Esto es lo que le sucede a nuestro cerebro cuando participamos constantemente en reuniones telemáticas. Microsoft estudia cómo reducir el estrés que provocan las videollamadas.
Hace más de un año que las reuniones por Zoom, Google Meet o Teams pasaron de ser cosa de unos pocos a una herramienta masiva de comunicación. Para hablar con familiares, amigos o mantener el contacto con compañeros de trabajo a distancia. Por teléfono o a través del ordenador, son constantes.
Microsoft ha querido evaluar el impacto que tiene esta actividad digital en la salud de nuestro cerebro. Los resultados no van a sorprender a nadie, las videollamadas generan mucho estrés. Aunque estamos sentados, en casa y la mayoría de las veces hablamos con personas conocidas, las videollamadas nos dejan agotados.
Otros estudios señalan los mismos efectos, es lo que se ha denominado Fatiga por Zoom. Un cansancio y hastío asociado a las constantes e interminables reuniones a través de internet, así lo describía a principios de año en IFLScience el doctor Paul Penn, de la Facultad de Psicología de la Universidad East London.
Microsoft, por su parte, ha colocado a 14 personas un gorro de electroencefalograma para monitorizar su actividad cerebral durante esas reuniones telemáticas. Los 14 participantes asistieron a ocho videollamadas de media hora, divididas en cuatro por día: un día con descansos de 10 minutos entre ellos y el otro todo en un bloque.
Los resultados del estudio señalan la importancia de realizar descansos. Durante el bloque de reuniones sin descansos, las personas mostraron niveles más altos de ondas beta, que están asociadas con el estrés, la ansiedad y la concentración. Estas son las tres conclusiones a las que han llegado los investigadores de Microsoft:
- Los descansos entre reuniones permiten que el cerebro se «reinicie»: Tomarse un tiempo entre las videollamadas evita que se acumule el estrés, explican en el informe.
- Las reuniones consecutivas pueden disminuir su capacidad para concentrarse y participar: Cuando los participantes tuvieron descansos para meditar, los patrones de ondas cerebrales mostraron niveles positivos de asimetría alfa frontal, lo que se correlaciona con un mayor compromiso durante la reunión, indica Microsoft.
- Saltar directamente de una reunión a otra puede provocar picos de estrés: «estás llegando al final de la reunión, sabiendo que tienes otra próxima y vas a tener que cambiar de marcha y usar tu cerebro para pensar mucho en otra cosa«, dice Michael Bohan, director senior del grupo de Ingeniería de Factores Humanos de Microsoft
Para evaluar si las personas están comprometidas o distraídas durante la reunión, los investigadores estudian un patrón de ondas cerebrales conocido como asimetría alfa frontal que consiste en la diferencia entre la actividad de las ondas alfa de derecha e izquierda en el área frontal del cerebro.
Este estudio toma una población de estudio muy pequeña y, como indican en Tech Crunch, las lecturas de EEG no son la medida más exacta del estrés, pero sí más práctica que el uso de una máquina de resonancia magnética. Aún así, los resultados reflejan algo que muchos otros estudios han apuntado, síntomas que la mayoría de personas achaca desde hace meses.
Los investigadores aconsejan realizar descansos durante y después de cada reunión telemática y no dedicar ese tiempo a seguir trabajando en otras tareas. “Trate de no usar esos cinco o diez minutos para hacer algún otro tipo de trabajo”, dice Bohan. Es mejor realizar ejercicios de respiración, estiramientos físicos, pasear o beber algo de agua, desconectar lo máximo posible del trabajo para volver más despejados.
Este tipo de estudios puede servir para crear nuevas funciones en herramientas de trabajo como Microsoft Teams. La compañía apuesta por un futuro híbrido, entre el trabajo presencial previo a la pandemia y el teletrabajo que se ha impuesto este último año.