Existen muchos complementos alimenticios que aportan muchos beneficios sin necesidad de que afecten a nuestra a dieta, o a nuestros gustos. La espirulina es uno de ellos.
Reforzar las defensas, eliminar toxinas o reducir el colesterol y la tensión arterial a veces es posible con un sencillo gesto, que no exige ningún esfuerzo por nuestra parte, más allá de tomar un comprimido o echar una cucharadita de un complemento alimenticio en polvo en la comida.
La espirulina, también llamada spirulina, comúnmente se la conocía como un alga, pero estudios recientes parecen indicar que en realidad es una cianobacteria con forma de espiral (de ahí su nombre) que se vende prensada en forma de comprimidos, o en polvo. Aunque también se puede comer de forma natural cocinada, o en tortas.
La espirulina contiene altos niveles de clorofila, muy eficaz para eliminar las toxinas del cuerpo y estimular el sistema inmunológico. Además ayuda a reducir el colesterol y baja la presión arterial. Tiene 26 veces más calcio que la leche, contiene hierro, fósforo, magnesio, vitamina A, vitamina K, vitamina E y vitamina B2, B3 y B6, incluyendo aminoácidos, omega 3,6 y 9. Pero lo que ahora llama la atención de los médicos y nutricionistas, es la calidad de sus proteínas, como vamos a ver.
Aunque es un superalimento que se ha puesto de moda hace poco, según nos cuentan Tomás Lafarga, Investigador del área de Ingeniería Química de la Universidad de Almería y Ana Sánchez Zurano, Investigadora en Biotecnología de Universidad de Almería en The Conversation (vía TICbeat), ya se consumía hace 800 años.
En el siglo XIII el Imperio Kanem consumía tortas de espirulina en África. Unos siglos más tarde, los aztecas recolectaban este alimento del lago Texcoco. Lo llamaban Tecuitlatl y era el producto más cotizado en los mercados.
Como hemos dicho, los últimos estudios indican que la espirulina es el alimento con más proteínas del mercado, y además son de la más alta calidad.
Las proteínas contienen aminoácidos, que son esenciales para la vida. El cuerpo produce unos pocos aminoácidos, pero otros debemos incorporarlos a través de la dieta.
El problema que tenemos ahora es que la mayoría de las proteínas que consumimos provienen de la carne y los huevos, y su producción es cada vez menos sostenible, porque es una gran fuente de contaminación, gases de efecto invernadero y consumo de recursos. Por eso en muchos países, como en Nueva Zelanda, ya están reduciendo la producción de ganado.
La ventaja de la espirulina es que su producción es muy ecológica. Solo necesita luz solar para crecer y además su fotosíntesis es más eficiente que la de las plantas, así que convierten el CO2 en oxígeno, limpiando el aire.
Todas estas propiedades han hecho que la espirulina sea uno de los principales alimentos que los astronautas llevarán en los viajes a la Luna y Marte.
Si quieres probar, esta la venta en Amazon en forma de comprimidos o en polvo.