Ponen a un hámster a hacer transacciones con criptomonedas, y obtiene un 24% de beneficios | Life

El hámster Mr Goxx obtiene más beneficios que el bitcoin, o que el índice bursátil SP500, comprando y vendiendo criptomonedas.

En el libro A Random Walk Down Wall Street de Burton Malkiel, se defendía la idea de que un mono con los ojos vendados lanzando dardos a una diana con empresas para invertir, podía ganar más dinero que  un inversor profesional.

Invertir en Bolsa o en criptomonedas tiene mucho de juego de azar, intuición, riesgo irracional y buena suerte.

Eso es más o menos lo que ha demostrado el hámster Mr Goxx, que lleva desde junio comprando y vendiendo criptomonedas, y ha obtenido un 24% de beneficio. Más que el bitcoin o que el índice bursátil S&P500, con las empresas más poderosas de Estados Unidos. Puedes verlo en acción en este vídeo:

El por ahora anónimo cuidador de Mr Goxx explica en las retransmisiones en directo en Twitch y en Twitter cómo este simpático hámster inversor lleva a cabo sus operaciones financieras.

Según explica Markets Insider, en la Goxx Box hay una rueda sobre la que el hámter gira, que en realidad es una ruleta con cerca de 30 criptomonedas, entre las que se incluye Ethereum, Tron, XRP y Cardano.

La rueda decide con qué criptomoneda va a operar.

En la misma caja hay dos túneles. Si se introduce por uno compra, y si elige el otro, vende.


Estas fundas protectoras evitan pagos indeseados en tarjetas contactless que usan RFID o NFC. Los ladrones no podrán hacer cargos acercando un lector a tu cartera o bolso.

El hámster Mr Goxx comenzó con una cartera de inversión de 350 euros en junio, y hasta mediados de septiembre había ganado 77 euros, lo que supone un 24% de beneficios. Eso es una cifra mayor que el bitcoin, o que si inviertes en las empresas del índice bursátil S&P500.

Hace apenas un mes llevaba cerca de 50% de beneficios, pero la crisis de las criptomonedas también a afectado a nuestro hámster.

Mr Goxx nos demuestra que cualquiera puede invertir en criptomonedas. Solo hace falta tener la inteligencia,  y especialmente la buena suerte de un hámster…

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