El presidente Biden, nominaciones y giros en el frente externo

Juan Carlos Ladines

Finalmente, después de idas y vueltas, el Colegio Electoral estadounidense confirma la elección de Joe Biden como el cuadragésimo sexto presidente de los Estados Unidos. Mas allá del contexto mundial aquejado por la pandemia de la COVID-19, la agenda pendiente de trabajo es amplia y, sobre todo, profunda si Estados Unidos quiere retomar un poco del posicionamiento dentro de la carrera mundial.

El binomio Biden-Harris ha comenzado a actuar en cuanto a la selección de su plantel de apoyo. El futuro Secretario de Estado (hagamos un paralelo con lo que seria un Premier, aunque no tienen las mismas funciones y objetivo políticos), Antony Bliken, es la carta elegida, una persona cercana al Presidente Biden y con un clara idea de desarrollar relaciones transatlánticas. Esto claramente será un giro en la política exterior comandada por Donald Trump, quien ha tratado de aplicar una política dura e imposición de condiciones, en especial con aliados naturales a los Estados Unidos. No es el único en el campo, se unen Jake Sullivan quien ha trabajado con el Presidente Biden y en la administración de Barack Obama; y Linda Thomas-Greenfield como embajadora de las Naciones Unidas. Todos con un claro perfil de darle una mirada distinta a la política exterior.

¿Qué buscan estos nombramientos? Un primer paso es desarrollar (o retomar) una serie de acercamientos con aliados tradicionales y poner en el centro del debate la importancia de las instituciones a nivel internacional. El nombramiento de Thomas-Greenfield no solo busca recuperar la importancia del nombramiento de un embajador a nivel de Naciones Unidas, incluso integrarlo a la toma de decisiones dentro del gabinete. Esto es un claro mensaje de cómo los Estados Unidos buscará involucrarse en temas de agenda global. Esto puede generar una nueva competencia por desarrollar cierta influencia en instituciones globales.

No es la única institución que espera ver cambios, el nombramiento de John Kerry, exsenador y ex secretario de estado de la era Obama ha sido nombrado como enviado especial para la agenda del cambio climático. Este tema ha sido una bandera que tanto Biden, como el partido Demócrata han tomado como una idea central que permita ser la base para acuerdos globales futuros. Sin embargo, a pesar de las grandes promesas al respecto de un “New Green Deal” (Nuevo Acuerdo Verde) todavía no se han materializado, sin embargo el “establishment” demócrata siempre busca ponerla en agenda.

Es clara la intención (y fácil ante un Donald Trump que dejó sin rumbo a la política exterior de su país, la personalizó y la mediatizó en peleas absurdas) de retomar un rol protagónico en la esfera internacional. Sin embargo, todavía quedan algunos puntos abiertos en esa agenda. ¿Quiere la nueva administración Biden retomar la carrera de Acuerdo de Asociación Transpacífico? Expertos apuntan a que sí. Sin embargo, será la realidad económica (niveles altos de desempleo) y los efectos post pandemia que determinarán, que marcarán el rumbo de la integración comercial. Dentro de esta mirada ¿cómo afectará las relaciones del comercio con el resto del continente americano? ¿Dejará de lado la guerra comercial con China? En esa línea de acción habrá que estar pendientes de cuáles serán las movidas en ese corte.

Mientras estas agendas se están desarrollando, Biden jurará el 20 de enero de 2021 como Presidente de los Estados Unidos por el periodo 2021 – 2024. Espero que estos vientos nuevos en el campo internacional también lleguen a otras costas del continente americano.

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