La ansiedad no acostumbra ser buena compañera para aquellas personas que la padecen comúnmente, más aún si consideramos una situación atípica donde nos vemos privados de llevar adelante nuestras rutinas. Esto puede conducir a un incremento de síntomas de malestar físico y psíquico como correlato de la sensación de prisión y limitación que muchas veces los profesionales de la salud mental escuchamos en consulta.
¿Quién no ha sentido ansiedad alguna vez? Entendamos que esta es una respuesta adaptativa que te prepara para hacer frente a situaciones de peligro, ya sean reales o imaginarias. Ahora bien, ¿qué pasa cuándo esta respuesta nos genera tanto nivel de malestar que nos PARALIZA? Ahí podemos decir que estamos frente a un cuadro que puede desembocar en estrés u otro tipo de manifestación que comprometa nuestro funcionamiento social, laboral y/o emocional.
De allí, que resulta importante estar conectados con nuestras emociones y sentimientos para identificar si es que nuestra ansiedad está en un nivel manejable y coherente con la situación o si sentimos que es más fuerte y por lo tanto requiere de ayuda profesional.
En cualquiera de los casos puede resultar de utilidad poner en práctica las siguientes recomendaciones:
1. Identificar la fuente de aquello que nos genera ansiedad y reflexionar sobre nuestros recursos para abordarlo. Esto te ayudará a tener una visión más realista y menos catastrófica de la situación.
2. Aprender a comunicar lo que nos ocurre a personas cercanas para que nos puedan apoyar, auxiliar y brindar su punto de vista para que podamos contrastar nuestras ideas con respecto a lo que nos ocurre.
3. Mantén una actitud positiva y piensa en el esfuerzo colectivo para salir de esta situación que pasará.
4. Considerar que la crisis de ansiedad tiene un inicio y por lo tanto un fin. Tener en cuenta esto te ayudará a mantener la calma.
5. Si a pesar de poner en práctica estas recomendaciones, el malestar persiste, no dudes en buscar ayuda profesional.
Por último, frente a una crisis de ansiedad intenta mantener la calma y recuperar un nivel adecuado de respiración, concentración y relajación, para ello es necesario evocar pensamientos positivos que te ayuden a superar el mal momento. ¡Atrévete a mantener el control de la situación!
NOTA: “Ni GRUPORPP ni sus directores, representantes o empleados serán responsables bajo ninguna circunstancia por las declaraciones, comentarios u opiniones vertidas en la presente columna, siendo el único responsable el autor de la misma”.