Una pasta que se venderá en cartuchos, diez veces más potente que una batería eléctrica. ¿Estamos ante una revolucionaria alternativa a la gasolina… y la electricidad?
El cambio climático y la contaminación han disparado todas las alarmas… y han puesto a los mejores científicos a trabajar. Y los resultados ya están llegando. Los coches eléctricos ya son una realidad, pero hay nuevas alternativas que podrían resultar incluso más ventajosas, como la misteriosa pasta de hidrógeno desarrollada por el Instituto Fraunhofer-Gesellschaft alemán.
Quizá el nombre te suene, ya que el Instituto Fraunhofer es un centro de investigación multidisciplinar, dedicado a todo tipo de ciencias. Entre otras muchas cosas, son los inventores del formato MP3.
Pero su mayor logro podría ser éste: la pasta de hidrógeno o, como la llaman ellos, la pasta energética. ¿Qué te parecería cambiar la gasolina o el gasoil, incluso las baterías eléctricas, por unos cartuchos de hidrógeno que puedes comprar sin ir a una gasolinera y activar con agua, con la misma autonomía que la gasolina?
El hidrógeno es una alternativa viable como combustible para el transporte. Ya existen muchos vehículos de hidrógeno. El problema reside en el transporte y el almacenamiento.
Es un gas de baja densidad, es decir, requiere mucho más espacio que la gasolina o las baterías para almacenar la misma cantidad de energía. Además debe almacenarse a alta presión, o a muy baja temperatura, o una combinación de ambas.
La magia de esta pasta de hidrógeno es que se almacena a temperatura y a presión ambiente. Es una pasta que se distribuirá en forma de cartuchos que se podrán llevar en el bolsillo o en el maletero del coche, por ejemplo.
Tal como nos cuenta nuestra compañera Marta Godoy en Business Insider, esta pasta de energía es en realidad hidruro de magnesio. Al mezclarse con agua, va liberando hidrógeno poco a poco a la celda de combustible, para alimentar el motor del vehículo.
La gran ventaja de esta tecnología es que esta pasta se puede transportar en forma de cartuchos a temperatura y presión estable, ocupando mucho menos que los tanques de hidrógeno, y con mucha menos inversión para las gasolineras o el transporte.
E incluso podrá venderse en otros establecimientos que no son gasolineras. Los usuarios solo tendrán que introducir este cartucho en sus vehículos, y mezclarlo con agua para que se produzca la reacción química que libere hidrógeno.
Además su densidad energética es 10 veces más elevada que una batería eléctrica. El Instituto Fraunhofer asegura que la autonomía de los vehículos es la misma que en los coches de combustión. Con la ventaja de que el hidrógeno no contamina.
Y como se pueden fabricar cartuchos de distinto tamaño, también se podrá usar con motos, e incluso drones.
El Instituto Fraunhofer está tan convencido de su éxito, que va a construir una planta piloto en el Centro de Proyectos Fraunhofer para Sistemas y Almacenamiento de Energía, en la ciudad alemana de Braunschweig. A finales de 2021 ya producirá 4 toneladas anuales de esta revolucionaria pasta de hidrógeno.