Argentina: Los argumentos que dividen a ‘verdes’ y ‘celestes’ acerca del aborto

Las más de 20 horas que duró el debate sobre la legalización del aborto voluntario en Argentina dejaron muchísimas imágenes, entre ellas las de dos multitudes, una verde y otra celeste, congregadas en la Plaza del Congreso para hacer oír sus demandas durante la maratoniana sesión en la Cámara de Diputados.

Sus puntos de vista son ampliamente conocidos: las manifestantes de la llamada ‘marea verde’ llevan años saliendo a las calles para exigir la despenalización del aborto -desde 1921 tan sólo es legal en los casos de violación o de riesgo para la salud de la mujer-, mientras que los celestes consideran «inconstitucional» la interrupción voluntaria del embarazo.

Estos son los principales argumentos que dividen a verdes y celestes en torno a una cuestión que ha marcado la agenda política en Argentina, especialmente después de que el Senado rechazara en 2018 un proyecto muy similar al que este viernes fue aprobado por la Cámara de Diputados.

«LA LEY TERMINARÁ CON LOS ABORTOS CLANDESTINOS»

Según datos del Ministerio de Salud argentino, entre 2010 y 2017 se produjeron una media anual de 45 604 ingresos hospitalarios derivados de abortos clandestinos, que en 2018 representaron la tercera causa de muerte materna en el país suramericano (un 13,6 % del total).

Sin embargo, estas cifras apenas reflejan un porcentaje de toda la realidad, puesto que la clandestinidad genera un «subregistro» en esta materia, según explicó a Efe por teléfono Jenny Durán, portavoz de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.

«No hay un registro adecuado y eso también complica que se usen las estadísticas hacia políticas públicas que permitan que la salud integral de las mujeres y personas gestantes sea la adecuada», afirmó Durán, que estima en cientos de miles los abortos que se producen cada año.

En ese sentido, la legalización del aborto voluntario hasta las 14 semanas de gestación permitiría a cientos de mujeres acudir al sistema hospitalario para la interrupción de su embarazo, realizándolo en unas condiciones sanitarias óptimas que evitarían decenas de muertes. 

«EXISTE CONSENSO SOCIAL A FAVOR DEL ABORTO»

El coronavirus y las altas temperaturas no impidieron que miles de personas acudieran este jueves a la Plaza del Congreso ataviadas con sus pañuelos verdes, una imagen que se ha repetido de forma recurrente en los últimos años, lo que terminó por precipitar un cambio de conciencia en la clase política argentina.

«Es un proyecto ampliamente apoyado y consideramos que las visiones conservadoras son representaciones sociales que hoy por hoy en la sociedad argentina no tienen lugar», aseguró de forma tajante Durán.

De hecho, una de las mayores diferencias de este proyecto con respecto al de 2018 es que ahora está impulsado por el propio presidente, el peronista Alberto Fernández, que en su campaña electoral de 2019 prometió que despenalizaría el aborto cuando llegara a la Casa Rosada. 

«EL ABORTO FORMA PARTE DE LOS DERECHOS HUMANOS»

Para los colectivos que integran la ‘marea verde’, la legalización del aborto supondría un paso más allá en la consolidación de los derechos humanos en el país.

En los últimos años, numerosas organizaciones han reiterado sus pedidos al Gobierno argentino para que despenalizase el aborto voluntario, entre ellas Amnistía Internacional, que este viernes celebró la media sanción de la ley en la Cámara de Diputados.

«El aborto legal es un imperativo de justicia social, de justicia reproductiva y de derechos humanos. El debate de estos años fue muy positivo y visibilizó el fracaso de la penalización de las mujeres como política de Estado», sostuvo en un comunicado Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina. 

«EL ABORTO NO ES LA SOLUCIÓN PARA LAS MUJERES VULNERABLES»

Desde las entidades favorables a «las dos vidas» no creen que el aborto sea ninguna solución, más bien al contrario, puesto que, en su opinión, la interrupción del embarazo no ataja el problema de fondo: la situación de vulnerabilidad en la que deja a las mujeres de menos recursos.

«Nosotros no negamos (que haya abortos clandestinos), solamente creemos que esa realidad no va a dejar de existir porque se legalice el aborto, sino que hay que combatirla. Muchas de las mujeres acceden a este tipo de abortos porque creen que no hay otras opciones», subrayó a Efe Milagros Bitti, miembro del Frente Joven, una ONG que forma parte de la Unidad Provida.

Junto a la ley para la interrupción legal del embarazo, el Gobierno argentino envió otro proyecto, un plan de «1.000 días» que ofrece ayuda estatal a las mujeres que den a luz para luchar contra la malnutrición, prevenir la violencia y promover el desarrollo emocional y físico de las madres y de sus hijos hasta los 3 años.

Pero desde los colectivos celestes lo consideran un intento por «quedar bien con las dos posturas»: en palabras de Bitti, este plan de 1 000 días «lo único que le da a la mujer es un subsidio». 

«EL ABORTO ES UN DELITO»

Las organizaciones provida también recurren a los textos legales para oponerse a la interrupción voluntaria del embarazo, ya que, sostienen, no existe ninguna disposición jurídica que avale el reconocimiento del aborto como un derecho.

«En su artículo 19, nuestro código civil y comercial considera a una persona humana desde el momento de la concepción, lo dice totalmente claro. No existe el derecho al aborto, el primero que tenemos es el derecho a la vida y lo tiene cualquier persona por el simple hecho de serlo», argumentó la vocera del Frente Joven. 

Asimismo, desde las entidades celestes muestran su preocupación por los «huecos legales» existentes en el articulado de la ley, una normativa que pretendería «tapar la realidad» por la que está atravesando Argentina, en crisis económica y social desde mediados del 2018.

«LA OBJECIÓN DE CONCIENCIA ES OSCURA Y RESTRICTIVA»

Una de las modificaciones más reseñables que sufrió la ley sancionada por la Cámara de Diputados fue en lo referente a la objeción de conciencia: tendrán derecho a ejercerla los profesionales que intervengan en el aborto, pero deberán derivar «de buena fe a la paciente» a otro profesional «sin dilaciones». 

Esto parecería una concesión a los manifestantes celestes, quienes consideran, no obstante, que se trata de una «cortina de humo» porque obliga a realizar el aborto de todas formas.

«La objeción de conciencia del proyecto de ley es oscura y muy restrictiva, porque dice que el médico puede apelar a la ella, pero tiene que poner todos los medios igual para que la mujer pueda abortar, por lo que no se está eliminando, es una objeción de conciencia falsa», lamentó Milagros Bitti.

EFE

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