Llevaba desde los 15 años soñando con ello. Así que cuando tuvo la oportunidad, no la desaprovechó. 23 años después, aún sigue siendo el conductor que más rápido ha circulado por una carretera de Reino Unido.
Los seres humanos tendemos a admirar a los villanos. A aquellos que se saltan las normas, delinquen, e incluso ponen en riesgo vidas humanas. Kazuhiko Smokey Nagata es uno de ellos. En 1998 circuló a 312 Km/h en una carretera británica, y se convirtió en leyenda. ¿Qué habría pasado si hubiese chocado con otro coche?
Eran las 4 de la mañana del 4 de noviembre de 1998. Llovía y hacía mucho frío en la carretera A1. Pese a las condiciones adversas, Kazuhiko Nagata no se pensó. Había viajado desde Tokio hasta el Reino Unido solo para eso: pisó a fondo el acelerador de su Toyota Supra dorado de 1.003 CV, y se dispuso a alcanzar las 200 mph (unos 322 km/h). Las malas condiciones climáticas se lo impidieron. Llegó hasta los 312 Km/h, antes de ser detenido por la policía.
Lo que ocurriera después, le daba igual. Al menos había cumplido un objetivo: ser el conductor más rápido en una carretera de Reino Unido. Un récord que, suponemos para bien, aún no ha sido superado.
Nagata pasó la noche en comisaría, hasta que encontraron traductor de japonés, ya que no hablaba inglés. Tuvo que pagar 195 libras, le quitaron el carnet internacional por un mes, y le expulsaron de Reino Unido por un plazo de 10 años.
«Tuve suerte, creía que iba a ir a la cárcel«, reconoce Kazuhiko Nagata en una entrevista en Top Gear. «Hice lo que hice y pasó lo que pasó. Sé que no es lo correcto y por eso fui a comisaría«.
Nagata es una de esas personas que lleva la velocidad en la sangre. A los 15 años se compró su primer coche e iba conduciendo a la escuela, pero fue expulsado porque en Japón no se puede conducir hasta los 16.
Entró a trabajar como mécanico con esa edad en Totoya, el más joven de la historia, pero fue despedido años después por comprarse un Celica para modificarlo por su cuenta.
Montó su propio taller de preparaciones llamada Top Secret, en donde tuneaba los coches para correr más rápido, y fue así como le contactó la revista Max Power para que intentase batir el récord de velocidad del Reino Unido.
Smokey, el apodo con el que se le conocía, aceptó el reto. Por eso la hazaña está grabada de forma profesional. Aquí le puedes ver adelantando vehículos a más de 300 Km/h:
Smokey se convirtió en una leyenda mundial, en una época en la que Internet comenzaba a despegar, y la mítica saga de películas Fast & Furious aún no se había estrenado. Se hizo tan famoso que incluso un jeque árabe compró su Toyota Supra, por una millonada.
Por sus declaraciones parece que aprendió la lección, pero no fue así. Tuneó otro GT-R R35 y alcanzó los 370 Km/h en un túnel de Tokio. Sí, otra carretera abierta.
A sus 56 años, aún no ha dicho su última palabra. Su próximo objetivo es llegar a los 400 Km/h.
Si quieres leer la historia y la entrevista completa a Kazuhiko Nagata, apareció publicada en el número 24 de Top Gear España.