas agencias espaciales, y por lo tanto deben actuar en consecuencia.
Su imagen pública debe ser impecable, y además de participar en las misiones activamente, deben actuar hasta cierto punto como divulgadores, no solo de las labores científicas realizadas, sino también de la relevancia de las misiones espaciales llevadas a cabo por su agencia.
La opinión pública puede afectar enormemente a los fondos que recibe una agencia espacial gubernamental, por lo que es esencial que los astronautas sepan ganarse a la audiencia.
Muy pocas personas en el mundo llegan a ser astronautas, e incluso quienes lo consiguen no tienen garantizado viajar al espacio. Pero las misiones espaciales son un trabajo duro y extremadamente exigente, por lo que solo los más aptos pueden formar parte de ellas.
Si tras leer todos los requisitos crees que quizá tengas una pequeña posibilidad, te recomendamos que estés atento a la Agencia Espacial Europea (o la agencia que te corresponda en base a tu nacionalidad) por si abren convocatorias para reclutar nuevos astronautas.