En China están creando ya hoteles modulares que se construyen en unos cuantos días.
Hay edificios que tardan años y años en construirse, otros que nunca se acaban tras haber comenzado y otros, sobre todo si te vas a China, que se construyen en apenas unos días.
China ya sorprendió al mundo pudiendo fabricar un hospital de 1000 camas y 25.000 m² en tan solo nueve días cuando el COVID-19 se estaba expandiendo en el país, así que si te dijéramos que ahora han construido un hotel de siete plantas en Zhuhai en tan solo 12 días, quizás no te sorprendas tanto.
La empresa constructora responsable de este proyecto es China State Construction, y han explicado el mundo, el proceso que han utilizado para poder dar este paso que podría permitir que nuestros futuribles hogares sean prácticamente construidos en unos días tras haberlos adquirido.
Para ello, la empresa explica que todas las piezas del hotel son modulares y que por lo tanto se han construido previamente en una fábrica dedicada. Afirman que alrededor del 80 % de los procedimientos de la construcción forman parte de la fábrica inteligente automatizada que tienen, y que el resto es prácticamente una tarea de ensamblaje.
Así que tras haber creado cada una de las piezas modulares y estructuras en la fábrica, simplemente los operarios, con varias grúas, fueron encajando, como si fuera un puzle, cada uno de estos elementos modulares para dar forma al hotel de siete plantas.
Pero hay mucho más que crear las distintas piezas, porque se basan en una gestión digital en la configuración. De esta manera, la información de cada componente se puede consultar en cualquier punto y, si se encuentran fallos, podrían rastrearse de una manera rápida y sencilla hasta el origen.
Es un sistema muy eficiente tanto en términos de tiempo y calidad, y que también reduce el desperdicio de materiales en un 25 %, el desperdicio de la construcción en un 70 % y el consumo de energía en un 55 %.
Evidentemente, el hecho de que el 80 % del proceso de fabricación se lleve a cabo dentro de una fábrica, también reduce considerablemente la contaminación acústica, una de las principales lacras de las grandes ciudades.