Más allá de su componente aspiracional y elevado precio, este televisor nos sirve para conocer cómo serán nuestros televisores “terrenales” en los próximos años, ya que muchas de las tecnologías que hoy podemos ver en el mejor televisor Samsung de 2020 terminarán llegando el año que viene a las gamas más bajas.
Y es que como no podría ser de otra forma Samsung no se ha dejado nada en el cajón para su buque insignia, el Q950TS incorpora lo último tecnología para la mejora de la calidad de imagen, un increíble panel 8K, un sistema de sonido 4.2.2, todo comandado por uno de los procesadores más potentes que hemos visto jamás en un televisor. Y por si fuera poco, ha conseguido integrarlo todo el un envoltorio estilizado de lo más elegante.
Unos ingredientes que sin duda nos invitan a pensar que estamos ante uno de los mejores televisores del año, aunque para realizar esta afirmación todavía nos quedan muchas pruebas a este Samsung Q950TS por delante.
Samsung QLED 8K Q950TS (modelo de 65″) | |
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Dimensiones | 1433,1 x 814,3 x 15,0 mm (sin peana) | 1433,1 x 881,1 x 261,9 mm (con peana) |
Peso | 32,1 kg (con peana) / 26,5 kg (sin peana) |
Tipo de pantalla | LCD LED con Direct Full Array de 488 zonas |
Tamaño de pantalla | 65″ |
Resolución de pantalla | 7.680 x 4.320 píxeles |
Relación de aspecto | 16:9 |
Procesador de imagen | Quantum Processor 8K |
Formatos HDR | Quantum HDR 2000, HDR10+ y HLG |
Control por voz | Desde el televisor y el mando a distancia |
Sonido | Sistema con 4.2.2 canales, 70W RMS |
Domótica | Bixby / Alexa y Asistente de Google desde SmartThings y Siri con AirPlay 2. |
Consumo | 410 W (Máximo) |
Conexiones | 4 x HDMI (1 x HDMI 2.1) | 3 x USB Ethernet | Salida óptica digital | CI | Coaxial TDT | Satélite | WiFi 6 | Bluetooth 4.2 | AirPlay 2 | RS-232C |
Precio | 5.499 euros |
Resumen del análisis del Samsung QLED 8K Q950TS por apartados:
Posiblemente el televisor más bonito que has visto en tu vida
A nivel de diseño el Samsung Q950TS rompe una vez más con los visto en su predecesor, incluso se permite eliminar algunas evoluciones de diseño planteadas en el modelo del año pasado.
Si decidimos colocar el televisor sobre la mesa, vemos como Samsung vuelve a una peana central, dejando un lado el sistema de dos patas laterales que se podían ocultar en la parte trasera si decidimos colgar el televisor.
La base está compuesta de dos piezas que se encajan entre sí y se fijan con unos pocos tornillos al televisor, su colocación es sencilla y rápida, aunque para manipular y mover el televisor son necesarias dos personas debido a su elevado peso. Personalmente me parece un acierto, la peana es mucho más estética que las patas y le da más presencia sin restar estabilidad, no en vano solo la base pesa más de 5 kilos.
Una cosa que llama la atención es que la pantalla no queda recta, tiene una ligera inclinación hacia atrás de 5 grados, puede parecer poco, pero resulta muy perceptible y durante los primeros días de uso te deja un poco descolocado, aunque te acabas acostumbrando. Si te lo estás preguntando, la inclinación no se puede corregir, ya que la base es fija y no permite mover la pantalla en ninguno de los ejes.
Pero los cambios no quedan aquí, el panel es mucho más delgado, solo 1,5 centímetros, sorprendente si tenemos en cuenta la gran cantidad de elementos que contiene en su interior: desde la cobertura antirreflejos exterior al sistema de retroiluminación LED directa, pasando por el panel LCD y el filtro de color QLED, sin olvidar que hay que dejar espacio para el nuevo sistema de 8 altavoces independientes, lo que convierte a este Samsung Q950TS en un portento técnico en lo que miniaturización se refiere.
El bisel exterior está rematado en metal con pequeños agujeros, un detalle que estéticamente queda muy bien, y que seguramente ayude a disipar el calor. No tendrá nada que ver, pero si en anterior 8K de Samsung comentaba que el panel era una auténtica estufa, este Q950TS mantiene una temperatura de funcionamiento sorprendentemente baja, solo 45 grados en la parte central de la pantalla tras varias horas de funcionamiento
La parte trasera es de plástico cepillado muy elegante, en el que llaman la atención los dos conjuntos de cuatro altavoces a ambos lados. Es un plástico bueno y transmite sensación de gran calidad.
El marco es increíblemente delgado, casi inexistente, Infinity Screen lo llama el fabricante, lo que supone un logro. Aunque muchas marcas lo publicitan es uno de los primeros televisores en los que la pantalla se expande casi hasta el límite, dejando un inapreciable marco de tan solo dos milímetros.
Su diseño más delgado sin prácticamente marcos supone una interesante ventaja adicional: parece mucho más pequeño que cualquier otro modelo de pulgadas similares, algo que yo mismo he podido comprobar de primera mano, ya que para esta prueba del Samsung Q950TS tuve que retirar un modelo anterior de las mismas pulgadas.
El QLED 8K de 2020 es menos “abrumador” que cualquier otro televisor de las mismas pulgadas que haya probado con anterioridad, sinceramente es uno de los televisores más bonitos y estéticos que he visto nunca.
Aunque desde Samsung dejan claro que este Q950TS está pensado para ser colgado en una pared, prueba de ello es que se incluye por primera vez el soporte de pared No Gap dentro de su caja, un accesorio que para el resto de modelos de la gama se tiene que adquirir por separado.
Este tipo de soporte está pensado para que el televisor quede prácticamente pegado a la pared, una vez colocada la pantalla se separa apenas dos centímetros, como si de un cuadro se tratase.
Obviamente este tipo de soportes solo está al alcance de televisores como este Q950TS donde la fuente de alimentación, gran parte de la electrónica y toda la conectividad están externalizadas en la unidad exterior One Connect, para mí unos de los grandes avances técnicos de los últimos años en el mundo de los televisores.
Esto permite que todas las conexiones se mantengan ocultas, y no solo eso, también acceder fácilmente a las mismas cuando queremos conectar un nuevo dispositivo, sin tener que dejarnos la mano buscando casi a ciegas el “dichoso agujero” (¿a qué te suena?).
El vínculo entre el panel y la caja de conexiones es un único cable delgado y casi transparente que permite transmitir tanto las señales de vídeo como la corriente eléctrica.
La caja de conexiones One Connect de esta Q950TS es ostensiblemente más grande y pesado que el modelo 8K del pasado año y que algunos de los modelos 4K actuales como el Samsung Q95T que mi compañero Rubén Andrés analizó hace unas semanas y que cualquier de sus homólogos 4K. En gran parte por la necesidad de espacio a una fuente de alimentación más grande y un sistema de ventilación más eficiente y silencioso con el que consigue solventar dos de los mayores problemas que detectamos en el modelo de 2019: ruido y temperatura.
El ventilador ya no hace el más mínimo ruido, incluso tras varias horas de uso continuado, cuando en la versión anterior llegaba incluso a percibirse si el ambiente de la sala era tranquilo y el volumen no excesivamente alto.
En cuanto a la temperatura de funcionamiento se mantiene en unos márgenes que podría considerar como normales, perceptible al tanto pero sin resultar alarmantes.
Si nos centramos en la conectividad, cuenta con todos los puertos y conexiones que esperamos de un televisor de su gama, y como comentaba es una gozada no tener que pelearse con la parte trasera del televisor para conectar nuevos dispositivos, aunque sigue sin convencerme que los puertos USB estén en lateral, ya que obliga a tener algo de holgura en lado para poder conectar discos duros y llaves USB.
De los cuatro puertos HDMI de los que dispone solamente uno de ellos es compatible con HDMI 2.1, el resto son HDMI 2.0b. La conexión HDMI 2.1 es la única capaz de transmitir señales de video en formato 8K a 60p o 4K a 120p.
Hasta hace pocos días esto podría resultar suficiente, pero con las llegadas de las consolas de nueva generación PS5 y Xbox Series X supone un problema si dispones de ambas consolas, no pudiendo tener ambas conectadas de forma simultánea.
En cuanto al consumo, el esperado teniendo el cuenta el tamaño de la pantalla y la tecnología utilizada. Samsung marca un máximo de consumo de 410W, sin duda un valor muy alto si lo comparamos con los modelos OLED de pulgadas similares que se mueven entorno a los 220/250W.
En nuestra pruebas y mediciones jamás nos aproximamos a esos picos de consumo, siendo la media de unos 350W con un modo de imagen natural y un nivel de brillo medio/alto. En reposo el consumo es inapreciable, tato que la app de registro indica un consumo cero por debajo de 1W.
Tizen renovado, sigue siendo el mejor pero tiene cosas por pulir
Una vez instalada la configuración es extremadamente sencilla, para ello podemos realizar una configuración completamente manual o recurrir a la app SmartThings, disponible de forma gratuita para iOS y Android. La ventaja de este sistema es que muchas de las configuraciones o aplicaciones se instalan de forma automática a partir de los datos de nuestro smartphone, simplificando mucho proceso y evitándonos algunas tareas tediosas como la de tener que introducir la contraseña de la red WiFi de casa.
La interfaz de usuario basada en el sistema Tizen de Samsung ha cambiado estéticamente con respecto a la versión de los dos últimos años, se han modificado los colores, el tamaño y forma de los iconos y algunos aspectos menores, pero la operatividad sigue siendo la misma.
Los gráficos son nítidos y los menús están perfectamente organizados, en la tienda aplicaciones podemos encontrar todas las apps indispensables, como Netflix, Disney+, HBO, Amazon Prime o Apple TV+, además es compatible con AirPlay 2 para poder enviar a la pantalla no solo los contenidos de móviles Android, también desde los iPhone o iPad de Apple.
Los smartphones Samsung con Android 8.1 o superior con la app SmartThings instalada disponen de una funcionalidad añadida denominada TapView que permite enviar la pantalla del móvil al televisor realizando un ligeros toques con el terminal en la esquina superior derecha de la tele. Además, gracias a la función Multiview podemos ver la pantalla del móvil en el televisor en pantalla partida mientras vemos otro contenido.
Todo se maneja con enorme facilidad gracias su minimalista mando bluetooth, un alarde de simplicidad que sigue siendo de largo el mejor mando a distancia que vas a encontrar en un televisor. Es cierto que su minimalismo obliga en ocasiones a realizar más pulsaciones de lo que nos gustaría, pero merece la pena.
Un mando al que se le han añadido tres nuevos botones de acceso directo a las aplicaciones de YouTube, Netflix, Amazon Prime Video y Rakuten TV. Resultan muy cómodos aunque si no eres suscriptor de alguno de estos servicios hubiera sido interesante poder vincular sus botones a otras aplicaciones de uso recurrente.
En general el funcionamiento del sistema es fluido, aunque todavía le faltan por pulir ciertos aspectos que a buen seguro se solucionarán en futuras actualizaciones. He sufrido algunos cuelgues ocasionales con algunas aplicaciones, aunque lo más habitual han sido las ralentizaciones a la hora de navegar en apps de vídeo en streaming como Netflix, además de tiempos de acceso más largos de lo habitual en gran parte de estas apps, aunque nada molesto.
La interfaz Tizen es uno de los elementos que más me gusta de los televisores de Samsung, tanto por su estética como por su organización y forma poco invasiva de mostrar los elementos en pantalla.
Eso sí, no me gusta que por defecto se muestre una ventana de publicidad en el hub, me parece excesivamente invasivo sobre todo después de haber pagado lo que cuesta este televisor. Por suerte desde la política de privacidad se puede desactivar esta posibilidad denegando la opción.
Un sonido que convente en (casi) cualquier situación
Como ya hemos comentado en varias ocasiones incorporar un sistema de sonido convincente en un televisor plano es una tarea realmente complicada, es una cuestión física, aunque pese a las limitaciones Samsung venía haciendo un gran trabajo en este aspecto.
El Samsung Q950TS está equipado con un nuevo sistema de sonido con tecnología OTS+ (Object Tracking Sound) compuesto por ocho altavoces colocados en la parte trasera de la pantalla a ambos lados de la misma para emular un sonido envolvente.
Los altavoces forman un conjunto 4.2.2 con amplificadores en clase D que se encargan de excitarlos con un aporte total de 70 vatios de potencia.
La tecnología Object Tracking Sound+ (OTS+) se basa en un algoritmo que permite hacer un seguimiento a los diferentes elementos sonoros de la imagen, e intensificarse en la zona de la pantalla en la que se produce, algo parecido a lo que hace Dolby Atmos pero a una escala mucho más pequeña.
La idea es interesante, al menos sobre el papel, aunque en la práctica posicionar el origen del sonido en una superficie tan limitada no es tan fácil y es bastante menos impactante de lo que cabría esperar. Lo que sí me gusta es el efecto envolvente, mucho más apreciable, sobre todo la forma más homogénea en la que el sonido se reparte por toda la pantalla, en lugar de focalizarse en un único lugar como ocurre en la mayoría de televisores, lo que mejora significativamente la experiencia.
Ciertamente Samsung ha vuelto a hacer un gran trabajo en el apartado sonoro de este QLED 8K de 2020. Me gusta el gran salto en lo que a claridad del sonido se refiere gracias a unos agudos muy precisos, lo que contribuye a que las voces se escuchen con gran nitidez, es sin duda su apartado más brillante.
En cuanto a los graves también se apreciaba un avance, aunque las limitaciones físicas salen a relucir sobre todo en contenidos de acción, donde es evidente que se queda muy corto, y eso que podemos subir el volumen hasta más del 70% de su capacidad máxima sin apreciar distorsiones.
Para televisión, series y películas en la que prima el diálogo frente a la acción, el sonido es plenamente satisfactorio, pero si quieres llevar la experiencia a otro nivel deberás complementar el conjunto con una buena barra de sonido con subwoofer independiente, como la HW-Q70R que analizamos en Computerhoy, este modelo además es compatible con la función Q-Symphony que sincroniza el sonido de los altavoces del televisor con el de la barra de sonido. También debes tener en cuenta que el televisor no capaz de procesar codificaciones de sonido en Dolby Atmos o DTS, lo que me ha dejado sorprendido, aunque de forma negativa.
El menú de opciones de sonido es bastante completo, cuenta con dos modos de sonido: normal y amplificado, y un modo para expertos desde el que podemos modificar ciertos valores e incluso ecualizar el sonido si hemos seleccionado el modo normal.
Dentro de las opciones del modo inteligente, encontramos hasta tres funciones asociadas al sonido que se puede activar o desactivar de forma independiente: Amplificador de voz (para mejorar la recepción del micrófono del mando a distancia), además de Sonido y Volumen Adaptable, que modifican el audio en tiempo real según las condiciones del entorno. Funcionan bastante bien, aunque en ocasiones se producen picos de sonido injustificados un tanto molestos, por lo que yo he preferido desactivar ambas opciones.
Imagen deslumbrate (en todos los sentidos)
Para mostrar las imágenes incorpora un panel LCD VA con una profundidad de color de 10 bits con sistema de retroiluminación FALD (Full Array Local Dimming) de 488 zonas independientes, capaz de entregar picos máximos de brillo de 3.000 nits para el modelo de 65 pulgadas y hasta 4.000 nits para los modelos de 75 y 85 pulgadas, con un filtro con tecnología de nanocristales capaces de descomponer la luz hasta lograr reproducir el 100% del espacio de color DCI-P3.
La resolución total del panel 8K es de 7.680 x 4.320 píxeles, es decir, más de 33 millones de píxeles que son administrados por su potente procesador Quantum Processor 8K.
Con imágenes nativas en resolución 8K el resultado es, por decirlo de una forma elocuente, “para caerse la baba”, el problema es que el contenido disponible es tan escaso que no es realista evaluar las capacidades del televisor con imágenes a esta resolución, la mayoría de material disponible en resolución 8K son demos y contenido pensado para “lucirse” que nada tiene que ver con lo que supone ver una serie, película o programa de televisión. Samsung ha llegado a un acuerdo con RTVE para la emisión de contenidos 8K por DVB-T2, por lo que es posible que pronto podamos actualizar este análisis con contenidos 8K más realistas.
Por suerte el resultado de escalar 4K es casi perfecto, no llegan al nivel de las imágenes nativas en 8K, pero no desmerecen. Las texturas ganan en definición, aumenta el detalle y mejora la profundidad, los bordes se dibujan sin efectos dentados y el ruido de la imagen se mantiene al mínimo absoluto.
Imágenes muy nítidas que no parecen haber sido enriquecidas de forma artificial, con un contraste sobresaliente y negros muy profundos que acortan la brecha con la tecnología OLED a pasos agigantados.
Con imágenes Full HD el resultado es bueno, aunque obviamente hay mucho más que inventarse y el resultado se resiente, incluso aunque por debajo se encuentra el potente chip de escalado basado en inteligencia artificial capaz de consultar en tiempo real con una enorme base de datos de imágenes fijas y vídeos en constante actualización. Por debajo de 1080p simplemente olvídate, este no es el televisor para ti.
Hay dos aspectos fundamentales que me han llamado mucho la atención tras pasar muchas horas de visionado para este análisis del Samsung Q950TS QLED 8K. Por un lado el gran salto que se ha producido a nivel de blooming, esos molestos halos que se muestran cuando los objetos luminosos se muestran sobre fondos negros, un efecto que resulta muy molesto por ejemplo a la hora de reproducir subtítulos. Prácticamente no existen, quedando minimizado a unos pocos píxeles alrededor del objeto.
El otro aspecto que me ha llamado de forma muy satisfactoria la atención es la reproducción de color, no solo la paleta de colores, también la fidelidad y naturalidad de los mismos, así como el balance de blancos. Me encanta la colorimetría de este televisor en general, y en particular la naturalidad de los los tonos de la piel.
Además no es necesario ser un experto ni volverse loco para lograr una buena reproducción de color. Pese a contar varios modos de imagen, incluído un modo “Filmmaker” que prácticamente no aplica ningún efecto de mejora de la imagen, y opciones de personalización para expertos, además de un modo inteligente capaz de ajustar los parámetros de imagen en tiempo real adaptándose al entorno, el ajuste de color natural es perfecto para la gran mayoría de contenidos.
Sorprende además la ausencia de problemas a la hora de gestionar el movimiento de las imágenes, incluso en escenas de acción o deportes, sobre todo teniendo en cuenta la gran cantidad de píxeles que deben moverse simultáneamente, lo que habla de la grandísima capacidad de procesamiento del QLED 8K 2020. Estelas, halos y contornos dentados por el movimiento son casi inexistentes con fuentes de imagen Full HD o superior.
El panel del Samsung Q950TS está equipado con Ultra Viewing Angle, un filtro que dispersa la luz y que permite la visualización de imágenes sin pérdida de contraste desde casi cualquier ángulo de visión, lo que permite que podamos colocarnos en cualquier posición alrededor de la pantalla sin ser perjudicados, o casi…
El televisor cuenta con un potente filtro antirreflejos bastante efectivo con la gran mayoría de reflejos, aunque contradictoriamente tras mi experiencia me atrevo a catalogarlo como uno de sus pocos puntos negativos. Y es que si en la habitación hay algún tipo de fuente potente de luz, como una ventana o lámpara, la luz reflejada en la pantalla se dispersa dejando un halo de luces coloreadas RGB muy molesto.
Esto se acrecienta si como en mi caso tienes una ventana cerca del televisor arrojando luz sobre el panel durante varias horas al día. Por suerte no ocurre de forma constante, con la luz artificial es menos acusado y no es igual de molesto desde todos los ángulos de visión ya que depende del ángulo de incidencia de la luz, pero aún así en ocasiones resulta un poco ‘pesado’ y te obliga a cambiarte de sitio.
Como no podía ser de otra forma el Q950TS es compatible con los diferentes formatos de vídeo HDR: HLG y Quantum HDR 2000, además del formato de código abierto HDR10+ desarrollado en gran medida por la propia Samsung que utiliza, por ejemplo, Amazon Prime Video.
Lamentablemente sigue sin existir compatibilidad con el Dolby Vision HDR, el formato de vídeo HDR con metadatos dinámicos que cada vez está más presente en plataformas como Netflix, Disney+ o Apple TV+, incluso en la grabación de vídeo con los nuevos iPhone 12, en estos casos tenemos que conformarnos en ver los contenidos en HDR convencional mejorado gracias al potente procesador de imágenes del televisor, aunque no es lo mismo.
A la hora de jugar, muy importante ahora que acaban de salir las consolas de nueva generación, el Samsung QLED 8K de 2020 cuenta con varias tecnologías destinadas a mejorar la experiencia de juego, como la conexión HDMI 2.1 compatible 4K a 120 fps, FreeSync AMD Premium que sincroniza la tarjeta gráfica con la pantalla para eliminar los cortes, Dynamic Black Equalizer que facilita la visualización de objetos/enemigos en zonas oscuras, y con Multiview puedes jugar en una ventana mientras en la otra consultas la guía del juego de Hobbyconsolas o sigues las indicaciones de un vídeo de YouTube.
Además, cuenta con un modo automático para juegos que se activa al encender la consola o el PC y adapta la calidad de imagen para una mejor experiencia de juego. Con este modo se reduce el número de zonas del sistema de control de la iluminación, reduciendo el nivel de contraste pero mejorando el Input Lag, clave a la hora de jugar, hasta los 9.7 ms según las pruebas de AVForums.
El ejemplo perfecto de Smart TV Premium
Si tuviera que seleccionar un ejemplo de producto premium seguramente elegiría este Samsung Q950TS, no es solo una cuestión de precio, va mucho más allá. Es un televisor cuidado al detalle que entra por los ojos a todos los niveles: estético y visual, una obra de ingeniería impecable con muy pocos defectos.
En lo importante, la calidad de imagen, es complicado encontrar inconveniente, sin duda es el mejor exponente de todo el potencial de una tecnología LCD que parece que muchos dieron por agotada mucho antes de tiempo. Colores naturales, negros profundos y un nivel de brillo inigulable en un panel atestado de píxeles pero que es capaz de completar con suficiencia incluso escalando imágenes Full HD.
Ojo, no todo es perfecto, los reflejos de colores con luces indirectas, sobre todo con la luz solar son realmente desagradables, y resulta llamativo que un televisor de este nivel no sea compatible a estas alturas con Dolby Atmos, DTS o Dolby Vision, así como la ausencia de un segundo HDMI 2.1, sobre todo teniendo en cuenta que ya se conocía la llegada de la nueva generación de consolas desde hace meses.
El modelo Samsung Q950TS de 65 pulgadas que hemos utilizado para esta review tiene un precio de 5.499 euros, también está disponible 75 pulgadas por 7.499 euros y 85 pulgadas por 11.999 euros. Sin duda un capricho caro, pero que merece mucho la pena, si te lo puedes permitir, claro.