Xiaomi Redmi Note 10 Pro, análisis y opinión | Tecnología

Hace semana y media nos llegó el Redmi Note 10 Pro y os ofrecimos, tras unos tres días de uso como móvil principal, unas primeras impresiones en las que os contamos qué nos estaba pareciendo lo nuevo de Xiaomi y, sobre todo, cómo nos estaba sorprendiendo cada vez que lo teníamos entre manos.

Xiaomi, apretada por una realme que ha entrado con fuerza en el mercado español, está vistiendo sus mejores galas y cuenta con dispositivos para prácticamente todos los bolsillos. 

Esta familia de Redmo con el Redmi Note 10 Pro a la cabeza es un ejemplo de cómo, por debajo de los 300 euros, puede ofrecer cuatro dispositivos que se adaptan a diferentes economías personales y que ofrecen características distintas para intentar satisfacer a un amplio grupo de usuarios.

Y es que, además del Note 10 Pro que analizamos a continuación, tenemos los Note 10 y Note 10 S, seguidos de un Note 10 5G que se coloca por debajo de los 200 euros. Ahora, sin embargo, vamos con el tope de gama de la familia, un Note 10 Pro que se ha convertido en uno de los móviles más sorprendentes de los últimos meses.

  Redmi Note 10 Pro
Pantalla Panel AMOLED de 6,67″ | Resolución FullHD+ de 2.400 x 1.080 píxeles | Densidad de 394 ppp | HDR10 | Refresco de 120 Hz | Muestreo de 240 Hz | Pico de brillo de 1.200 nits | Gorilla Glass 5
Procesador Snapdragon 732G
Memoria RAM 6 GB LPDDR4X
Almacenamiento 128 GB UFS 2.2 | Ampliable mediante microSD
Cámaras principales Principal de 108 Mpx f/1.9 con sensor 1/1,52″ | Gran angular de 8 Mpx f/2.2 | Telemacro de 5 Mpx f/2.4 | Profundidad de 2 Mpx f/2.4
Cámara frontal 16 Mpx f/2.45
Batería 5.020 mAh | Carga de 33 W | Cargador incluido en la caja
Sistema operativo Android 11 + MIUI 12
Dimensiones y peso 164 x 76,5 x 8,1 mm | 193 gramos
Precio 279 euros

Análisis del Redmi Note 10 Pro por apartados:

Las apariencias engañan, en el mejor de los sentidos

Vamos a empezar el análisis del Redmi Note 10 Pro hablando de un apartado que ‘engaña’. Hay cifras como la pantalla SuperAMOLED a 120 Hz, los 5.020 mAh de batería o la cámara principal que imponen en esta gama, pero cuando tienes el móvil entre manos te das cuenta de que debería ser más caro.

No me malinterpretéis, 279 euros es un precio de lo más atractivo que va a acercar esas tecnologías y ‘altas cifras’ al gran público, pero lo que no esperas que entre las manos el diseño y las sensaciones sean tan, tan buenas

Estamos ante un móvil que no es pequeño con sus 164 mm de alto y sus 76,5 mm de ancho. Son unas medidas ‘estándar’ para su pantalla de 6,67″ que ocupa prácticamente el 86% del frontal, pero vemos un avance respecto a la generación anterior.

Los Note 9S y 9 Pro que analizamos hace unos meses tenían un buen tacto gracias al cristal de la trasera, algo nada habitual en esta gama, pero lo cierto es que las dimensiones del móvil estaban peor aprovechadas y, además, el grosor era elevado por culpa de la batería.

Xiaomi ha logrado reducir el perfil a 8,1 mm sin sacrificar ni un mAh de batería, algo que hay que alabar, pero además el móvil en general tiene un aspecto más premium gracias a un bonito módulo de cámara, a un color interesante (aunque como tiene acabado mate, las huellas son una fiesta) y a un frontal muy bien aprovechado.

La cámara sobresale y tiene dos niveles, pero si ponemos la funda incluida en la caja, los bordes cubren ese grosor extra del módulo de cámaras y, repito, me parece un módulo bastante bonito tanto por la disposición de las lentes como por el detalle plateado que resalta la cámara principal.

Las esquinas y los laterales son redondeados gracias a un cuerpo de cristal 2,5D y es un móvil cómodo entre manos. No me ha parecido más resbaladizo de lo habitual este material y los laterales de plástico con acabado mate potencian la sensación de buen agarre.

En el lateral derecho encontramos los botones de volumen y el de bloqueo que, además, funciona como sensor de huellas. Es un sensor realmente rápido y, de hecho, creo que Xiaomi pule más y más la animación de desbloqueo por huella para que en cada nuevo móvil sea más rápida. 

De verdad, es un escándalo lo rápido y preciso que es el sistema, pero me alegra ver que el desbloqueo facial también ha mejorado respecto al Note 9 Pro. Y es que, por huella iba muy bien, pero el desbloqueo mediante la foto de Android era algo lento… y ya no pasa con la nueva generación.

Es un sistema realmente rápido y que podemos configurar para que se desbloquee automáticamente cuando detecta nuestro rostro, aunque en este caso me gusta que muestre el ‘check’ en lugar de pasar directamente al sistema. Eso sí, necesita algo de luz porque, al no tener infrarrojos, no puede ver en total oscuridad. Esto es lo normal en este sistema, vaya.

En el lateral izquierdo tenemos un módulo para una DualSIM y, además, para una microSD, todo a la vez. En la parte superior y en la inferior tenemos un diseño totalmente plano con un puerto de infrarrojos más una salida de audio en la parte superior y un micrófono, el USB-C y el altavoz principal en la parte inferior.

Si pasamos al frontal nos encontramos el mencionado panel de 6,67″ para una pantalla plana. Tiene unos marcos algo pronunciados, sobre todo en la barbilla, pero no es algo realmente exagerado o que moleste y que es, en términos de diseño, el único indicador de que estamos ante un móvil de este precio.

El orificio para la cámara frontal está en el centro de la parte superior y cuenta con un diámetro de 3 milímetros, como la de los últimos Samsung tope de gama. Es una reducción de tamaño importante respecto a la generación anterior y encaja genial en la barra de notificaciones.

Es, en definitiva, un móvil que, como decía, parece más caro de lo que realmente es, y lo cierto es que vemos un esfuerzo por parte de Xiaomi para crear un diseño mucho más estilizado y atractivo que el de la generación anterior sin que el precio aumente demasiado.

¡Ah! Por cierto, Xiaomi es una compañía que no acostumbra a poner certificación IP68 en sus móviles porque cuesta un dinero el tener esa ‘licencia’, pero sus móviles suelen llegar con cierta resistencia a los elementos y una junta tórica en la ranura de SIM para protegerla. Ahora sí tenemos certificación IP53 contra gotas de lluvia y polvo.

No es tan eficiente como la IP68 que permite que el móvil se nos caiga a la bañera sin que, teóricamente, pase nada, pero al menos vemos otro esfuerzo de la compañía china en el sentido de asegurar cierta protección.

Palabras mayores con altavoces estéreo y SuperAMOLED de 120 Hz

Aunque en diseño ya se nota el interés por hacer un móvil ‘premium’ dentro de su categoría, en cuanto encendemos la pantalla tenemos otro ejemplo de hasta qué punto Xiaomi ha apostando por componentes ‘TOP’ confiando en una gran cantidad de ventas potenciales para cubrir costes y generar beneficios.

Y es que, estamos ante un panel AMOLED de Samsung que cuenta con una resolución FullHD+ de 2.400 x 1.080 píxeles. Esto se traduce en una densidad de 395 píxeles por pulgada que es más que suficiente para disfrutar del contenido que tenemos en pantalla, tanto juegos como multimedia y aplicaciones de redes sociales. 

Los ángulos de color no son los mejores, al menos en mi unidad, tirando a degradados cuando vemos el móvil a más de 45º, pero sinceramente, no vamos a ver casi nunca el terminal desde ese ángulo y es una mera apreciación. 

Los colores son vivos, tenemos diferentes opciones de personalización tanto del tono como del procesado y ver vídeos, jugar a videojuegos y consumir, en definitiva, contenido audiovisual es una auténtica delicia, incluso el HDR.

En el panel vemos evolución frente al IPS ‘estándar’ que montaba la generación anterior, pero además hay buenas noticias tanto en el refresco como en el brillo. Empezando por esto último, contamos con un brillo típico de 450 nits y un máximo de 1.200 nits, todo esto según Xiaomi.

Como siempre, nos gusta medir las cosas y hemos sacado nuestro sensor para comprobar que, efectivamente, tenemos un brillo que no solo es alto, sino muy, muy equilibrado gracias a una media de 777,9 Lux en modo automático con una desviación de 8,3 Lux (muy poco) y un modo de altos brillos que se activa en exteriores de 1.226,2 Lux (muy, muy bien) con una media de tan solo 8,6 Lux.

Es decir, estamos hablando de una pantalla muy brillante que no os va a dar problemas de visualización en ninguna situación y, además, con un brillo muy estable a lo largo de todo el panel. Además, el sensor de brillo automático funciona realmente bien, siendo rápido y preciso.

Por otro lado tenemos un refresco adaptativo de 120 Hz que se ajusta al contenido desde los 30 fps a los 120 fps. Y esto no es tan habitual en esta gama. Hay móviles que cuentan con 120 Hz en paneles IPS por debajo de los 300 euros, pero no es lo normal tener un panel AMOLED con buen brillo y 120 Hz por el precio del Redmi Note 10 Pro.

El muestreo es de hasta 240 Hz y, en definitiva, eso significa que vamos tener una respuesta prácticamente inmediata al tocar el panel. Esos 120 Hz hay que activarlos en el menú de configuración porque mi unidad venía a 60 Hz y la verdad es como la noche y el día.

Gasta más batería, sí, pero qué queréis que os diga, prefiero menos autonomía y una sensación espectacular a la hora de navegar por aplicaciones que tienen scroll y por más fps en juegos compatibles.

Sobre el audio, tenemos altavoces estéreo. No es lo normal en esta gama, pero hemos visto que Xiaomi ha metido altavoces estéreo, incluso, en el Poco M3 –análisis-, por lo que es una muy buena noticia tener una pareja de altavoces en este terminal.

A ver, los dos no tienen la misma potencia, ya que el inferior es el que realmente ‘pega’ bien y el superior es el auricular de llamadas que repite esos orificios que ya vimos en el Mi 11 y en el mencionado Poco M3 para que el sonido tenga otra vía de escape y gane algo más de cuerpo.

Y el sonido es… bueno, sin más. Tiene un volumen considerable y, aunque le falta pegada en los graves, no distorsiona en los agudos ci el volumen al 70%. Es más que suficiente para disfrutar de vídeos y juegos, aunque si tenéis auriculares a mano, mejor.

Y sí, es compatible con auriculares por el jack de toda la vida y tenemos un ecualizador con diferentes perfiles para los que quieran personalizar la experiencia. 

Además, y esto me gusta mucho en Xiaomi, contamos con un modo de accesibilidad que permite activar diferentes modos y perfiles dependiendo de nuestro rango de edad para que personas mayores aprecien mejor diferentes frecuencias. 

Un Snapdragon 732G que cumple en todo lo del día a día y juegos

Un diseño atractivo con materiales de calidad, una batería que da la talla, una pantalla espectacular en su gama y una cámara de 108 Mpx que ahora veremos. ¿Dónde está el truco? Pues el truco está en el interior.

Y es que, estamos viviendo una época en la que encontrar los nuevos procesadores, como el Snapdragon 765, puede ser complejo debido a la falta de stock y eso haría que el precio, seguramente, se disparara, por lo que Xiaomi ha apostado por un chip conocido de 2020.

Se trata de un Snapdragon 732G que la propia Xiaomi ya montó en su Poco X3 NFC y que tanto nos gustó en ese terminal. Está acompañado por 6 GB de RAM LPDDR4X y lo cierto es que sí, nos habría gustado tener un procesador más nuevo, pero hay que tener dos cosas en cuenta.

La primera es que es una evolución del SD 720G del Redmi Note 9 Pro. Es un procesador de ocho núcleos en el que dos van a 2,3 GHz y otros seis a 1,8 GHz junto a la Adreno 618 como GPU. La segunda es que es un procesador que rinde muy, muy bien en prácticamente todas las situaciones.

Ahora es el turno de poner nuestra tabla de test sintéticos, pero con Xiaomi a veces ocurre que, en algunos test, el terminal falla. Eso nos ha pasado con Geekbench (versiones 4 y 5) y con 3D Mark en esta ocasión, por lo que solo tenemos los resultados de AnTuTu y el de PC Mark:

  Redmi Note 10 P POCO X3 NFC Realme 7 Pro Oppo Reno 2 Motorola Moto G 5G Plus
Procesador SD 732G SD 732G SD 720G SD 730G SD 765
AnTuTu 290.775 284.403 287.836 264.032 303.413
PC Mark 8.186 8.225 7.883 7.351 8.269

Afortunadamente, AnTuTu nos permite ver la puntuación global del terminal y PC Mark se centra en el procesador, sobre todo, y como podemos ver, los números superan a los de la generación anterior y están a la par de los del Poco X3 NFC, por lo que el rendimiento bruto es muy, muy parejo.

La memoria es UFS 2.2 y, en esta ocasión, el móvil sí nos ha dejado pasar nuestro test habitual:

Rendimiento de memoria Redmi Note 10 Pro Redmi Note 9 Pro Poco X3 Oppo Reno 4Z Realme 7
Escritura secuencial 209,29 MB/s 102,88 MB/s 200,24 MB/s 157,41 MB/s 145,95 MB/s
Lectura secuencial 415,19 MB/s 420,32 MB/s 495,76 MB/s 488,54 MB/s 233,69 MB/s
Escritura aleatoria 19,38 MB/s 19,29 MB/s 14,73 MB/s 23,50 MB/s 17, 19 MB/s
Lectura aleatoria 17,25 MB/s 14,06 MB/s 19,03 MB/s 15,51 MB/s 4,89 MB/s
Velocidad de copia en memoriia 4,83 GB/s 4,75 GB/s 4,76 GB/s 6,10 GB/s 4,9 GB/s

En el día a día, estamos ante un móvil muy estable que puede mover prácticamente cualquier aplicación pesada sin problemas. Hay algunas excepciones como Fortnite o Genshin Impact en los que tendremos un apartado gráfico y de rendimiento inferior al de móviles más potentes, pero hay que tener en cuenta que estamos hablando de dos de los juegos más punteros en un hardware móvil.

Lo bueno es que no he notado que el móvil se caliente con estos juegos, por lo que es una buena noticia. Las aplicaciones van como deben ir, la multitarea es correcta y lo cierto es que no he tenido queja del comportamiento del móvil en estos días. Ahora bien, Xiaomi… hay que ponerse a optimizar MIUI.

MIUI 12, otra vez, debe ponerse las pilas en optimización

El Redmi Note 10 Pro llega con Android 11 como base con MIUI 12.0.2 como capa del sistema. A estas alturas no hay que presentar MIUI y, aunque faltan algunas características que sí tenemos en móviles más TOP de la propia compañía, como los superfondos de pantalla que están en el Mi 11 y aquí no, tenemos un sistema que sigue siendo de los más completos en lo que a personalización se refiere.

Tenemos modo oscuro, diferentes modos de configuración de pantalla más allá de la personalización del color, un modo de always-on display que no es tan profundo y rico como el de móviles de gama alta de Xiaomi, pero que nos permite cambiar el diseño de los relojes y cómo muestran notificaciones, así como el nuevo centro de control.

Podemos optar por el centro de notificaciones tradicional que tiene accesos rápidos, pero también podemos disociar este panel y, si tiramos de la mitad superior izquierda ver notificaciones con los parámetros de configuración y acceso rápido si tiramos de la mitad derecha. Si venís de iOS, esto os será muy familiar.

Hay un modo juego que optimiza el rendimiento del sistema para los juegos y que nos permite adaptar tanto la sensibilidad como una serie de zonas de la pantalla en la que se restringen los toques para, así, no tener falsos positivos a la hora de jugar. Es algo interesante y que gustará a los más jugones.

Hay mucho, muchísimo bloatware, anuncios que podemos desactivar, eso sí, y tenemos un montón de, como decía, parámetros dentro de cada apartado de configuración para adaptar el terminal al milímetro. Y sí, tenemos Google Discover.

Eso sí, aunque MIUI me gusta, porque es un sistema que me encanta, realmente, noto que hay cada vez más terminales en los que el sistema en sí no está optimizado. Dentro de cada aplicación y en los juegos, no hay ninguna queja, ya que el rendimiento es acorde al SoC que montan, pero abriendo el menú de configuración y algunas aplicaciones, noto algunas ralentizaciones que no deberían estar ahí.

Xiaomi es consciente y, de hecho, de la versión 12.0.1 con la que nos entregaron al móvil a la 12.0.2 hemos notado una mejora. Las notas del parche, de hecho, hacían referencia a mejoras de estabilidad y velocidad en el sistema, por lo que Xiaomi está al tanto del problema.

Veremos si actualizan alguna vez más de cara al lanzamiento del terminal, pero es de suponer que el terminal tenga soporte durante bastante tiempo, ya que no está confirmado, pero viendo que el Redmi 9 está en la lista de móviles que se actualizarán a MIUI 12.5, el Redmi Note 10 Pro también debería.

Cuatro cámaras con un muy buen sensor de 108 Mpx y un macro que vas a querer usar

Ya sabéis que en ComputerHoy prestamos una atención especial a las cámaras. Y es que, aunque sea un móvil de 150 euros, al final todo el mundo utiliza la cámara del teléfono bien para ‘fliparse’ y crear contenido (mi caso) o para simplemente inmortalizar momentos familiares.

Prácticamente cualquier teléfono por encima de esos 150 euros es capaz de hacer buenas fotos y cuando hablamos de terminales de 250 para arriba, la pelea empieza a ser encarnizada. Los sensores principales han mejorado mucho estos últimos años y la gran mayoría de teléfonos montan los mismos sensores de 48 o 64 megapíxeles.

Cambia el procesado de la foto, pero el sensor y las lentes suele ser el mismo. Eso sí, siempre hay quien se desmarca y vamos a ver teléfonos por debajo de 300 euros como el realme 8 Pro con 108 Mpx, igual que lo que tenemos en este Redmi Note 10 Pro.

Estos dos van a ser los primeros en montar estos enormes sensores y, aunque los megapíxeles no lo son todo, es algo que conlleva ventajas. La primera es que el sensor es realmente grande, de 1/1,52″ y la apertura es f/1.9. 

El tamaño del píxel a 108 Mpx no es destacable, siento de 0,7 micras, pero este terminal hace una cosa bastante bien, y es crear un ‘superpíxel’, como lo ha definido Xiaomi. Mediante la técnica del pixel binning juntan nueve píxeles para crear un píxel mayor de 2,1 micras con una foto resultante de 12 Mpx.

Vamos a poder tirar a resolución completa, sí, y esto va a servir para hacer un recorte de la imagen y suplir la carencia de teleobjetivo. El rendimiento es bueno y realmente no podemos pedir, siendo realistas, un telefoto en un móvil de este precio, por lo que los 108 Mpx solucionan la papeleta. 

Antes de poner los ejemplos, os recordamos que en este enlace tenéis las fotos sin comprimir tal y como salen del teléfono.

Eso sí, si ponemos al lado una imagen de 108 Mpx y la misma, pero en modo automático de 12 Mpx, vemos que el balance de blancos y el rango dinámico es mucho mejor en la de 12 Mpx. De hecho, las de 108 Mpx se van a un tono verdoso que no es demasiado atractivo. Esto es algo que espero revise Xiaomi y arregle con una futura actualización.

Además, al 732G le vienen grandes los 108 megapíxeles y, si hacemos una foto a resolución completa, es mejor que no nos movamos durante un segundo y medio tras hacer la fotografía, ya que si no tendremos una bonita foto movida.

Pero pasemos a la cámara principal en modo automático porque tenemos una cámara que cumple, y muy bien, en prácticamente todas las situaciones. Con el HDR automático, el software y el sensor rinden muy bien en prácticamente todas las situaciones.

Es verdad que no he tenido el cielo más bonito durante estos días de análisis del Redmi Note 10 Pro, pero en las situaciones más desfavorables es donde los buenos móviles sacan pecho, y estoy realmente contento con el resultado tanto en exterior como en interior.

Es verdad que en interior hay más ruido, pero son fotos perfectamente usables. El retrato me ha gustado y me parece que hace un buen recorte, pero esto es más mérito del software que de la cámara de profundidad que, básicamente, es para poder decir que tiene cuatro cámaras.

El selfi me parece de calidad gracias a la cámara frontal de 16 Mpx f/2.5. Y sí, el recorte por software también me parece acertado.

Ahora bien, una cámara que suele estar de pegote, pero que tiene sentido en este Redmi Note 10 Pro es el macro. Bueno, telemacro, perdón. Se trata de una cámara que realiza una magnificación y que permite enfocar a una distancia muy cercana para tener esas fotos ‘macro’.

Son 5 megapíxeles, por lo que no vamos a poder hacer un recorte, pero es que no hace falta. Me gustan los colores, me gusta la cierta nitidez que tiene, el procesado, lo cerca que enfoca y el ‘bokeh’ que consigue. Y sí, es un macro y el uso va a ser muy específico, pero ostrás, es mejor que la inmensa mayoría de macros en móviles.

De hecho, es el mismo que han montado en el Xiaomi Mi 11 y que, de nuevo, me encantó.

Por último, tenemos un gran angular de 8 megapíxeles f/2.2. Si no eres muy exigente, es un gran angular que cumple. No deforma demasiado las líneas en los laterales de la imagen para un uso puntual está bien, pero para un uso artístico le falta un mejor procesado de las sombras y nitidez, sobre todo, ya que esos 8 Mpx no dan para mucho.

Sobre el vídeo, hay buenas y malas noticias. La resolución máxima es 4K30 y la verdad es que no recomiendo grabar a esa resolución si vais a moveros. Si utilizáis un estabilizador, no tendréis problemas, pero si grabáis a mano debéis tener en cuenta que el estabilizador electrónico no existe en este modo.

Por otro lado tenemos un modo a 1.080p que sí cuenta con un estabilizador. Lo que hace es capturar a una resolución mayor, imaginamos que 4K, para hacer un recorte y estabilizar por software. El resultado es bastante aparente aunque, claro, se pierde nitidez.

Lo bueno es que en vídeo vemos una mejora respecto a la generación anterior, ya que el rango dinámico es mejor y tenemos unas zonas con sombra que ya no aparecen subexpuestas.

Y, en definitiva, es una cámara versátil que se apoya mucho en un buen sensor principal, en un modo de 108 Mpx si queremos realizar recorte y en un macro que puede que os despierte una vena creativa que no sabíais que estaba ahí. Y, desde luego, un conjunto de cámaras muy solventes en su gama.

5.020 mAh a los que se les puede sacar ‘chicha’ y carga de 33 W

En la autonomía, el Redmi Note 10 Pro saca buena nota. Tenemos una ‘pila’ de 5.020 mAh que es exactamente la misma que vimos en la generación anterior. Como ya he comentado, me parece loable el hecho de que Xiaomi haya creado un terminal más compacto sin renunciar ni a un mAh.

Antes de pasar a la parte subjetiva, hay que decir que en el test sintético con el brillo al 100% tenemos una autonomía 8:03 horas. Es una cifra correcta teniendo en cuenta el alto brillo del panel y que no vamos a estar nunca en una situación en la que el móvil esté siempre al 100% de brillo.

En el día a día llegan las ‘subjetividades’. Y es que, es complicado dar una respuesta rotunda a lo que dura la batería porque cada usuario hace un uso del móvil diferente. 

En mi caso, con NFC, Bluetooth todo el día activado con 3-4 horas de reproducción de música por auriculares true wireless, con algunas fotos esporádicas, unos 30 minutos de YouTube, cuatro cuentas de correo, varias redes sociales y actualizaciones constantes, tengo unas 7:30 horas de pantalla. He probado un día con 60 Hz y eso sube a las 8:10 horas de pantalla. Por esos 40 minutos, sinceramente, vale la pena estar con los 120 Hz siempre activos.

Y todo esto con la frecuencia de 120 Hz y brillo automático. Considero que es una buena autonomía que, en mi día a día, significa un día de uso muy intensivo. Lo cargo por la noche por costumbre, pero realmente podría cargarlo a media mañana del día siguiente sin problema.

Como siempre os decimos, es algo que depende de cada usuario y hay quienes llegarán a los dos días sin demasiado problema.

Respecto a la carga, contamos con un cargador de 33 W en la caja. Son 3 W más que en la generación anterior y eso significa que tenemos, según nuestra medición, un 50% de 25 minutos con un 100% en prácticamente una hora y cuarto

Es una autonomía que cumple y que, como digo, permitirá que cualquier tipo de usuario llegue al final del día sin ningún problema.

Eso sí, en esta gama, y aunque tenemos trasera de cristal, no hay ni carga inalámbrica ni carga inversa. No es algo que vayamos a tener en cuenta porque, de nuevo, estamos hablando de un móvil de 280 euros.

Lo básico con 4G y Wi-Fi 5, pero con buenas antenas y NFC para pagos móviles

En este aspecto no hay sorpresas. Nos habría gustado tener 5G, ya que eso habría roto el mercado definitivamente, pero tenemos DualSIM LTE 4G y Wi-Fi ac, o 5. No tenemos Wi-Fi 6, pero es algo a lo que, de momento, no creo que haya que dar demasiada importancia. El 5G sí lo veo más importante, pero está claro que Xiaomi tenía que recortar en algún apartado y ha sido el SoC.

Sin embargo, dicho esto, creo que las antenas son muy, muy buenas. De hecho, haciendo las pruebas para el análisis del router Huawei AX3 tenía una mayor velocidad de descarga/subida con Wi-Fi en el punto más alejado del router en casa con este Redmi que con el S21 Ultra o el iPhone 12 Pro. Curioso.

Lo que no falta a su cita, y Xiaomi lo está incluyendo en prácticamente todos sus móviles recientes, es el chip NFC que nos permite realizar pagos móviles o conectar dispositivos de manera sencilla. No es un móvil que destaque por la conectividad inalámbrica, pero es algo que puede no ser importante, seguramente, para la mayoría de usuarios que se gasten los 279,99 euros.

Opinión del Redmi Note 10 Pro: llamado a conquistar la gama media estos primeros meses de 2021

Y llegamos al final del análisis del Redmi Note 10 Pro con la sensación de tener el primer móvil de 2021 que puede convertirse en un superventas, uno de esos de los que se distribuyan millones de unidades. Seguramente lo tendrá difícil porque los realme 8 Pro (de los que aún no tenemos características oficiales) plantarán batalla, pero en este caso es un móvil que no podría ser más redondo.

Tenemos la que, seguramente, sea la mejor pantalla que Xiaomi ha montado en la gama media hasta ahora gracias a ese panel AMOLED de Samsung que cuenta con resolución FullHD+, con una muy buena, y atractiva, representación de color y, sobre todo, los 120 Hz adaptativos que hacen que usar el móvil, en general, sea un gustazo.

La batería aguanta muy bien el tipo y la carga es satisfactoria con esos 33 W, la cámara principal cumple muy bien y permite generar imágenes enormes a las que podemos aplicar un recorte para «simular» un telefoto y el sonido estéreo completa un apartado multimedia de lujo en la gama media.

El diseño también es acertado con un móvil que se siente muy bien en la mano y unos acabados top y, aunque es uno de esos terminales a los que cuesta poner puntos negativos, algo hay. Si tuviéramos un chip como el Snapdragon 750, tendríamos 5G y Xiaomi dinamitaría la gama media, pero creemos que han optado por el viejo conocido SD732G por falta de stock de chips más nuevos.

Ya sabéis que la situación de fabricación de microprocesadores es un drama actualmente por el COVID y, para poder ofrecer un terminal por debajo de los 300 euros, Xiaomi ha optado por el SoC que ya montaron en el Poco X3. Y sí, rinde perfectamente, pero seguramente si la situación fuera otra habríamos visto un chip más reciente.

Creo que la frase de «cuando lo tengo entre manos, siento que estoy con un móvil que cuesta más de 280 euros» resume bastante bien mis sensaciones con el terminal. Falta pulir un poco más el software para lograr una mayor optimización, pero en términos generales es un móvil de lo más recomendable y que, como digo, va a vender en cantidades industriales. 

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