LG GX OLED de 55”, análisis y opinión | Tecnología

Si bien es cierto que durante los últimos años los diseños de los televisores se han ido haciendo más y más minimalistas, todavía continúa siendo un dispositivo de difícil encaje para los interioristas ya que, en esencia, no deja de ser un rectángulo de grandes dimensiones que no pasará inadvertido.

La propuesta de LG con este GX pretende convertir el televisor en un elemento más de la decoración colgando el televisor en la pared para que, literalmente, emule a un cuadro.

Por todo lo demás, el LG GX de 55 pulgadas que vamos a analizar se presenta como un televisor OLED de gama alta con unas prestaciones muy cercanas a las que ya vimos en el análisis de su hermano pequeño el LG CX de 48 pulgadas que ya analizamos hace algunos días. ¿Merecerá la pena un televisor como este LG GX por 1.849 euros que cuesta? Lo descubrimos en este análisis y te damos nuestra opinión.

  LG GX OLED 55 pulgadas
Dimensiones 122,5 x 70, 6 x 2, 3 cm (sin peana) | 122,5 x 76,5 x 27, 1 cm cm (con peana)
Peso 22, 2 kg (con peana) | 21,8 kg (sin peana)
Tipo de pantalla OLED TV
Tamaño de pantalla 55″
Resolución de pantalla 3.840 x 2.160 píxeles
Relación de aspecto 16:9
Procesador de imagen α9 Gen3 con AI
Formatos HDR HDR Dolby Vision IQ | HDR 10 Pro | HLG Pro | HDR Effect
Control por voz Desde el mando a distancia y TV
Sonido Sistema con 4.2 canales | 60W RMS | Dolby Atmos | OLED Surround
Domótica LG ThinQ | Asistente de Google desde el mando | Alexa habitado en botón Prime Video.
Consumo 115 W (Máximo)
Conexiones 4 x HDMI 2.1 | 3 x USB 2.0 | LAN | Salida óptica digital | auriculares | CI | Coaxial TDT | Satélite| WiFi 5 (802.11ac) | Bluetooth 5 | AirPlay 2
Precio 1.849 euros

Resumen del análisis del LG GX OLED de 55” por apartados:

LG ha convertido el televisor en un cuadro OLED de gama alta

La gama GX OLED de LG es muy particular, no por ser la más innovadora y disruptiva a nivel técnico, punto en que desde ya te adelantamos que se mantiene en unos niveles similares a lo que vimos en el análisis del LG OLED CX de 48 pulgadas, sino por su diseño.

Todo en este modelo ha sido específicamente diseñado para que el televisor vaya colgado en la pared sin que quede el típico espacio de separación que queda en el resto de modelos, por muy delgados que estos sean.

Esta idea se pone de manifiesto desde el momento en el que se saca el televisor de la caja para descubrir que la caja no incluye unas patas o una peana para instalarla encima de un mueble como sucede en la mayoría de modelos. En su lugar encontramos un soporte para la pared.

Si quieres instalar el LG GX sobre un mueble te tocará pasar por caja y comprar el juego de patas que LG vende por separado por 149 euros.

La pantalla tiene el papel protagonista indiscutible en el frontal del televisor, en el que únicamente rompe la simetría el pequeño añadido en la parte inferior donde se integra el sensor de luz ambiental y el único botón físico del televisor que permite encenderlo y controlar los ajustes más básicos sin necesidad del mando a distancia.

Por lo demás, un marco de 9 mm insertado en la pantalla define los límites del panel OLED, que queda protegido por un marco metálico perfectamente mecanizado para ajustarse al perfil.

En la trasera encontramos elementos más interesantes. Lo que primero llama la atención del LG GX de 55 que estamos analizando es que, a diferencia de otros modelos OLED, la trasera no está dispuesta en dos zonas como encontrábamos en el LG CX, por ejemplo, en el que toda la electrónica se concentraba en el tercio inferior que sobresalía unos 5 cm.

En el caso del GX toda la trasera es completamente plana y cubierta con una carcasa de policarbonato con acabado de metal cepillado gris y solo 2,4 cm de grosor. Esto facilita que todo el conjunto quede totalmente pegado a la pared una vez se ha instalado, y luce un bisel en los laterales y en la parte superior para minimizar todavía más el impacto visual.

Para hacerlo posible, el GX cuenta con un hueco donde va instalado el soporte exclusivo articulado que incluye de fábrica el televisor. Una vez instalado y plegado, el soporte se encaja en el hueco de la trasera del GX haciendo posible que no quede espacio alguno entre el televisor y la pared.

LG ha incluido todo tipo de plantillas, tacos para la pared e incluso tornillos para facilitar la instalación del soporte al usuario, así como un completo set de instrucciones que se complementa con vídeos paso a paso en su canal de YouTube.

Pero si el televisor queda pegado a la pared, ¿por dónde van los cables y conectores? LG también ha pensado en ese detalle en el diseño de la trasera. El soporte permite separar el televisor de la pared y girarlo unos 12 cm para facilitar la conexión del televisor.

Todos los conectores del televisor se encuentran en el lado derecho, y únicamente los puertos USB y la ranura para tarjetas CI quedan visibles en el lateral cuando el televisor queda instalado. El resto de conectores quedan orientados hacia abajo para minimizar el grosor y que no estorben cuando el televisor quede pegado a la pared.

El sistema de gestión de cables es de los mejores que ha implementado LG y consiste en un canal integrado en la trasera en el que se encuentras dos grapas para mantener el orden en los cables logrando que queden planos guiándolos hasta el centro de la parte inferior de la pantalla.

Una tapa completa el conjunto aislando los cables de la pared manteniéndolos recogidos e integrados en los 2,4 cm de grosor del televisor. Una vez terminadas las conexiones, basta con presionar con cuidado el televisor contra la pared para plegar el soporte y dejarlo en su posición final.

Las patas opcionales tampoco presentan demasiadas complicaciones en su instalación. Bastan con apretar un par de tornillos para tener el televisor listo para ser usado, aunque, como decimos, este no es el uso ideal para este televisor que tiene más sentido pegado a una pared que sobre un mueble.

El sistema que plantea LG es perfecto en la teoría, pero la realidad no siempre es tan bonita y nos surgen dudas sobre cómo quedarían unos seis o siete cables colgando del televisor hasta la consola, equipo de audio, decodificador de TV y otros dispositivos con los que los televisores comparten espacio y conexiones.

En nuestra opinión, dado que este modelo ha sido diseñado específicamente para estar colgado en la pared, LG debería haber adoptado un concepto similar al que plantea Samsung con su One Connect, un sistema de conectividad externo en el que se centralizan todos los conectores y que se conecta al televisor con un único cable de fibra óptica.

Si en lo referente al diseño de este LG GX de 2020 encontramos varias novedades, no es así al hablar del mando a distancia LG Magic Remote que lo acompaña, un viejo conocido que se mantiene idéntico al que ya vimos en el análisis del LG OLED CX de 48 pulgadas.

Pocas novedades con respecto a este mando a distancia que ya ha demostrado su versatilidad y facilidad de uso en numerosas ocasiones, incorporando una forma ergonómica muy personal que facilita el agarre y el acceso a todos los botones sin demasiados esfuerzos.


LG GX es un televisor diseñado para instalarse colgado en la pared como un cuadro. El diseño de su trasera está pensado para que no quede ningún hueco entre el televisor y la pared. A nivel técnico, es un televisor OLED de gama alta con las últimas tecnologías de imagen y sonido.

Una de las principales características de este mando es que permite mostrar un puntero en la pantalla que puedes controlar con el movimiento del mando para seleccionar elementos y hacer mucho más sencilla la navegación por los menús.

Por otro lado, el mando integra botones de acceso directo a apps como Netflix, Amazon Prime Video o Rakuten TV, así como sincronizarse con otros dispositivos (equipos de audio, reproductores, decodificadores de TV, etc.) para controlarlos desde un solo mando.

Además, cuenta con botón específico para el control por voz, algo de lo que te hablaremos con más detalle un poco más abajo en el apartado que dedicamos al sistema operativo y software, y que solo funciona mientras se mantiene presionado.

Mismo panel OLED y procesador que los LG CX, pero con pequeños matices

A grandes rasgos, el LG GX es un LG CX adaptado para ir colgado en la pared como si fuera un cuadro. Ambos modelos comparten al menos el 90% de sus especificaciones ofreciendo un rendimiento muy similar.

Sin embargo, quienes llevamos algún tiempo mirando con lupa los televisores que salen al mercado saben que no hay dos televisores iguales ni siquiera cuando comparten componentes tan importantes como la pantalla o el procesador.

En este caso tenemos entre manos un televisor OLED de 55 pulgadas con panel de última generación de 10 bits con un patrón de píxeles WRGB que añade un cuarto subpíxel blanco para aportar un mayor nivel de brillo.

Cuenta con una resolución 4K UHD (3.840 x 2.160 píxeles) y un amplio soporte para distintos estándares HDR , pero con la notable ausencia del soporte para HDR10+.

Sí contamos con la última versión de la tecnología Dolby Vision IQ que combina los metadatos del contenido con los que recoge el sensor de iluminación ambiental del televisor para ajustar los niveles de brillo de los píxeles para adaptarse con más precisión a la intención de los creadores del contenido.

Todo este proceso corre por cuenta del procesador de imagen más potente de LG, el Alpha 9 de tercera generación que ya pudimos probar en primera persona en el análisis del LG OLED CX de 48 pulgadas y que en este LG GX deja claras muestras de su potencia y del buen comportamiento de su inteligencia artificial.

Esta inteligencia artificial permite ver con muy buena calidad de imagen cualquier tipo de contenido, no solo el que está en 4K y HDR, gracias a las tecnologías y algoritmos que aplica durante el procesado de la imagen.

Tal vez en el ámbito que más destaque este nuevo procesador a9 de 3ª generación es en el escalado de imágenes a 4K, como las que provienen de la TDT o de fuentes en 1080p, a las que aplica una serie de filtros y tratamientos para obtener una imagen final sorprendentemente nítida y limpia de artefactos y manchas de color ocasionadas por la compresión de la señal.

Además, la inteligencia artificial utiliza el reconocimiento facial para identificar las caras y les aplica un mapa tonal específico para ganar nitidez y mejorar el color durante ese proceso de escalado, lo cual hace que los resultados finales sean todavía más sorprendentes.

LG ya había conseguido un buen calibrado de color en su gama de televisores OLED, y en los modelos de 2020 asienta ese conocimiento con distintos perfiles de color específico para distintos tipos de contenido que, activando la configuración adecuada, el propio televisor puede ir cambiando automáticamente.

De hecho, cada vez es más complicado determinar si el televisor está reproduciendo un contenido SDR (Standard Dynamic Range) o HDR (High Dynamic Range) ya que el televisor aplica perfiles de procesado del color, como el Efecto HDR, que amplía el rango tonal del contenido y mejora su brillo y contraste.

Para los más puristas del color cinematográfico, el LG GX que estamos analizando incluye perfiles específicos como el calibrado por la Imaging Science Foundation (Perfil ISF) para LG, en sus variantes ISF para habitaciones iluminadas o ISF para habitaciones a oscuras.

Tampoco podemos olvidarnos del Filmmaker Mode uno de los nuevos perfiles de color introducidos en 2020 que prescinde de parte del procesado para ofrecer una visión más cercana a los monitores de referencia que utilizan los creadores y cineastas durante el montaje de sus obras.

Teniendo todavía en la retina las sensaciones y los datos del LG CX que analizábamos hace algunos días, este LG GX nos deja con la sensación de entregar unos niveles de brillo ligeramente superiores alcanzando picos puntuales por encima de los 800 luxes en contenido HDR.

Nuestras mediciones así lo confirman, aunque de una forma muy leve que bien podría deberse al cambio de tamaño en el panel o a la propia fabricación del panel ya que estas ligeras variaciones en rendimiento pueden darse incluso en paneles teóricamente idénticos.

Es una lástima que este aumento de brillo se vea eclipsado por una superficie de pantalla tan propensa a mostrar reflejos, lo cual dificulta el visionado cuando el televisor se ha instalado en una estancia muy luminosa o cuando hay una ventana cerca, obligando a hacer uso de las cortinas o persianas para reducir la cantidad de luz ambiente.

La nueva iteración del procesador a9 también ha traído mejoras al tratamiento del movimiento en el LG GX que estamos analizando.

Estas mejoras se traducen en un ajuste más preciso en función del contenido con el modo OLED Motion Pro, que ajusta la intensidad del movimiento de forma más precisa o el modo Claridad Cinematográfica que aporta un buen equilibrio entre la suavidad que se espera en los contenidos de cine y un aporte extra de nitidez para las escenas de acción sin que se penalice el brillo.

Al igual que toda la gama OLED de LG en 2020, el LG GX viene muy bien equipado para ofrecer la experiencia gaming más completa, aunque no esté tan orientado a funcionar como un monitor de juegos como el LG CX.

Cuenta con cuatro conectores HDMI 2.1 completos que permiten desbloquear todo el potencial del GX como pantalla para jugar al conectarle una de las consolas de nueva generación o un ordenador gaming y jugar a resoluciones 4K y 120 Hz.

En este apartado LG no se ha conformado con añadir las funciones VRR (frecuencia de actualización variable) y ALLM (modo automático de baja latencia), sino que aporta algunas características específicas como el soporte para la tecnología de frecuencia variable Nvidia G-Sync o FreeSync Premium de AMD.

A estas mejoras orientadas al gaming se suma la implementación del nuevo estándar HGiG (HDR Gaming Interest Group) de la industria que establece perfiles de color HDR mejorados en aquellos juegos compatibles, por lo que el LG GX no solo podrá mostrar los juegos con resolución 4K con la fluidez que aportan los 120 Hz, sino que también lo hará con calidad HDR.

Los tiempos de respuesta y la latencia del LG GX se sitúan a los mismos niveles de los monitores dedicados, con unos valores de 1 ms de respuesta y una latencia de unos 13 ms al mostrar contenido HDR en 4K y 120 Hz.

WebOS 5.0 es uno de los sistemas con mejor conectividad

El LG GX no solo viene equipado con el último hardware de la compañía surcoreana, también hace gala de la última versión del sistema operativo WebOS 5.0 que, a nivel visual aporta algunos cambios menores con respecto a la plataforma de Smart TV que encontrábamos en los modelos de 2019 de LG.

Se ha potenciado la presencia del contenido recomendado en las apps instaladas, de forma que cuando se sitúa el puntero sobre el icono de la app en el carrusel de aplicaciones, aparecen las novedades y el contenido recomendado en una segunda hilera de miniaturas.

La oferta de aplicaciones es muy variada y no echamos de menos ninguna de las “imprescindibles” como son HBO, Spotify, Disney+ o las principales apps de proveedores de televisión y streaming de contenido.

La estructura de menús continúa prácticamente idéntica a la que presentaba la versión anterior, aunque hemos notado que en este modelo se mostraba un tanto más perezoso a la hora de iniciar las apps por primera vez tras el encendido o al acceder a una app con un extenso catálogo como Amazon Prime Video, la tienda de aplicaciones de LG, etc.

Aun así, webOS 5.0 continúa siendo uno de los sistemas más fluidos que pueden encontrarse en un televisor, aunque es cierto que está alcanzando un nivel de escalado que empieza a preocupar y corre el riesgo de convertir sus menús en un laberinto en el que resulte fácil perderse o no encontrar la función buscada.

Uno de los puntos fuertes de webOS 5.0 es, sin duda alguna, su capacidad de conectividad, algo que consideramos básico para un televisor de 2020, porque deberá formar ecosistema con consolas, ordenadores, equipos de sonido, dispositivos del Internet de las Cosas y distintos tipos de protocolos de comunicación entre dispositivos.

En esa línea, el LG GX permite vincular su mando a distancia de forma más o menos sencilla para controlar el funcionamiento de distintos dispositivos conectados al televisor como decodificadores de TV, barras de sonido, equipos de audio, reproductores, etc.

Además, el televisor cuenta con un amplio soporte para los ecosistemas del hogar conectado ya que en su interior conviven nada menos que tres asistentes de voz. Por un lado tenemos la inteligencia artificial de ThinQ de LG que permite conectar los dispositivos de la marca mediante comandos de voz y permite acceder a elementos de la configuración del televisor.

Por otro lado, también es posible activar las funciones de voz de Alexa y su ecosistema invocando al asistente de Amazon desde el botón de acceso directo a la app en el Magic Remote. El tercero en discordia es el Asistente de Google que proporciona soporte para el ecosistema de Google y resuelve las dudas generales y solicitudes de información del usuario.

Tampoco nos olvidamos de Apple ya que el LG GX de 55 pulgadas que estamos analizando también ofrece compatibilidad con este ecosistema mediante AirPlay 2 integrándose en HomeKit. Desde luego que, por compatibilidad y opciones de conectividad, no será.

60 W e inteligencia artificial que convencerán a la mayoría de usuarios

Durante todo nuestro análisis hemos estado tomando como referencia al LG CX para destacar las principales diferencias con este LG GX ya que ambos modelos comparten gran parte de su ADN. El sonido es uno de los aspectos en el que el GX saca músculo y destaca por encima del CX.

En el LG GX de 55 pulgadas confluyen varios factores que han propiciado una sustancial mejora en la calidad del sonido. Por un lado, el más evidente es el incremento en la potencia, que se sitúa en los 60 W con una distribución 4.2 que se traduce en unos bajos mucho más pesados y notorios, algo que le da un gran empaque al sonido integrado en el televisor.

Además, el aumento en el tamaño de pantalla hace posible una mayor separación de los actuadores, proporcionando una mejor direccionalidad del sonido, que se aprecia nítidamente como cambia su posición siguiendo el movimiento en pantalla y separando los diálogos en función de la posición de los actores.

En este ámbito se deja notar la presencia de la inteligencia artificial y el Dolby Atmos, ajustando ese posicionamiento y actuando como director de orquesta para modular la intensidad de los efectos especiales frente a los diálogos para que no se empasten.

Podemos decir, sin miedo a equivocarnos, que el sonido integrado que se obtiene con este LG GX será más que suficiente para la mayoría de usuarios, que apreciarán una mejora notable con respecto a la mayoría de televisores.

Sin embargo, algunos usuarios cinéfilos que querrán instalar un sistema de sonido o barra de sonido para exprimir al máximo la experiencia cinematográfica que ofrece este televisor OLED. No se les puede reprochar.

Contenido extra: barra de sonido LG SN9YG

Precisamente para ese grupo de inconformistas que no se conforman con un sonido aceptable sino que quieren obtener una experiencia de audio superior, LG ha diseñado su barra de sonido LG SN9YG junto al equipo de expertos en audio de Meridian.

Hacemos un inciso en el análisis del LG GX OLED para dedicarle unas palabras a esta barra de sonido que nos ha enviado LG junto a su televisor. En términos generales te podemos adelantar que la experiencia de audio ha mejorado considerablemente, sobre todo en el apartado de los bajos ya que este equipo incorpora un subwoofer inalámbrico dedicado que se deja notar en las escenas de acción.

El conjunto ofrece una potencia total de 520 W con una disposición 5.1.2 y soporte para Dolby Atmos y DTS: X. La mayor parte de la carga de trabajo recae sobre los controladores central y laterales integrados en una barra que clava el ancho del LG GX de 55 con unas dimensiones de 1220 x 57 x 145 mm.

Los cinco altavoces que forman el conjunto de altavoces laterales y centrales acaparan 40 W por canal (200 W en total), mientras que los altavoces que se encargan de impulsar el sonido hacia el techo entregan 50 W por canal. A pesar de esa potencia, la barra flojea en los efectos aéreos y acusa la falta de soporte de unos altavoces traseros que refuercen esa atmósfera de sonido.

Por su parte, el subwoofer inalámbrico sorprende por entregar unos bajos realmente contundentes en un tamaño relativamente compacto de 221 x 312,8 mm, aportando 220 W de potencia al conjunto.

Al igual que veíamos en el LG GX, la barra de sonido que tenemos entre manos también ofrece una amplia conectividad ofreciendo soporte integrado con el asistente de Google, conectividad WI-Fi, Bluetooth 5.0 y HDMI Passthrough para 4 y soporte e-ARC.

La barra permite configurar la distribución del sonido mediante distintos perfiles entre los que se encuentra el modo AI Sound Pro que aplica inteligencia artificial.

En líneas generales, el sistema de audio que propone la barra de sonido LG SNY9G ofrece un sonido muy bien direccionado y expansivo que aporta un sonido envolvente convincente para películas y series, particularmente aquellas con soporte Dolby Atmos, aunque, por su sencillez de elementos, no ofrece el mismo nivel de resultados que sistemas más completos con distribuciones 7.1.4.

La conexión e integración con el televisor e incluso con otros elementos como smartphones ha sido realmente sencilla gracias al asistente de Google y a las opciones de conectividad Bluetooth, lo que convierte a esta barra en un excelente complemento para llenar de sonido cualquier salón.

Eso sí, su precio no está al alcance de todo el mundo ya que el conjunto de barra de sonido y subwoofer se puede encontrar por 719,20 euros.

LG GX: el OLED que convencerá tanto a interioristas como a aficionados al cine

La ubicación del televisor acostumbra a ser una auténtica pesadilla para los decoradores de interiores. Es un elemento imprescindible en los salones por las satisfacciones que aporta en los momentos de ocio, pero no deja de ser un enorme rectángulo negro en medio del salón mientras no se utiliza.

El LG GX conseguirá convencer tanto a decoradores de interiores, por permitir una mejor integración en los proyectos de interiorismo, como a los aficionados al buen cine en casa por ofrecer una calidad de imagen realmente increíble.

A nivel de diseño, LG ha resuelto su trasera de una forma brillante, consiguiendo un chasis totalmente plano que queda completamente pegado a la pared que deja un aspecto minimalista y que, gracias a funciones como la Galería de arte, permite convertir el televisor en un cuadro.

A nivel de rendimiento el LG OLED GX no renuncia a nada y se equipara al resto de la gama OLED 4K de LG que integra el procesador a9 de 3ª generación y la máxima conectividad con soporte HDMI 2.1 para exprimir al máximo el potencial de las nuevas consolas.

La apuesta de LG por este modelo es realmente llamativa, dado que centra su diferenciación en la forma en la que va a ir instalado el televisor –colgado en la pared, concretamente— y no presenta grandes alicientes más allá de una mejora en el sistema de sonido.


LG GX es un televisor diseñado para instalarse colgado en la pared como un cuadro. El diseño de su trasera está pensado para que no quede ningún hueco entre el televisor y la pared. A nivel técnico, es un televisor OLED de gama alta con las últimas tecnologías de imagen y sonido.

El LG OLED GX de 55 pulgadas tiene un precio de 1.849 euros, mientras que el LG OLED CX de 55 pulgadas, que ofrece un rendimiento prácticamente calcado—con la salvedad de la potencia de sonido—, puede comprarse por 1.599 euros en Amazon.

Esta diferencia de precio deja clara la posición de LG para esta OLED GX de 2020: si quieres un televisor para colgarlo en la pared consiguiendo un ajuste perfecto, tu modelo es el LG OLED GX, mientras que si lo vas a instalar sobre un mueble, tal vez puedas ahorrarte algunos cientos de euros y apostar por un OLED CX sin renunciar a nada ya que, en esencia, ambos modelos comparten más del 90% de su ADN.

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