iPhone 12, análisis y opinión | Tecnología

Estamos en pleno otoño e, igual que los árboles perdiendo las hojas, la tradición dicta que es el turno de los nuevos iPhone. Apple lanza este año cuatro modelos diferentes en los que cada uno tiene algo que no tiene el de al lado. Uno apuesta por ser muy compacto -el 12 Mini-, otro apuesta por el telefoto -el 12 Pro-, otro apuesta por el telefoto, mayor tamaño y un sensor principal que estamos deseando probar -el Pro Max– y el «básico», el iPhone 12, apuesta por querer comerse a su hermano Pro.

¿Por qué decimos esto? Porque llevamos semana y media realizando el análisis tanto del iPhone 12 como del 12 Pro y este año Apple ha decidido que estos modelos compartan… todo. Misma pantalla (a excepción del brillo), mismo hardware (aunque con 2 GB menos para el 12 estándar), misma batería, misma carga rápida, misma cámara principal y gran angular, mismo diseño y hasta las fundas de uno le valen al otro. 

Es decir, el iPhone 12 no solo es un salto respecto al 11 estándar, sino que ha metido, de lleno, el pie en el terreno de su hermano mayor. En este texto os vamos a contar nuestra opinión del iPhone 12 en un análisis en el que repasamos todas las características del nuevo iPhone «base», pero ya os adelantamos que es más ‘Pro’ de lo que parece y un dispositivo que está llamado a ser el iPhone más vendido de esta generación.

  iPhone 12 iPhone 12 Pro
Pantalla 6,1″ | Panel OLED | Resolución de 2.532 x 1.170 píxeles | 460 ppp | HDR | DCI-P3 | Cristal de nanocerámica
Procesador Apple A14 en 5 nm
Almacenamiento 64 / 128 / 256 GB 128 / 256 / 512 GB
Memoria RAM 4 GB 6 GB
Batería 2.815 mAh
Sistema iOS 14
Cámaras principales Principal de 12 Mpx f/1.6 OIS | Gran angular de 12 Mpx f/2.4 Principal de 12 Mpx f/1.6 OIS | Gran angular de 12 Mpx f/2.4 | Telefoto de 12 Mpx f/2 2x OIS
Cámara frontal 12 Mpx f/2.2 | Estabilización EIS | HDR
Dimensiones y peso 146,7 x 71,5 x 7,4 mm | 162 gramos 146,7 x 71,5 x 7,4 mm | 187 gramos


Análisis del iPhone 12 por apartados:

Vuelta al pasado con unos marcos más reducidos y un peso excepcional

Todas las compañías se rigen por tendencias. Se hacen estudios para ver qué formas y colores son los mejores para cada temporada de lanzamiento y solemos ver móviles muy similares tanto dentro como fuera de una marca en concreto.

Innovar es complicado y el mercado, que tiene un ritmo trepidante, no está para aceptar muchos dispositivos que se alejen de esos cánones de belleza. Sí, tenemos móviles diferentes, como el LG Wing o los plegables, pero el resto de la industria es continuísta.

En este sentido, Apple es un poco la Nintendo de los móviles. Crearon algo único hace unos años con el iPhone X, algo que los demás copiaron (descaradamente en algunos casos), y siguen con ese diseño. El notch es grande, sí, pero no deja de ser una seña de identidad, además de esconder un sistema de desbloqueo facial muy preciso.

Lo que sí han hecho ha sido abandonar los laterales y bordes redondeados para apostar por un móvil plano. No solo los laterales son planos, emulando al iPhone 4 y 5 (el mejor diseño, en mi opinión), sino que la pantalla es totalmente plana, así como la parte trasera.

¿Es incómodo el iPhone 12? Está claro que el iPhone 11, y los anteriores, eran algo más ergonómicos, pero no me ha molestado en la palma de la mano en ningún momento y, de hecho, agradezco el esfuerzo de Apple en algunos detalles del diseño. 

Los marcos del iPhone 12 son de aluminio texturizado, con un agarre muy placentero, pero lo mejor es que son delgadísimos, lo que ha permitido reducir el tamaño del terminal manteniendo la pulgada de pantalla.

Otro detalle que me encanta es que el iPhone sigue siendo de los poquísimos móviles que, excepto por el notch, tiene todos los marcos (superior, inferior y laterales) simétricos. Es una tontería para muchos, pero para mí es sintomático de lo en serio que se toma la compañía de la manzana la estética.

En la parte trasera tenemos cristal en varios colores. Nuestra unidad es una de la que más interés ha suscitado y es ese azul oscuro en interiores, pero más clarito en exterior… un azul ‘raro’, realmente, que no me gustaba demasiado al principio, pero que al final sí me ha entrado por los ojos.

 

El acabado es brillante y el módulo de cámaras, que sigue sobresaliendo de manera discreta, tiene un acabado mate. Pese a ser de cristal, no es un móvil resbaladizo, pero sí tremendamente sucio, ya que las huellas se quedan que da gusto.

Ahora bien, ¿es cómodo? Sí, totalmente. Además de reducir marcos, Apple ha logrado que el iPhone 12 baje de peso. 30 gramos, concretamente, respecto al iPhone 11. No sé de dónde han podido recortar tanto, pero ya os digo que se nota.

Cuando lo coges, parece un móvil de plástico por el peso, pero no lo es. Su tamaño me parece perfecto para cualquier tipo de usuario gracias a los 146,7 mm de alto y el grosor es otro elemento a tener en cuenta, ya que tiene solo 7,4 mm y eso hace que, al colocar una funda, el grosor sea el de cualquier otro móvil de entre 8 y 9 mm. No es aparatoso, vaya.

 

Y hablando de fundas, creo que la funda no es tan necesaria este año como el cristal templado. Odio el cristal templado, pero tras un día de uso, vi que la pantalla ya estaba marcada. No es algo grave ni molesta en el día a día, pero sé que está ahí y, además, no sé cómo se hizo el arañazo (no, no junté la cámara de zafiro del Pro con la pantalla del 12). 

He visto muchísimas unidades con arañazos (de otros youtubers y usuarios) y recomiendo el cristal templado. La pantalla cuenta con partículas de cerámica que la hacen, según Apple, hasta 4 veces más resistente a caídas. Ya hemos visto algunas pruebas y sí, parece que es mucho más resistente que la de otros teléfonos, pero por nuestra experiencia con pantallas Gorilla Glass, cuanto más resistentes a fracturas, más propensas a arañazos.

 

Si os gastáis un dinero en un teléfono, mejor llevarlo protegido. Es mi recomendación.

OLED y Super Retina XDR que nos hace no desear el modelo Pro

El diseño, al final, es una cuestión de gustos. Puede que seáis más de laterales redondeados como los de los iPhone de estas últimas generaciones y prácticamente todos los Android, bien, pero lo que es indiscutible es que en la pantalla se ha dado un salto.

 

De un panel IPS (un muy buen panel IPS, cierto, pero IPS con resolución sub-FullHD), pasamos a un panel OLED con una resolución de 2.352 x 1.170 píxeles. Es una densidad de 460 píxeles por pulgada en sus 6,1″, lo cual nos impide ver los píxeles y la profundidad de color es espectacular.

No solo tenemos una pantalla OLED, sino que tenemos ese panel «Super Retina XDR» que, realmente, quiere decir que tiene resolución ‘Retina’ y un panel de HDR compatible con Dolby Vision.

Uséis este sistema de HDR (es uno de los varios que existen) o no, estamos ante un panel con una gama de colores, contraste, brillo y reproducción de color realmente impresionante. 

 

Este 2020 he podido probar algunos de los mejores paneles (el del Mi 10 Pro –análisis-, el del Note 20 Ultra –análisis-, o el del OnePlus 8 Pro –análisis-) y el del iPhone 12 está a la altura sin lugar a dudas. La calibración de Apple es muy buena y, aunque no tenemos herramientas de personalización, sí podemos elegir el modo True-Tone que ajusta de manera automática los colores dependiendo de la luz ambiental.

Para crear contenido, es una pantalla espectacular, pero también para consumir juegos, vídeos HDR y en alta resolución. Es una absoluta gozada jugar a algunos de los juegos más bonitos del catálogo de Apple Arcade (hay algunos como Sayonara Wild Hearts u Oceanhorn 2 que son coloridos y con un cuidadísimo apartado visual) en el iPhone 12.

En el análisis del iPhone 12 Pro ahondaremos en el tema del refresco, pero 60 Hz se nos quedan cortos. Además de dar el salto al 5G, Apple debería haber dado el salto a un panel con un mayor refresco. 

 

Puede que algo invisible como el ProMotion del iPad Pro y no un selector de refresco como en el resto de móviles, pero definitivamente a un panel con un refresco de 90 o 120 Hz. Las animaciones de iOS son muy suaves, pero habiendo probado móviles de 90 Hz, 120 Hz y 144 Hz este año, es algo que echo de menos.

¿Molesta el notch? Bueno… sí, al principio, pero aprendes a ignorarlo. Muchas veces abro una app y me fijo en el notch, exclamando un «ostras, qué grande es», pero a los 5 segundos me olvido de él. Es innegable que debería ser más pequeño, pero parece el precio a pagar por tener FaceID.

Y sobre el brillo, tenemos un brillo típico de unos 600 nits y un máximo de 1.200 nits, según Apple. En nuestras pruebas, logramos una media de 495 lux en modo típico. Más allá de los números, el sensor de luz ambiental funciona a la perfección para ajustar el brillo automáticamente y es un brillo que nos permite una correcta visualización en exterior.

 

El año pasado, una de las diferencias entre el modelo no Pro y los dos Pro era la pantalla. Ahora, esa línea desaparece porque los cuatro iPhone de 2020 montan el mismo panel y lo que cambia es el brillo típico (más brillantes los Pro) y la diagonal. La densidad de píxeles es la misma en los cuatro, así como el panel y la capacidad para reproducir contenido HDR. En este sentido, una pantalla a la altura de la gama de la que estamos hablando.

El Apple A14 cumple con creces en las tareas más pesadas

En el interior tenemos el controvertido A14, el último chip de Apple que también monta el iPad Air de cuarta generación y cuyos test sintéticos mostrados hace unas semanas estaban lejos de los Android tope de gama con procesadores de Qualcomm.

 

Bueno, he de decir que, si hablamos de test sintéticos y usamos AnTuTu como referente, tenemos unas cifras que están en línea con los Android con Snapdragon 865, 865+ y con el nuevo Kirin 9000 de los Huawei Mate 40

  iPhone 12 iPhone 12 Pro Samsung Note 20 Ultra Xiaomi Mi 10T Pro Poco F2 Pro
AnTuTu 596.796 593.073 504.150 575.674 568.538
3D Mark Sling Shot Extreme 5.898 5.937 6.490 7.224
3D Mark Wild Life puntuación 8.489 8.815
3D Mark Wild Life FPS 50 fps 52 fps      

Pero como decimos siempre, los test son solo una sucesión de números que luego puede que no se reflejen en el día a día. Lo que importa es la sensación con las apps y, en este sentido, tanto la memoria ROM como la RAM y el A14 se portan de maravilla.

Tenemos 4 GB de memoria RAM (dos menos que en el iPhone 12 Pro y cuatro – seis menos que los de los Android tope de gama), pero lo cierto es que no me he visto limitado en la multitarea. Los juegos de Apple Arcade funcionan de maravilla, incluso los más exigentes, y nuestro referente gaming habitual -Call of Duty Online- se mueve a la perfección en la calidad gráfica máxima.

Algo que hago, mucho, con mis teléfonos es hacer fotos y editarlas con Photoshop Express o Snapseed, incluso edito algunos de los archivos RAW de 40-50 MB de mi cámara mirrorless en el móvil. Hay terminales que se calientan mucho en este proceso o que, directamente, se bloquean durante unos segundos. Pasa, sobre todo, en los Snapdragon 7XX para abajo y el iPhone me ha dado el mismo rendimiento que los Android con Snapdragon 8XX.

Ningún problema a la hora de editar, sin calentamiento del SoC y sin tiempos de espera dilatados hasta que se guarda la fotografía. Es algo curioso, pero no he tenido calentamiento del iPhone 12 en ningún momento, incluso ejecutando las tareas más pesadas.

 

En este sentido, el rendimiento del A14 con los 4 GB de RAM es excelente y Apple vuelve a demostrar que en optimización no tiene rival. El A14 es un SoC compuesto por una CPU con dos núcleos a 3,1 GHz y otros cuatro a 1,8 GHz. No tiene ocho núcleos como prácticamente la totalidad de los MediaTEK o de los Snapdragon, pero contar con dos núcleos ‘Gold’ a 3,1 GHz es una locura que sale bien en tema de calentamiento y rendimiento.

La GPU está compuesta por cuatro núcleos y es una evolución de lo que Apple ha ido introduciendo en sus SoC estas últimas generaciones. Como digo, en juegos no hay ningún problema en el rendimiento. Además, el A14 cuenta con una NPU más potente que la de generaciones anteriores y un procesador de imagen más capaz, algo que se pone en práctica a la hora de hacer fotografías, liberando a la CPU de esa carga.

No hay misterio en iOS 14, pero sí detalles interesantes y una estabilidad máxima

Ese rendimiento se consigue gracias tanto a la potencia como a la optimización. Es cierto que Apple ya no es ese «patito feo» en lo que a hardware se refiere, pero lo que funcionaba en el pasado (un sistema iOS que iba muy fluido en un hardware muy inferior al que montaban los móviles Android de la misma gama), sigue funcionando en 2020.

iOS 14 es un sistema que vuela en el iPhone 12 y en esta semana y media no hemos tenido bloqueos, crasheos de aplicaciones, tiempos de espera o momentos en los que el móvil se quede pensando. La experiencia ha sido fluida y excelente en todo momento y se nota que la comunión entre hardware y software es total.

iOS sigue siendo iOS, pero como os contamos hace unas semanas cuando hicimos el repaso al sistema, tenemos novedades como los widgets que dan una nueva dimensión a la pantalla del iPhone, así como una mayor personalización de iconos gracias a los atajos (aunque es un sistema algo arcaico).

Lo que más me gusta de iOS 14 es la biblioteca de aplicaciones, o cajón de aplicaciones si venís de un Android. Ya no hace falta tener todos los iconos de las apps que tenemos instaladas en carpetas o desperdigadas por las pantallas principales, ya que podemos tenerlas en un rinconcito.

 

Están ordenadas por categorías, algo que se hace de manera automática y que no podemos editar, pero la verdad es que el sistema suele acertar con este orden. Que falta personalización, sí, que los atajos son un poco arcaicos para modificar iconos y los widgets están muy limitados, pero iOS 14 sigue siendo muy robusto, y al final, ese debería ser el objetivo de cualquier sistema.

Y más allá del sistema, hay que hablar de los servicios. Apple cuenta con varios servicios de suscripción como Apple TV+, Apple Music o Apple Arcade, pero Apple One (la suscripción que aúna estos y nos da espacio extra en iCluod) está al caer y es un valor añadido.

Apple Arcade es una biblioteca de juegos de mucha calidad en la que hay títulos que no encontramos en todas las plataformas o que, directamente, en Android no son iguales porque están plagados de publicidad. Esto es algo a tener en cuenta al comprar un iPhone, ya que por 5 euros al mes tenemos una considerable biblioteca de juegos.

Y, por cierto, hay que hablar del desbloqueo. Los iPhone siguen con un único método de desbloqueo, FaceID. Es un sistema que utiliza una serie de sensores para reconocer las formas del rostro y desbloquear el terminal, y también se usa para pagar con NFC o para compras en la App Store. 

Sin embargo… es el único método biométrico que tenemos, el otro es el PIN de seis dígitos y, claro, en plena época en la que las mascarillas han llegado para quedarse durante unos meses no es lo más cómodo.

 

El iPhone no nos reconoce con mascarilla y no podemos hacer el truco de guardar una cara con mascarilla para desbloquear por la calle, ya que el sistema piensa que tenemos el rostro tapado (y tiene razón) y no nos deja registrar los datos. Así que, por la calle solo queda meter el pin.

Es un sistema incómodo que contrasta con lo bien que va FaceID cuando no llevamos mascarilla (incluso en completa oscuridad), pero es algo con lo que hay que vivir si tenéis un iPhone.

Repite la configuración de cámaras del iPhone 11, pero con un mejor sensor e IA para todos

El apartado fotográfico no solo es clave en un teléfono, sino que es uno de los puntos que, tradicionalmente, mejor se le ha dado a Apple. Es cierto que no tienen las mejores cámaras, tradicionalmente, pero la aplicación es estable, intuitiva, no nos marea con muchos menús y es esa experiencia que, como el Pixel de Google, es point&shoot.

El iPhone es la cámara más vendida cada año y la más popular y poco a poco se ha ido ganando más y más minutos en las conferencias de la compañía de la manzana mordida.

 

El iPhone 12 repite la configuración de cámaras del iPhone 11, pero hay interesantes novedades. El gran angular, el sensor principal y la cámara frontal son exactamente iguales que las del modelo 12 Pro y, por nuestras pruebas, los resultados con los dos teléfonos han sido calcados.

Tenemos un sensor principal estabilizado de 12 megapíxeles con un muy buen enfoque PDAF y un tamaño de píxel considerable, 1,4 µm que aseguran en esos 12 megapíxeles una gran entrada de luz. La novedad este año es que es algo más luminoso que el de los iPhone 11 gracias a una apertura f/1.6. Cuanto más bajo este valor, más luz entra al sensor y mejor para el resultado final.

El gran angular también cuenta con 12 megapíxeles y es el equivalente a una lente de 13 milímetros en paso universal. La mejora en las fotografías nocturnas es evidente del iPhone 11 al iPhone 12 y, aunque está lejos de otros grandes angulares de compañías como Huawei, por fin no vamos a sentirnos limitados por la pobre calidad de imagen en estas situaciones.

  Megapíxeles Estabilización Apertura Enfoque Tamaño del píxel Angular equivalente en 35 mm
Principal 12 Mpx OIS f/1.6 PDAF 1,4 µm 26 mm
Gran angular 12 Mpx f/2.4 13 mm
Cámara frontal 12 Mpx f/2.2 23 mm

Otra de las novedades en cámaras este año es que todos los sensores (los tres de los Pro y los dos de los 12/Mini) cuentan con Deep Fusion. Se trata de esa serie de algoritmos de inteligencia artificial que Apple presentó el año pasado y que solo funcionaban en la cámara frontal. Conseguimos un mejor contraste, algo más de detalle en diferentes objetos y mejoras a nivel general en la fotografía, al menos en teoría.

Otro elemento que entra en juego a la hora de «retocar» por software las imágenes de manera automática es el HDR y el nuevo procesador de imagen, más potente que el del A13. Básicamente, y de forma automática, el iPhone toma varias fotografías cuando nosotros pulsamos el obturador y, en un abrir y cerrar de ojos, las procesa para componer una fotografía que es la que vemos en la galería.

El procesado se pasa de frenada y no tenemos ni cielos de un azul radioactivo ni unas calles en la noche como si estuviéramos a las 16:00. El procesado me gusta y como los colores son algo planos en algunas situaciones, tenemos manga ancha para retocar a nuestro gusto tanto desde apps externas como desde Fotos, que ha mejorado muchísimo.

Hablando del software, Apple vuelve a apostar por los automatismos. Si el teléfono cree que tiene que activar el modo noche, lo activa, pero si no, solo nos deja activarlo o desactivarlo cuando él cree que tenemos que usarlo y con una duración de tres segundos como máximo, a no ser que montemos el teléfono en un trípode y nos deje exposiciones de hasta 30 segundos.

Eso sí, de nuevo, es el teléfono el que te dice si puedes elegir 30 o con 10 segundos te sobra para la foto que quieres hacer, y aunque quieras elegir 30 segundos… no te va a dejar.

En otros móviles, por ejemplo, si quiero hacer una foto a una figura puedo decir que la haga en modo noche aunque haya luz suficiente. Eso se lo puedo decir al iPhone solo si aparece el iconito del modo noche en la interfaz. Si no aparece, el teléfono no nos va a dejar forzar esto.

 

Y de día, más de lo mismo, todo es automático y si queremos un modo manual, hay que recurrir a apps de terceros. Es esa experiencia que comentábamos antes de apuntar y disparar para que el iPhone se encargue de lo demás. Y, realmente, no me parece nada mal. 

He hecho fotografías muy interesantes con el iPhone, de esas en las que no tienes tiempo para nada que no sea sacar el móvil del bolsillo, dar un doble tap en la parte trasera para que se active la cámara y disparar a lo que quieres. Y en la mayoría de casos he conseguido esa foto de ‘street’ que quería.


No es lo mismo el HDR en las pantallas, que en las cámaras. Aquí te contamos qué es cada uno y qué diferencias hay.

Sigue siendo, como el Pixel, la mejor cámara de calle y celebraciones, en mi opinión. Apuntas, disparas y listo, y luego si quieres encuadrar de otro modo, entras en edición.

Pero pasemos a los ejemplos. A continuación, os dejamos unos ejemplos de fotografías tomadas en diferentes situaciones con el sensor prinicipal del iPhone 12. Si queréis ver los archivos originales, entrad en este enlace:

Si pasamos al gran angular, tenemos uno de esos llamados «angulares extremos». Es un muy buen gran angular, pero pierde calidad de imagen, de manera evidente, frente al angular principal. Al contar con la perspectiva de 13 mm y un rango de visión de 120º, no es el angular perfecto para inmortalizar una catedral de la ciudad que visitemos, sino un angular más pensado para fotografía artística.

La calidad, como digo, mejora respecto al gran angular del año pasado y aunque me gustan los colores, cuando cae la noche sigue pecando de poca nitidez. Han mejorado en esto, pero falta un poquito más para jugar en las grandes ligas.

En la parte frontal tenemos la cámara de selfies que se porta bien, aunque el procesado da un tono muy cálido al rostro, pero sigue siendo pese a eso una de las mejores del mercado para los amantes de los autorretratos. Y sí, si alguno de vosotros usa los slofies todavía, los tenemos en el iPhone 12.

La cámara principal me encanta y el gran angular es muy interesante, pero lo que de verdad tenía muchísimas ganas de probar era el vídeo. El iPhone es, junto a los Samsung de gama alta, el móvil que mejor vídeo graba tanto por calidad de imagen como por estabilización y, sobre todo, por el enfoque. 

El enfoque del iPhone me parece una absoluta maravilla ya que nos limita mucho porque no podemos fijar un punto fijo de enfoque y, como con las fotos, hay muchos automatismos, pero es pulsar el botón y saber que te va a salir bien.

El enfoque es preciso, el desenfoque de fondo es muy bonito y, además, el autofocus es muy gradual. No se producen esos saltos en los que ves que el móvil no sabe dónde enfocar y enfoca al objeto que tiene delante o al fondo y, entre medias, hay una serie de saltitos en dicho enfoque. 

Es suave, gradual y… bueno, el mejor ejemplo que se me ocurre es este vídeo en el que todas las tomas fueron grabadas con el iPhone 12 (excepto en las que sale el propio iPhone 12, ya que esas son del 12 Pro).

La estabilización también es muy interesante. Os dejamos un ejemplo en el que vamos andando sin preocuparnos demasiado por ir despacio o con el móvil bien sujeto:

En definitiva, las cámaras del iPhone 12 cumplen tanto en fotografía, con una ligera mejora respecto al año pasado en según qué situaciones, como en vídeo, donde siguen siendo un espejo en el que el resto de la industria debería mirarse.

Ahora bien, quería dejar algo para el final. Apple presentó con orgullo (no es para menos porque es un logro) que los iPhone 12 son los primeros móviles capaces de grabar en HDR Dolby Vision. Dolby Vision es uno de los estándares de vídeo HDR, uno de los más potentes, pero ni todas las cámaras graban en Dolby Vision ni todas las teles HD son compatibles con el formato. 

El iPhone 12 puede grabar vídeo HDR Dolby Vision a 4K a 30 fps como máximo y sí, se ven geniales. Los colores son ricos, las sombras son profundas, la paleta es… bueno, increíble. Todo se ve genial, pero hay un enorme problema: si lo mandamos a un iPhone 12 de un colega, lo va a ver fabuloso en la pantalla XDR de su iPhone 12, pero si lo mandamos a otro teléfono, se va a ver mal.

Lo mismo pasa si subimos ese contenido a una red social o lo vemos en un televisor que no sea HDR Dolby Vision. Se va a ver… «quemado». El único modo de tratar este archivo es con un programa de edición en el iPhone o un PC, y ya os adelanto que necesitamos un PC potente y conocimientos del tema para poder tratar el archivo.

Lo digo porque, sin querer, grabé tomas del iPhone 12 con el iPhone 12 Pro en Dolby Vision, como un campeón, y al llegar al programa de edición, Final Cut me dijo que dónde iba a meter un archivo de 10 bits en un vídeo de 8 bits. Hay solución, sí, pero ya pasa por recortar la calidad de imagen e invertir un tiempo que no todos los usuarios van a estar dispuestos a invertir.

Si queréis el nuevo iPhone porque graba en Dolby Vision y tenéis un televisor para ver esos vídeos familiares en toda su gloria, ok, esto os va a gustar, pero si no, es algo que debéis tener en cuenta porque vais a tener complicado el compartir ese vídeo con personas que no tengan un iPhone 12 o un panel adecuado.

Aguanta el día sin problemas, pero aquí lo polémico es la carga

Más allá de las cámaras, la pantalla o el rendimiento, algo vital en un móvil es la autonomía. De nada vale tener algo top en el resto de apartados si vamos a ir con miedo o disfrutando a medias porque puede que no acabemos el día y tengamos que buscar un enchufe a media tarde

Afortunadamente, en estos días de uso del iPhone 12 no me ha pasado nada así y con un uso intensivo (con mucho vídeo entre medias), he llegado al final del día sin problema. Podría haber estirado hasta la mitad de la mañana del día siguiente y un usuario menos activo seguro que logra un día y medio sin problema, pero yo he preferido ponerlo a cargar por la noche.

 

La batería es de 2.815 mAh, una batería muy, muy pequeña, pero que gracias a la optimización de iOS y a lo poco que consume el SoC de 5 nanómetros, nos permite tener esa autonomía. En este sentido, como digo, he logrado cada día las seis horas y media/siete de pantalla sin ningún problema.

Lo polémico no es tanto la autonomía… como la carga. A estas alturas ya deberíais saberlo, pero los nuevos iPhone llegan sin cargador en la caja. Traen el cable USB Tipo-C a Lightning que nos permite cargar el teléfono con una potencia de hasta 20 W, pero para ello hay que tener un cargador de 20 W.

El oficial de Apple cuesta 25 euros y nos ofrece el 50% de la carga en unos 30 minutos, según Apple, pero nosotros lo hemos cargado con el del iPad Air de 18 W y los resultados son los siguientes:

 

Tenemos el 50% en algo más de 30 minutos y el 100% en dos horas, y lo interesante de esto es que, si vais a comprar un cargador, apostaría por MagSafe. Se trata del cargador «inalámbrico» de Apple que cuenta con una superficie imantada que se adhiere al terminal y carga con una potencia de 15 W. 

Es un cargador que no calienta el terminal y que, además, nos permite usar el móvil con total normalidad mientras se carga. Es un gustazo tenerlo al lado del PC para trabajar o en la mesita de noche porque es elegante, no ocupa prácticamente espacio y el móvil no se va a resbalar, pero carguemos con cable o con MagSafe, lo mejor es cargar por la noche debido al dilatando tiempo de carga

Sonido estéreo y no echamos nada de menos en conectividad

«El 5G se hace realidad». Esa frase la escuchamos un par de veces en la conferencia de Apple y… bueno, he analizado muchos teléfonos 5G este año y sí, me parecía curioso hasta el punto de exclamar durante la conferencia un «¿en serio, Apple, ahora se hace realidad?»

Sin embargo, casualidades de la vida, en mi ciudad acaban de activar el 5G, por lo que sí, el 5G ‘just got real’. Por fin he podido probar un móvil 5G en mi ciudad con una tarifa apropiada… y la verdad es que no estoy nada sorprendido. La velocidad es extraña y puede deberse a tres factores: que sea el 5G «de mentira» (lo es), que hayan puesto algunas antenas y no estén a pleno funcionamiento o que el control inteligente 5G del iPhone esté haciendo su trabajo.

Todos los iPhone de este año son 5G, pero no es un 5G como en Android (hasta en esto es diferente Apple). En un móvil Android, puedes seleccionar en qué red quieres estar, si 3G, 4G o 5G. En 5G intenta conectarse siempre a 5G y aprovechar su velocidad, pero si no puede, baja a 4G o 4G+ y nos muestra el icono de 4G correspondiente en la barra de herramientas

 

En el iPhone 12 no pasa eso. Podemos elegir 4G, pero también 5G automático y 5G a secas. La diferencia entre estos dos modos es que en 5G utiliza siempre que está disponible la red 5G, pero puede que no a la máxima velocidad. 

Con el 5G automático, usa la red 5G cuando esté disponible, pero puede cambiar a una red 4G si ve que no está usando todo el ancho de banda y velocidad del 5G. Sin embargo, aunque estemos en un área 5G, el iPhone puede decidir no usar la red 5G y estar operando en 4G, pero el icono del teléfono no va a cambiar.

Lo que hace de manera automática es que si estamos viendo Twitter o algo que vaya bien a 4G, usa 4G aunque el icono que muestre sea 5G, pero si detecta que estamos haciendo un uso intensivo de datos y necesitamos más velocidad, cambia automáticamente a velocidad 5G. 

Hemos hecho pruebas de velocidad en un entorno 5G… y no me explico muy bien los números, pero puede que sea eso, que el iPhone decida que, aun estando en el modo de 5G ‘forzado’, no necesitamos 5G.

Y ojo, me parece bien. La mejor tecnología es esa que está, pero es invisible y solo aparece cuando lo necesitamos. Y no, el 5G no me parece un ‘game changer’ ni algo que deba ser determinante a la hora de comprar un teléfono en 2020 porque la mayoría de usuarios tenemos más que suficiente con 4G, pero el iPhone es un teléfono que el usuario usa durante varios años y que tenga 5G es algo importante.

Puede que ahora no lo queráis o no lo vayáis a usar, pero a lo mejor el año que viene, o el siguiente… sí. De este modo, vuestro móvil ya está preparado. Y sí, es lo mismo que dije con el Pixel 4a, pero a este sí le faltaba 5G.

Lejos del 5G, tenemos chip NFC para conectar dispositivos y realizar pagos móviles, así como Wi-Fi 6 y Bluetooth 5.0. Me habría gustado ver el estándar 5.1 por eso del menor consumo y latencia, pero en lo que es conectividad, no echamos nada de menos.

Sobre el sonido, tenemos dos altavoces. Uno es el inferior y otro el que utiliza el auricular de llamadas. Este último tiene una potencia considerable y, aunque difiere del altavoz inferior, lo cierto es que la línea entre ambos es muy delgada. 

El iPhone ofrece un sonido de calidad tanto para reproducir música como para jugar, con unos graves que no son los más potentes, pero no se quedan cortos, y unos agudos que no chirrían. No es el móvil con mejor sonido porque le falta algo más de volumen máximo, pero desde luego sirven para disfrutar de la experiencia audiovisual con garantías.

Ya sabéis, no tenemos ni puerto jack de 3,5 (se eliminó en los iPhone 7 y no va a volver), pero tampoco entrada jack de 3,5 mm. En una gama inferior sería más grave, pero cuando hablamos de móviles de 600, 700 u 800 euros en adelante, creo que podemos afrontar el pago de unos true wireless que cada vez son más asequibles.

Difumina la línea entre los modelos estándar y los Pro

Y llegamos al final del análisis del iPhone 12, un texto en el que hemos hablado en detalle de todas las claves del terminal y de nuestra experiencia con el móvil durante estos días. Y sí, es un móvil de esos que gusta tener entre manos tanto por el diseño (es tremendamente ligero y delgado) como por lo bien que va.

Las cámaras siguen sin ser las mejores de su clase, pero son consistentes y tenemos un gran angular que ha mejorado mucho, sobre todo cuando cae la luz. Los colores no están pasados de rosca, la apertura del sensor principal hace que sea muy luminoso y en la grabación de vídeo es uno de los mejores teléfonos del mercado.

 

En rendimiento tampoco queda duda debido a la eficiencia y potencia del A14 que, unido a iOS, nos da una experiencia excelente en todos los sentidos y la pantalla, aunque se queda en los 60 Hz, es espectacular en resolución y reproducción de color. 

Eso sí, echamos en falta una carga más rápida porque estamos acostumbrados a móviles que cargan en una hora el 100% de una batería mucho mayor, pero al menos en autonomía cumple con un día de uso intensivo.

 

Dicho esto y vistas las diferencias con el iPhone 12 Pro que analizaremos en unos días, creo que tanto el iPhone 12 como el Mini serán los superventas de esta familia de Apple

Buenas cámaras, gran rendimiento y excepcional pantalla. Si necesitas el telefoto, grabar Dolby Vision a 60 fps en lugar de a 30 fps o el sensor más grande y mejor estabilizado del Pro Max, puede que sí tengas que mirar a esa gama Pro, pero para la gran mayoría de usuarios, Apple ha creado dos móviles que no son ‘Pro’, pero que tienen todo lo que puedan necesitar. 

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