No todas las multas que le pueden caer a un conductor son por las infracciones conocidas por todos, vamos a contarte algunas especialmente extrañas.
Como conductores conocemos el reglamento y sabemos los castigos a las que nos exponemos si nos saltamos esa normativa: excesos de velocidad, circular bajo los efectos del alcohol, llevar la ITV caducada… Sin embargo, más allá de esta normalidad, nos encontramos con sanciones insólitas por los hechos que las provocan. Estas son las más surrealistas que te puedes imaginar dignas de la mejor serie de ciencia ficción.
El coche averiado que se saltó un radar
Al protagonista de este caso le llegó una sanción de 100 euros por haber superado el límite de velocidad de una carretera, una infracción que fue captada por un radar. Hasta aquí sería una historia de lo más común… si no fuera porque su vehículo estaba averiado. Entonces, ¿cómo pudo ser sancionado? El coche iba camino del taller sobre una grúa y el cinemómetro cometió un error al registrar la matrícula.
Silencio, se circula
Otro de los castigos más insólitos lo recibió un conductor que iba charlando con el copiloto. No hay atenuantes: la Guardia Civil le mandó parar cuando mantenía una conversación de lo más normal con quien lo acompañaba y le explicó que la causa del castigo era hablar con esa persona. Tan extravagante le pareció que pensó que era una broma, pero no.
Cuidado con rascarse la oreja
La próxima vez que te pique una de las dos orejas, piénsalo antes de aliviar esa desazón. Un conductor que circulaba por la A-6 a la altura de Madrid vio dos agentes de la Guardia Civil le dieron el alto. Cuando detuvo el vehículo le explicaron que la acción se debía a que iba hablando por teléfono y en el momento en el que demostró que su última llamada era del día anterior… el motivo pasó a ser el siguiente: “Sujetarse la oreja con su mano derecha de forma permanente manejando el volante con una mano”. La multa de 200 euros y tres puntos menos en el carnet de conducir fue anulada un año después.
¿Un tirachinas es un arma?
Así es. Los tirachinas están tipificados como un arma y este fue el motivo de la sanción que recibió un conductor en La Coruña. La Policía Municipal lo paró en un control rutinario y le pidió los papeles del coche. Todo en orden hasta que repararon en lo que colgaba del retrovisor interior: un tirachinas, que fue el detonante de los 300 euros de sanción por tenencia ilícita de armas que le impusieron.
Un tractor de la realeza
La Guardia Civil paró a un tractor en inspección corriente y al repasar la documentación del citado vehículo los agentes se dieron cuenta de que no tenía seguro. La actuación lógica pasaba por ponerle una multa, pero apuntaron el número de DNI mal y la casualidad quiso que fuera el de la Infanta Elena… que estuvo a punto de recibir una sanción por un tractor del que no sabía nada.
Este artículo fue publicado en Autobild por Elena Sanz Bartolomé.