Un estudio esquelético que ha llevado a cabo un equipo internacional de investigadores señala que al menos estas once especies de peces podrían caminar por la tierra.
En este trabajo, publicado en Journal of Morphology, los científicos han reconstruido con éxito el árbol genealógico de los balitóridos (Balitoridae), una familia de peces pequeños nativos el sur, sudeste y este de Asia. Esta familia, también conocida como lochas de río o de torrente, se compone en la actualidad de más de 100 especies.
Entre ellas se encuentra el pez ángel de las cavernas (Cryptotora thamicola), la única especie viva de pez que sabemos que camina sobre la tierra, de una forma parecida a como lo hacen los vertebrados de cuatro extremidades, como reptiles o anfibios. Esta capacidad fue descubierta en el año 2016, cuando los científicos observaron que el animal puede caminar con una marcha secuencial lateral gracias a su robusta cintura pélvica, de una forma parecida a la de una salamandra.
A través de un análisis comparativo de ADN de los balitóridos, el equipo ha realizado un mapa evolutivo que le ha permitido identificar tres variantes dominantes de la anatomía de la pelvis de esta familia. En concreto, analizaron la estructura ósea de casi 30 especies de lochas de río y establecieron tres categorías de formas pélvicas.
Observando la forma del hueso que conecta la columna con las aletas pélvicas en algunas de las especies analizadas, los científicos descubrieron que otras diez especies comparten la cintura pélvica inusualmente robusta que tiene el pez ángel de las cavernas.
«Los peces no suelen tener ninguna conexión entre la columna y la aleta pélvica», afirma Zachary Randall, biólogo del Museo de Florida. «Antes pensábamos que el pez ángel de las cavernas era totalmente único. Lo realmente interesante de este estudio es que muestra con gran detalle que las cinturas pélvicas robustas son más comunes de lo que pensábamos en la familia de las lochas de río».
Este rasgo evolutivo es clave para evitar que estos peces sean arrastrados por el rápido flujo de las aguas en las que viven. Ahora, gracias a este estudio, los científicos saben a ciencia cierta cómo es posible que el pez ángel de las cavernas ande, y también han descubierto que no es el único. Identificar estas especies puede ser de gran ayuda para averiguar cómo llegaron a caminar sobre la tierra los primeros vertebrados.