El proyecto SuperBattery une los ultracondensadores con la nueva tecnología Curved Graphene para lograr unos datos de carga insólitos.
En una noticia de esta misma mañana sobre el nuevo Lucid Air nos encontrábamos ante unas baterías que superan cualquier predicción que se pudiese hacer años atrás. Si antes ya era un sector con gran crecimiento, también es cierto que la inversión de fabricantes de vehículos eléctricos o móviles y el auge de nuevas fuentes energéticas están impulsando la investigación hasta conseguir valiosos resultados.
La empresa Skeleton Technologies y el Instituto de Tecnología de Karlsruhe (KIT) trabajan en el proyecto SuperBattery que quiere unir los avances en las baterías de grafeno con los últimos ultracondensadores para lograr unas baterías que se carguen en segundos.
Según Híbridos y Eléctricos, esta tecnología denominada Curved Graphene busca mejorar los tres principales frentes que tienen las baterías de vehículos eléctrico: autonomía, tiempo de carga y degradación.
El material patentado por Skeleton Technologies es el carbono de grafeno que potencia los utlracondensadores y, según la misma empresa, puede recargar una batería en 15 en cualquier situación, no solo en el entorno controlado de un laboratorio, aunque se ha mostrado reticente a compartir los datos de potencia. Hay que apuntar la flexibilidad y resistencia del grafeno, un material especialmente valioso y cuyas posibilidades todavía se están investigando.
El objetivo no es sustituir las baterías de iones de litio, sino complementarlas para aprovechar sendas tecnologías y mejorar tanto la vida útil como reducir los costes de fabricación. Además, se estudia también el poder usar parte de su tecnología con los vehículos de hidrógeno.
Este proyecto que está siendo apoyado por el Instituto de Tecnología de Karlsruhe (KIT) apuesta por lograr una comercialización no muy tardía y se ha firmado un contrato con un fabricante del sector del automóvil que puede alcanzar los mil millones de euros, pero del que no se ha publicitado el nombre.
Tal como se ve, existe todavía mucha confidencialidad al respecto, pero estas sondas de información que envían los implicados hacen pensar que realmente pueden avanzar una tecnología que impulse de manera insólita las baterías de los coches eléctricos.