Era una completa locura, y por eso nunca se puso a la venta. El Pontiac Ghost Car, el primer coche transparente, se desveló en 1939. Sirvió para presentar un nuevo material al público: el plexiglás.
Las ferias de coches son el lugar ideal, quizá el único posible para presentar modelos extravagantes de vehículos. Transportes que nunca recibirían el permiso para circular. Es el caso del Pontiac Ghost Car, el Pontiac Fantasma, el primer coche transparente fabricado en Estados Unidos.
Se presentó en 1939 en la Feria Mundial de Nueva York. Un segundo modelo se construyó un año después para una feria de San Francisco, pero solo se ha podido seguir la pista a uno de ellos. El otro debe estar en alguna colección privada.
Pontiac era una popular marca de General Motors, que la mantuvo entre 1926 y 2010. Para fabricar el Pontiac Ghost Car, que estaba basado en el modelo Pontiac Deluxe Six, buscó la colaboración de Rohm & Haas, la compañía que había inventado apenas tres años antes el plexiglás, un plástico transparente que aún se utiliza actualmente.
Era una colaboración beneficiosa para ambas partes: Pontiac conseguía un vehículo único y espectacular para mostrar en las ferias, y Rohm & Haas promocionaba su Plexiglass, que aún era poco conocido.
Para crear este Pontiac Ghost Car no se limitaron a cambiar el metal de la carrocería por plástico transparente. Como se ve en las fotos todas las piezas, aunque son las mismas que el modelo de calle, han sido personalizadas.
Las partes metálicas están cromadas, y las gomas y materiales blandos, son de color blanco.
El resultado es un sedán completamente funcional (las puertas y el capó se abrían y cerraban). pero que no podía circular por carretera debido a la debilidad de su carrocería.
Estos dos Pontiac Ghost Car se exhibieron durante años en ferias y concesionarios de la marca. Como hemos comentado a uno de ellos se le perdió la pista, pero el modelo de 2019 se subastó en 2011, en donde alcanzó una cifra de venta de 308.000 dólares.
El Pontiac Ghost Car tenía un motor en L de seis cilindros, y tres marchas manuales. Podía superar los 100 Km /h, y en el momento de la subasta tan solo había circulado durante 86 millas.
Su coste de fabricación fue de 25.000 dólares de 1939, lo que equivale a unos 500.000 dólares en nuestros días.