La mecánica más apropiada para el urbanita puede ser este vehículo eléctrico de Fiat.
El Fiat 500 eléctrico ya está a la venta y parece que era el destino perfecto para uno de los urbanitas por antonomasia. Sin embargo, ¿es oro todo lo que reluce? Te contamos las 5 virtudes y los 2 defectos de esta variante eléctrica del Fiat 500 que, al menos durante un tiempo, seguirá conviviendo con las versiones de combustión (que sumaron hace no mucho una alternativa híbrida a sus filas).
Naturaleza eléctrica para su entorno óptimo
Hay que empezar por lo obvio: la mayoría de fabricantes han optado por un gran SUV para dar base a su primer eléctrico de producción en masa, algo entendible por moda, pero no por lógica, puesto que son los urbanitas, con un uso enfocado a la ciudad, donde este tipo de mecánicas sacan todo su potencial, los que se postulan como la mejor opción para crear un vehículo a pilas. Así que al Fiat le sienta como un guante: destacaba por su tamaño y manejabilidad, a cuya exitosa fórmula suma ahora un motor de cero emisiones que elimina cualquier tipo de restricción a la circulación en las grandes ciudades. Un ‘win-win’ de manual.
Diseño elegante
El 500 siempre ha tenido una imagen atractiva, pero esta nueva generación riza el rizo en este aspecto. Mantiene la esencia, puesto que se trata más de una evolución que una revolución, pero el conjunto está más definido, luce algo más de músculo y detalles como el diseño de los grupos ópticos delanteros o la parrilla carenada dejando su lugar a un logotipo cromado hacen que gane en elegancia.
3+1
El hecho de que pueda elegirse como coupé o cabrio también está bien, pero esas dos versiones las conocemos desde antaño. La novedad aquí es el Fiat 500 3+1, una nueva alternativa más original que llama bastante la atención. Mantiene la atlética silueta de la carrocería de techo cerrado pero suma una tercera puerta, de menor tamaño y apertura inversa, en el lateral derecho, permitiendo un acceso más fácil a las plazas traseras. Es el más versátil del trío.
Dos variantes a elegir
El Fiat 500e está disponible con dos opciones mecánicas diferentes, algo que siempre es de agradecer. La de acceso combina un motor de 95 CV con una batería de 23,8 kWh, acelera de 0 a 100 km/h en 9,5 segundos, puede circular hasta a 135 km/h y homologa una autonomía de 180 kilómetros. Por encima está la de 118 CV, con batería de 42 kWh, un 0-100 en 9 segundos, 150 km/h de punta y 320 kilómetros de alcance.
Recarga rápida
Aunque el 500e de acceso se “conforma” con una potencia de carga máxima de 50 kW, el superior es compatible con estaciones de 85 kW de potencia, con las que recupera en 5 minutos energía suficiente para recorrer 50 kilómetros extra y en solo 35 minutos rellena el 80% de su capacidad total.
Defecto: Autonomía
Tiene vocación urbana y, en teoría, sus clientes potenciales deberían usarlo solo para trayectos cortos. Sin embargo, si quieren realizar viajes de media distancia pueden tener complicaciones y los de larga son imposible de realizarse. En el mejor de los casos, la versión más capaz anuncia 320 kilómetros en ciclo mixto según la homologación WLTP, que en realidad serán menos, una cifra que se puede quedar corta para muchos usuarios.
Defecto: Precio
Los coches eléctricos van ajustando su precio cada vez más, pero hoy en día siguen siendo una alternativa más cara que un modelo de combustión o con un nivel de electrificación menor. Como mínimo hay que desembolsar 24.900 euros por el Fiat 500 eléctrico, tarifa que corresponde a su versión Coupé. El 3+1 sube a 30.400 euros y por el Cabrio hay que añadir 1.000 euros extra. Se trata de una cantidad que, teniendo en cuenta que hablamos de un urbanita de tamaño muy compacto que, al menos a priori, no puede ejercer de vehículo único, quizá eche para atrás a posibles compradores.
Este artículo fue publicado en Autobild por Mario Herráez.