Es un momento histórico para China. El gigante asiático se dispone a lanzar este mes su primera misión a Marte, mediante una sonda y un pequeño robot teledirigido.
El lanzamiento se llevará a cabo entre el 20 y el 25 de julio desde la isla de Hainan (sur).
Otros países, como Estados Unidos o Emiratos Árabes Unidos, aprovechan la situación actual con una distancia reducida entre la Tierra y el planeta rojo para lanzar sus propias sondas.
He aquí cinco cosas que se deben saber sobre esta misión china y las ambiciones espaciales de Pekín.
«Preguntas al cielo»
China quiere colocar su sonda en órbita marciana, que se pose en Marte y luego sacar un pequeño robot teledirigido para que efectúe análisis.
La misión se llama «Tianwen-1″ («Preguntas al cielo-1»), en homenaje a un poema de la antigua China sobre la astronomía.
La sonda necesitará varios meses para completar el trayecto entre la Tierra y Marte, que varía pero que como mínimo es de 55 millones de kilómetros, es decir cerca de 1.400 veces la vuelta al mundo.
Según un responsable del programa, citado por la televisión nacional, tendría que llegar al planeta rojo en torno a febrero de 2021.
Sin Rusia
En 2011, China ya intentó enviar una pequeña sonda a Marte en una misión común con Rusia.
Pero el intento fracasó porque el lanzador ruso no pudo colocarse en órbita de tránsito hacia el planeta rojo. Todo el material cayó hacia la Tierra y se desintegró parcialmente en la atmósfera.
Tras este revés, China decidió continuar la aventura sola.
«Sus objetivos no son diferentes a los de otros países«, declara a la AFP Chen Lan, analista para la página web GoTaikonauts.com, especializada en el programa espacial chino.
«Se trata de mejorar sus capacidades, explorar el universo, invertir en recursos futuros y, in fine, aumentar su influencia política y su prestigio», añade.
El robot teledirigido
Se sabe muy poco de este aparato. Las autoridades chinas comunican poco con antelación de sus proyectos espaciales, controlados por el ejército.
El robot pesa más de 200 kilos, está equipado con cuatro paneles solares y seis ruedas, según blogs especializados chinos, habitualmente bien informados.
El artefacto tiene que mantenerse operativo en Marte durante unos tres meses, según Sun Zezhou, ingeniero en jefe de la sonda.
Entre sus misiones figuran llevar a cabo análisis del suelo, de la atmósfera, tomar fotos, contribuir a la cartografía del planeta rojo y buscar posibles restos de una vida pasada.
Conejos de jade
China ya hizo circular dos pequeños robots teledirigidos fuera del suelo terrestre: los «Conejos de jade» 1 y 2, depositados sobre la Luna en 2013 y 2019 respectivamente.
El segundo alcanzó la cara oculta del astro lunar, un hecho sin precedentes.
Los «Conejos de jade» fueron «un buen entrenamiento» ya que los terrenos lunar y marciano «son globalmente similares», indica a la AFP Jonathan McDowell, astrónomo en el Centro Harvard-Smithsonian para la Astrofísica, en Estados Unidos.
Pero la distancia es mucho más importante, lo que implica que las telecomunicaciones serán más lentas y hay más riesgo de que ocurran fallos en el trayecto más largo, advierte.
Ambición espacial
China invierte miles de millones de dólares en su programa espacial, para intentar ponerse al nivel de Europa y Estados Unidos.
Envió al espacio a su primer astronauta en 2003.
El gigante asiático, que también lanza sus propios satélites o para otras naciones, acaba de terminar en junio la constelación de su sistema de navegación Beidou. Y espera poder enviar a un astronauta a la Luna dentro de una década.
De aquí a 2022, Pekín prevé haber instalado una gran estación espacial, lo que le permitirá en teoría tener astronautas en el espacio de forma permanente.
Con el tiempo, podría ser la única estación operativa, tras el cese de la Estación Espacial Internacional (ISS).
(Con información de AFP)
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